Aumenta la especulación
El ciclo alcista está siendo testigo de una gran correlación entre riesgo y rentabilidad
Los últimos meses han visto una inusitada entrada de dinero en fondos de alto riesgo y en muchas ocasiones con perspectivas de muy corto plazo. La persistencia en la bonanza de los mercados bursátiles y de otras opciones de riesgo como deuda emergente y, en menor medida, de bonos de alto rendimiento, ha tenido finalmente un efecto llamada en buen número de inversores, cansados del entorno de bajos tipos de interés, que ha venido castigando con débiles retornos las opciones de inversión más conservadoras.
Un elevado número de estos inversores tienen un perfil de riesgo medio o medio-alto y cierta experiencia en renta variable, por lo que en principio serían aptos para inversiones que llevan un importante riesgo aparejado. Sin embargo, el nombre de estas, en no pocas ocasiones, es fondos de renta variable japonesa, fondos de rentas variables sectoriales diversas o fondos emergentes, que pueden incluso concentrarse en sólo un país como India, China o Brasil.
Desgraciadamente, no es infrecuente que algunos de estos inversores no sean conscientes del riesgo real que supone poseer este tipo de fondos. Una de las primeras sorpresas que suelen llevarse es la brusquedad con la que en ocasiones su valor liquidativo se mueve tanto hacia arriba como hacia abajo. Variaciones porcentuales por encima del 1% no son inhabituales, algo que contrasta con la Bolsa española o la zona euro, referencia para la mayoría de inversores españoles. Ello se refleja claramente en los datos de volatilidad de estos fondos, que suelen oscilar entre el 15% y el 20%, prácticamente el doble del fondo tradicional de bolsa española.
La realidad es que el ciclo alcista actual esta siendo testigo de una extraordinaria correlación entre riesgo y rentabilidad, de manera que a mayor volatilidad, mayor rentabilidad. La ecuación esta muy bien mientras los retornos de los mercados sigan siendo positivos. No obstante, el reverso de la moneda ya ha sido visto, aunque sea de manera breve y temporal, en algunos meses durante el último par de años. Octubre del año pasado en general o febrero del presente año, para la renta variable japonesa en particular, fueron buenos ejemplos de como la volatilidad puede mostrar su cara más negativa en situaciones de bajada bursátil. Así, índices como el brasileño Bovespa cayeron más de un 10%, sólo en las tres primeras semanas de octubre, mientras que el japonés Nikkei, naturalmente menos volátil, se dejó más de un 7% en poco más de dos semanas durante el pasado febrero. La mayor parte de los fondos de inversión que tienen esos índices como referencia, lógicamente, sufrieron caídas similares. Este hecho es improbable que se produzca en el índice de referencia europeo DJ Stoxx 50 o en el altamente estable Dow Jones Industrials norteamericano.
La lección debiera ser saber en qué nos metemos y ser conscientes de que si el ciclo bursátil actual se viera interrumpido, la corrección sería mucho más severa en este tipo de fondos. La cuestión que se plantean muchos ahora es por cuánto más tiempo puede continuar el ciclo de bonanza actual. Parece razonablemente posible, dentro del presente entorno, que las alzas continúen hasta llegar a los niveles claves e históricos de primeros de marzo del año 2000.
El recorrido que queda varía en función de los diferentes índices principales de referencia que consideremos, pero un baremo alrededor del 10%, dentro de un rango razonablemente amplio arriba o abajo, se antoja como una media plausible. Ello se podría traducir en alzas notablemente superiores para las opciones de riesgo por efecto de la mencionada correlación entre volatilidad y rentabilidad. De llegar a esos máximos, la pregunta clave será si es posible superarlos con claridad y, por tanto, continuar con el ciclo alcista o si una corrección importante se impone tras más de tres años de subidas.
En cualquier caso, comportamientos muy cortoplacistas como los observados en fondos de bolsa emergente, japonesa o sectorial no son deseables y lo recomendable es decidirse por unas opciones determinadas basadas en un análisis sólido y dedicar a ellas un porcentaje limitado y estable de nuestros ahorros nunca superior al 15%. Ello no debiera excluir determinados movimientos tácticos para los más avezados o mejor asesorados.
Análisis: La mayor agilidad de los ETF
¦bull; Los fondos de inversión no son la mejor opción para operaciones especulativas de muy corto plazo.
¦bull; Una gran parte de las opciones disponibles en tipos de activo o áreas geográficas exóticas se encuentra en fondos extranjeros, que suelen experimentar dos o tres días de retraso en su contratación.
¦bull; Los ETF o fondos cotizados son una opción más ágil ya que permiten exponerse a un índice operando intradía. Su creciente sofisticación permite exponerse incluso a índices de renta fija o materias primas.