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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Paradojas sobre la economía española

España seguirá creciendo en 2006 muy por encima de la media de la zona euro. Es la primera conclusión sobre la economía española de las previsiones de otoño de la Comisión Europea. Pero, paradójicamente, no es su principal mensaje.

Bruselas reconoce la pujanza de la economía española. Y ha revisado al alza en siete décimas su previsión de crecimiento para ese año (hasta el 3,4%, una décima más que el calculo oficial del Gobierno) y cinco décimas la de 2006 (hasta el 3,2%). Pero la Comisión aprecia serios desequilibrios en los componentes de ese crecimiento y vuelve a advertir que la expansión puede tener un brusco fin. Más claro: el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, percibe 'signos de agotamiento del ciclo económico español'.

Gobierno, patronal y sindicatos no deberían ignorar el aviso. La Comisión no espera mejoras significativas en la productividad española y advierte que, con un crecimiento de las exportaciones de sólo el 2%, el déficit comercial puede dispararse hasta un enorme 9% del PIB en 2007 (hoy ya supera el 7%). La demanda interna sigue siendo el motor. Pero otro peligro del que advierte Bruselas es que la previsible subida de los tipos de interés por el BCE sorprenderá a los hogares con una deuda muy superior al 100% de los ingresos disponibles y una tasa de ahorro de menos del 8%.

Lo paradójico es que, a pesar de estos negros presagios, los datos de la Comisión colocan a España entre los motores económicos de la zona euro. Su crecimiento triplica al del resto de los países grandes, la inversión en equipo es la segunda más elevada y la creación de empleo crece a un ritmo sin parangón en toda la UE. Son claros síntomas de salud. Aunque conviene no olvidar las reformas pendientes, para eludir los peligros que enuncia la Comisión.

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