Tecnología española ordenará el tráfico en Londres desde Galileo
La capital británica utiliza software de GMV para ensayar el peaje inteligente vigilado por satélite
Londres se ha convertido en pionera mundial del establecimiento de un concepto que muy pronto se hará extensivo a muchas otras ciudades del mundo: el que congestiona paga. Desde 2003, entrar con coche en el cogollo de la urbe cuesta la nada despreciable cantidad de ocho libras (12 euros) por jornada. La medida fue implantada cuando las autoridades municipales llegaron al convencimiento de que la saturación de tráfico se había convertido en insoportable. La velocidad media era de 12 kilómetros a la hora, inferior a la de una carreta de caballos del siglo XIX. Además, el 50% del tiempo los coches estaban parados en la inmensidad de un perpetuo atasco.
El sistema de peaje impuesto en 2003 ha sido un éxito: la congestión se ha reducido en un 30%, el tránsito en un 18%, la contaminación ha bajado el 12%, los comerciantes mantienen sus ventas y las arcas municipales recaudan 170 millones de libras (255 millones de euros) al año que son invertidas en mejoras del transporte público.
Ahora Londres quiere ampliar el área de la ciudad en la que habrá que pagar por circular. Además, la municipalidad está decidida a discriminar la cuantía del peaje. No todos los vehículos que entran en el casco urbano permanecen el mismo tiempo, ni tienen el mismo tamaño, ni contaminan de forma homogénea. El peaje del futuro debe responder a un concepto inteligente que permita aplicar de forma cierta el principio de que paga más quien más congestiona y quien más contamina. Con este objetivo han recurrido a un sofisticado programa de simulación desarrollado por una empresa española que les permitirá realizar una prueba para comenzar a conocer como puede implementarse este ambicioso proyecto y para cuantificar su impacto real.
La tecnología de localización por satélite que utiliza la empresa madrileña permite el cobro selectivo y abarata el dispositivo de control
La empresa española es GMV. El desarrollo tecnológico que ha sido adquirido por la municipalidad de Londres se denomina Polaris y se puede afirmar que se trata de una de las primeras aplicaciones, aunque en fase de simulación, que muestran el poderío de Galileo, el sistema de localización por satélite europeo que competirá con ventaja con su homólogo americano GPS a partir de 2010.
Desde 2003 hasta hoy, el dispositivo de peaje que funciona en Londres se basa en una constelación de cámaras fotográficas situadas estratégicamente en los aledaños de la zona prohibida de la capital británica. Las cámaras fotografían las matrículas de los coches que la invaden. El conductor debe haber pagado las 8 libras de rigor por adelantado o tiene como opción satisfacer el importe antes de medianoche si no quiere vese sometido a severas sanciones. Todos pagan lo mismo.
La solución de GMV se apoya en la localización por satélite de Galileo. La española ha desarrollado una tecnología que permite asegurar la 'integridad y precisión' del dispositivo, de manera que no se produzcan cobros indebidos. La tecnología de localización por satélite, además de permitir el cobro inteligente, abarata enormemente la logística del dispositivo de control (que hoy supone un gasto para el ayuntamiento de Londres 105 millones de euros al año), ya que reduce drásticamente el despliegue de equipos en tierra.