Dos enfoques para un fin común
El nobel de economía, a la aplicación de la teoría de juegos Como en 1994, el galardón de 2005 está ligado a la teoría de juegos. Esta vez ha ido a parar al israelo-estadounidense Robert J. Aumann y al estadounidense Thomas C. Schelling, de los que el jurado destaca su labor para la 'comprensión de los fenómenos del conflicto y la cooperación a través del análisis de la teoría de juegos'. Los autores analizan su obra y aportaciones
El Nobel de Economía concedido a los profesores Robert Aumann y Thomas Schelling es un reconocimiento a la importancia de la teoría de juegos para ayudarnos a comprender las situaciones de cooperación y conflicto entre agentes. Aumann es un matemático aplicado cuyas contribuciones son analíticas, técnicas, y difíciles de leer incluso para la mayoría de los economistas. Schelling es un economista aplicado cuyas contribuciones son fundamentalmente no técnicas y que seguramente han tenido un mayor impacto entre no economistas que entre sus propios compañeros de profesión.
Que el premio de este año sea compartido por dos personas con perfiles profesionales tan aparentemente distintos como Aumann y Schelling destaca dos aspectos esenciales del desarrollo de la investigación económica en los últimos 50 años: la importancia de la formalización para el desarrollo del conocimiento y la extrapolación de las conclusiones que el buen análisis económico proporciona más allá del campo tradicional de la economía al conjunto de las ciencias sociales.
Aumann es uno de los pioneros en la extensión de la metodología y las conclusiones iniciales de la teoría de juegos (desarrollada, en gran parte, por el también Premio Nobel -1994- John Nash). En su formulación inicial esta teoría se centraba en problemas estáticos en los que los jugadores participaban en el juego solamente una vez. Aumann extendió el análisis a situaciones en las que los agentes mantienen relaciones continuadas en el tiempo y creó lo que se ha venido a llamar la teoría de los juegos repetidos. Aumann ha proporcionado contribuciones seminales para ayudarnos a conocer las soluciones factibles que pueden suceder en estos entornos. Sus trabajos resaltan la importancia de la información disponible para cada jugador y el valor que se le debe dar a las amenazas que cada agente pueda realizar. Su trabajo destaca cómo distinguir entre cuáles de las opciones disponibles a cada jugador son creíbles o no. Una amenaza no es creíble cuando, llegada la situación concreta en que el jugador debe ejecutarla, no fuera óptimo para el agente ejecutarla (por ejemplo, la amenaza de suicidarse por un amante despreciado). El análisis de las amenazas creíbles y las opciones factibles a cada jugador es lo que permite obtener soluciones cooperativas en situaciones aparentemente de conflicto.
La pareja Aumann-Schelling es un claro ejemplo de cómo un buen análisis de las situaciones nos ayuda a progresar
Las técnicas desarrolladas por Aumann se aplican ahora en multitud de contextos en las ciencias sociales. Sus análisis son herramientas básicas para entender las relaciones de cooperación que se producen a largo plazo en contextos tan variados como la colusión entre empresas, las relaciones entre ejecutivos y accionistas, las negociaciones colectivas o las relaciones entre países en la diplomacia internacional.
En esta última área es donde la contribución de Thomas Schelling ha tenido mayor impacto. Su libro La Estrategia del Conflicto, de 1960, ha sido probablemente una de las obras que más influencia ha tenido en los grandes estadistas internacionales de la última mitad del siglo XX. Surgido en plena guerra fría, el libro de Schelling aplicó las conclusiones derivadas de la teoría de juegos a la carrera militar y los problemas de seguridad mundial que preocupaban en ese momento. Schelling apunta en su trabajo que la situación de la época se puede entender muy bien con un pequeño diagrama en el que primero se describan las alternativas que el enemigo tiene disponible y las propias, y después se siga un simple proceso sistemático del resultado que estas distintas alternativas puede plantear. Este análisis también sirve para definir el conjunto de alternativas que son atractivas para ambas partes y, al mismo tiempo, sostenibles en el tiempo para que permitan la cooperación. La simpleza de su argumento fue la esencia de su impacto.
Schelling también extendió el conocimiento de la teoría de juegos en otras líneas. Mostró que en situaciones reales de juegos repetidos se producían muchas más soluciones coordinadas entre los agentes que las que aparentemente el análisis teórico de Aumann y otros colaboradores implicaba. Estas mayores situaciones de coordinación, que Schelling llamó 'puntos de referencia', dependían de que existieran marcos de referencia comunes, tales como normas y convenciones sociales, idiomas y otros lazos culturales entre las partes que permitieran esa coordinación.
La pareja Aumann-Schelling son un claro ejemplo de cómo un buen análisis de las situaciones y una buena formalización de la esencia de las mismas nos ayudan a progresar en el conocimiento de las ciencias sociales.