Regalos y mejores rentabilidades para el partícipe
La campaña anual de planes de pensiones ya está aquí, como todos los años por estas fechas, aunque en esta ocasión los partícipes tienen motivos para sentirse más optimistas que en anteriores ocasiones. No en vano, la rentabilidad media de los planes es este año de casi un 9%, el doble de la que presentaban en el otoño de 2004. ¿Tiene esta dato atractivo suficiente para que llegue más dinero a estos productos?
Los gestores tienen sus dudas, de ahí que muchos de ellos no descuiden ni bajen la guardia sino que, por el contrario, mantengan sus agresivas campañas de captación con las que tratan de atraer a los partícipes nuevos y también a los de la competencia, mediante ofertas de regalos e incentivos monetarios de todo tipo.
Como cada año, la campaña masiva de regalos a quienes suscriban un plan suscita la polémica. Los detractores lo tienen claro: todo regalo incide en la rentabilidad para el partícipe, reduciéndola. Y dado que se trata de un producto a largo plazo en el que está en juego el dinero que va a percibir el ahorrador tras su jubilación, no es correcto distraerle una parte de esa renta en forma de regalos de los que va a disfrutar efímeramente.
Los garantizados dominan entre la gama de ofertas de este año
'Los regalos gustan, pero la rentabilidad es mucho más importante', señalan los gestores
Los detractores de los regalos parecen ir en aumento año tras año y de hecho ya hay algunas entidades de cierta envergadura que se han retirado de esta polémica práctica. Hay entidades que ponen el énfasis en las bondades de sus productos de ahorro (es decir, en la rentabilidad) y de forma muy secundaria en el regalo. Y otras que muestran un escaparate lleno de atractivas ofertas en forma de productos electrónicos, jamones y los más diversos reclamos.
Los más escépticos dicen que hay públicos para todos los gustos y que, en aras del pragmatismo, hay que adaptarse a la competencia y al mercado. Hay incluso quienes creen que el final de los regalos está a la vuelta de la esquina porque aseguran que en el sector se va a imponer un código de conducta consistente en renunciar a los regalos, para darle más transparencia a la competencia y, sobre todo, a las comisiones y a las rentabilidades. Algunos críticos del sistema de los regalos creen que esta práctica ha sido en realidad la que ha impedido una rebaja en las comisiones de gestión que cobran las gestoras.
Las comisiones tienen un porcentaje máximo del 2,50% anual sobre el patrimonio gestionado y son mayoría las gestoras que aplican una comisión por encima del 2% (algunas incluso cobran el máximo), cuando en los planes de pensiones, debido a la característica del producto, un producto financiero de larga duración del que no puede salir el dinero más que para ir a otro plan de pensiones o para abonar las prestaciones de jubilación, el coste de gestión es menor que en otros productos financieros y la comisión podría ajustarse de forma más razonable.
Hay quienes ligan las altas comisiones que presentan muchos planes de pensiones a la persistencia del fenómeno de los regalos y consideran que los cambios en ambos frentes podrían ser paralelos, lo que redundaría en beneficio de los partícipes. De ser así, un recorte en las comisiones de gestión podría tener un impacto de cientos e incluso, a muy largo plazo, de miles de millones de euros en las percepciones de los pensionistas en el momento de la jubilación. Una diferencia de un punto en las comisiones, proyectada a largo plazo (es decir, para un partícipe que empiece a aportar dinero a los 30 años y perciba su primera prestación con cargo al plan de pensiones a los 60 años) podría traducirse en una rentabilidad acumulada adicional entre el 20% y el 40% de la aportación inicial. Dinero 'más que suficiente para que el jubilado se compre no un DVD, sino un Mercedes', como gráficamente señala un gestor.
'Los regalos gustan, hay que reconocerlo. Pero la rentabilidad es mucho más importante', afirma Silvia Avila, directora comercial de Bancaseguros del Sabadell. 'Pero lo importante es la rentabilidad sostenida y constante y desde luego batir siempre a la tasa de inflación para mantener el valor del ahorro en términos constantes y acumular beneficios para la jubilación, que es de lo que se trata', afirma. 'Cuando hablas con el cliente, lo que te pide por encima de todo es rentabilidad', dice Silvia Avila.
'Este año, como ya sucedió en 2004, hay muchas ofertas de garantizados. Nosotros también tenemos alguno en nuestro catálogo pero pensamos que los planes de este tipo pueden encontrarse con menos atractivo en los próximos años si viene una subida de los tipos de interés. Los garantizados no son nuestro producto estrella', afirma Avila.
Otra de las fórmulas que están empleando las gestoras para atraer a los partícipe, sobre todo para atraer a clientes de la competencia, es el de las bonificaciones o primas de suscripción.
BBVA, que ha declarado la guerra a los regalos desde hace algunos años, ha optado en los últimos tiempos por primar a los partícipes, tanto los nuevos como los que provienen de otras entidades, con incentivos que oscilan entre el 3% y el 5%. Esa será posiblemente la estrategia que seguirá la entidad este año, aunque todavía no ha iniciado la campaña de comercialización de sus planes de pensiones. El pasado año, los cuatro planes Protección (cuatro planes escalonados por años de vencimiento para que coincidieran con la edad de previsible jubilación del partícipe) lograron importantes suscripciones. Este año aparecerá un escalón más en la oferta, hasta el Protección 2030, destinado a los partícipes de menor edad y que tienen un horizonte de jubilación más dilatado. Cada uno de estos planes tiene políticas de inversión diferenciadas, con mayor peso de la renta variable en los planes de mayor duración y, por contra, carteras más conservadores en los planes con fechas de vencimiento más próximas.
Otra de las grandes gestoras, Caser, que cuenta con una amplia red de distribución de 16.000 oficinas en una treintena de cajas de ahorros y que gestiona más de 3.100 millones de euros, aborda la etapa final del año con el lanzamiento de tres planes garantizados, también escalonados, el Caser Enero 2013, el Caser Enero 2018 y el Caser Enero 2026.
'Son tres productos de marcado carácter conservador, idóneos para personas con un horizonte temporal a medio y largo plazo', explica Manuel Álvarez, director de Pensiones y Vida para particulares en Caser. Con estos planes se podrá obtener una rentabilidad garantizada del 11% a los 7 años, del 24% a los que los suscriban a 12 años de plazo y de un 40% para aquellos que decidan suscribirse al plazo de 20 años, aunque en este último caso contarán con una prima adicional del 10%.
Los incentivos monetarios se han ido extendiendo en los últimos dos años como alternativa al regalo puro y duro. La Caixa, que ha sido la primera entidad en saltar a la palestra este año allá por el mes de septiembre, ha rematado su oferta hace poco con dos nuevos planes, el PlanCaixa Invest 11 y el PlanCaixa Invest 12, ambos con una revalorización del 40% de la ganancia media mensual del Ibex 35 con un mínimo de rentabilidad garantizada del 10% a finales de septiembre del año 2013 el primero y del 40% a finales de enero del año 2023 el segundo. Ambos planes ofrecen una rentabilidad adicional del 6% TAE desde el día de la aportación hasta finales de febrero de 2006, interés que será abonado en la cuenta corriente del partícipe el primer día de marzo del año 2006. 'Es una buena oferta para un momento en el que los tipos están en mínimos y las Bolsas presentan una recuperación bastante consistente', señala la gestora.
Los 22 mayores, en lucha con el IPC
Los 22 planes de pensiones con mayor volumen de patrimonio, el menor por encima de los 300 millones, han logrado en los 12 últimos meses una ganancia media ponderada del 6,28%, con una dispersión de resultados realmente considerable, ya que frente a rendimientos cercanos al 20% que presenta el plan más rentable de este grupo, el más rezagado apenas llega al 1% de rentabilidad anual.Los mayores, con patrimonios que rozan o superan los 1.000 millones cada uno, presentan a estas alturas del año ganancias del orden del 6% al 7%. Sólo la mitad de estos planes tienen una antigüedad superior a los 15 años. En ese plazo, el líder en ganancias es el Individual Winterthur, con un rendimiento medio anual del 8,33%. A 10 años, el mejor es el RG-Uno de Caja Rural, con un 6,22% de media anual.Y a 5 años, el Sabadell Pentapensión es el líder, con una ganancia media del 7,84% anual. En este caso, la diferencia respecto al resto de los planes, algunos de ellos en pérdidas durante este periodo (ya que dentro del mismo se produce el estallido de la burbuja tecnológica) es espectacular. El Pentapensión del Sabadell es un plan mixto de renta fija, con un peso de la renta variable que oscila entre el 15% y el 30%. En el plazo de 3 años es también líder en ganancias, con un 10,36% de media anual, bastante por encima de la media del grupo. Desde su nacimiento ha ganado un 136,6% frente al 25% de inflación.'Al cliente lo captas quizás con un regalo, pero lo retienes sólo con una buena rentabilidad', argumenta Silvia Avila, directora comercial de Bancaseguros del Sabadell. El argumento de la rentabilidad puede medirse con varios baremos, pero uno de los más inapelables es el de la inflación. De los 22 mayores planes de pensiones, 17 tienen en la actualidad un rendimiento que supera la tasa de inflación y sólo 5 están por debajo del 3,7% claramente. Es por ello por lo que el año 2005 puede ser considerado como uno de los mejores ejercicios para el inversor que ha depositado su confianza en un plan de pensiones. Los planes de renta variable son los más rentables este año, aunque entre los 22 mayores del sector, es decir, entre aquellos que tienen más de 300 millones de euros de patrimonio, no hay ni uno sólo que invierta en renta variable de forma exclusiva. Todo lo más, hay uno de renta variable mixta y algunos de renta fija mixta, es decir, planes que pueden invertir en Bolsa hasta un 30%.Hasta tres garantizados se han situado ya en la lista de los de mayor volumen de patrimonio gestionado, en este caso los tres planes BBVA Protección, de hace poco más de un año y que ya gestionan más de 2.000 millones en conjunto.
Apunte fiscal
Nada hay más sencillo para rebajar el IRPF que ahorrar en un plan de pensiones y por eso es la inversión estrella de final de año. Eso sí, el capital acumulado es intocable hasta la jubilación, salvo excepciones.Destinar dinero a cubrir la jubilación propia y también la del cónyuge sin ingresos y la de un familiar discapacitado significa ganar deducciones en el IRPF. Por aportar al plan propio, la deducción general máxima es de 8.000 euros -mayor a partir de los 52 años-. Por el plan del cónyuge, 2.000 euros y por los discapacitados, 8.000 euros. Las tres deducciones son compatibles.La desgravación se aplica en la base del IRPF, lo que significa que su impacto en el contribuyente depende de su nivel de renta, que es lo que determina su tipo de gravamen. Con un tipo del 45%, el ahorro fiscal sobre 8.000 euros será de 3.600 euros. Pero con el 28%, sólo 2.240 euros. Para muchos, este sistema beneficia a las rentas altas y el gobierno ya ha planteado cambiarlo.La otra cara fiscal de los planes de pensiones surge en el rescate del dinero. Aquí se acaban las rebajas y se paga en el IRPF desde el primer céntimo ahorrado. Si el dinero se cobra de golpe, sólo el 60% del total se somete a gravamen -hay una reducción del 40% para rentas generadas en más de dos años-. Pero si se cobra en forma de renta, cada año se tributa por el 100% anual. En los dos casos, el tipo de gravamen es el que tenga el contribuyente según su nivel de renta. Entre los anuncios de reforma fiscal, también esto podría cambiar.Para muchos expertos, la tributación de los planes se resume en el dicho 'pan para hoy y hambre para mañana'. Hoy deduce, pero mañana paga, y mucho. Frente a los fondos de inversión, con rentabilidades superiores, liquidez inmediata y una tributación del 15% sólo sobre la ganancia, los planes aún tienen margen para mejorar su atractivo fiscal.
Regalos: Desde jamones a DVDs
Para los que quieren llenar la despensa de jamones o la sala de estar de los más variados dispositivos de la electrónica moderna, las gestoras suministran todavía toda una amplia gama de productos.Los jamones fueron una de las ocurrencias de hace tres años, pero que todavía sigue haciendo furor entre algunos partícipes, quizás ignorando que a cuenta del jamón que se coma esta Navidad se le esfume una buena parte del dinero que debería percibir dentro de unos años, cuando llegue la hora de la jubilación.Caja Madrid ha optado este año por una fórmula original, ya que da al cliente la oportunidad de elegir como incentivo entre los regalos (una amplia gama que incluye edredones, DVD, televisores de pantalla plana...) o la bonificación en efectivo, que consiste en un 6% TAE sobre el total de aportaciones o traspasos netos que realice el cliente durante el año en curso a alguno de los planes de la entidad financiera. De este modo, el partícipe puede elegir el plan que más le interese, en vez de estar enfocado hacia un plan concreto señalado de antemano por la entidad, como sucede en otras gestoras.