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BCE

Trichet advierte que está preparado para subir los tipos de interés

La escalada del petróleo llevó ayer a la Comisión Europea a reducir su previsión de crecimiento para 2005 al entorno del 1,3%, lejos del 1,6% pronosticado en primavera. El mismo motivo llevó al Banco Central Europeo (BCE) a descartar la posibilidad de una bajada de tipos de interés. El banco incluso se declarara listo para subirlos para combatir la inflación.

El petróleo está pasando factura a la economía europea, en los peores sentidos posibles. Los principales organismos económicos conjuntos de Europa, el BCE y la Comisión, dejaron ayer claro el impacto de la escalada del crudo en términos de reducción del crecimiento y de aumento de la inflación.

Por este motivo, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, endureció ayer su lenguaje como guardián de los precios de la eurozona. El BCE mantuvo los tipos de interés en el 2%, donde llevan más de dos años, pero la preocupación es clara: el presidente afirmó que 'todos los elementos disponibles indican que los riesgos sobre la estabilidad de precios están creciendo'. Trichet anunció una 'fuerte vigilancia' por parte del organismo emisor, que está dispuesto a actuar 'en cualquier momento'. Trichet reconoció que en la reunión del Consejo de Gobierno de ayer se discutió la posibilidad de elevar los tipos de interés o de mantenerlos. Quedó claro que la posibilidad de abaratar el dinero, solicitada por varios líderes políticos, está descartada sine die.

El encarecimiento del oro negro, que alcanza casi un 50% en dólares y un 70% en euros en lo que va de año, está trasladándose a los precios de consumo. Aunque la inflación subyacente de la zona euro sigue una pronunciada senda de reducción, el dato de septiembre del índice de precios de consumo armonizado (HICP), un 2,5%, refleja a las claras el impacto de la energía en los precios generales.

Y, como ya adelantó hace dos semanas el comisario de Economía, Joaquín Almunia, la Comisión Europea trabaja con un escenario no muy alentador para la zona euro en el conjunto de 2005. En su informe trimestral publicado ayer, Bruselas calcula que el crecimiento del Producto Interior Bruto podría limitarse al 1,3% este año, cuatro décimas menos de lo que predijo en primavera. El motivo es la constatación de que la actividad fue 'decepcionante' en el segundo trimestre. Aunque las previsiones oficiales de otoño no se conocerán hasta el 17 de noviembre, es improbable que cambien respecto a lo avanzado ayer.

La Comisión observa algunos síntomas de mejora para el último trecho del año: la mejora del panorama económico mundial, con una recuperación del comercio; la permanencia de unas condiciones monetarias y financieras favorables (bajos tipos de interés); la publicación de distintas encuestas e indicadores que reflejan un repunte en la deteriorada confianza de consumidores y empresarios; y la progresiva depreciación del euro, que tenderá a elevar las exportaciones. Bruselas maneja un modelo según el cual una depreciación del 5% respecto al dólar podría añadir dos décimas al crecimiento y tres a la inflación de la zona. Todos estos factores podrían maquillar el resultado final del año, pero, dada la presión ejercida por el petróleo, el crecimiento quedará en cualquier caso lejos del 1,6% previsto en primavera. El indicador Euroframe-Efn, formado por diez centros de análisis económico europeo, calcula que el crecimiento se limitará al 1,2%, informa Reuters.

Por otro lado, Trichet manifestó la satisfacción del BCE por los cambios propuestos por el Gobierno italiano para el Banco Central de este país, en aras a preservar la independencia de su presidente. El actual, Antonio Fazio, está siendo investigado criminalmente por favorecer a un familiar en una operación de adquisición bancaria. Trichet rehusó pronunciarse sobre este caso concreto.

Merkel da por hecho un pacto con el SPD

El nombre de la persona que gobernará Alemania los próximos cuatro años no se conocerá, al menos, hasta la noche del domingo. Así lo aseguró ayer Angela Merkel, líder del partido conservador (CDU) que ganó las elecciones del 18 de septiembre en Alemania pero no con los apoyos suficientes como para gobernar. El hecho de que Merkel anunciara ayer que no habrá un acuerdo con los socialdemócratas sobre el reparto de cargos en un futuro gobierno de coalición antes del próximo domingo, supone que da por hecho que definitivamente, será una gran coalición entre la izquierda y la derecha la que gobernará Alemania, algo que aún estaba pendiente de un acuerdo.Merkel hizo este anuncio ayer antes de reunirse a última hora de la tarde con el que será según todos los indicios su socio de gobierno, el líder del partido social demócrata y hasta ahora canciller, Gerhard Schröder.No obstante, la líder conservadora no quiso explicar de dónde sacaba la certeza de que no habrá resultados antes del domingo. Si bien, todo apunta a que ambas partes han llegado ya a algún tipo de acuerdo, ya que también los socialdemócratas de Schröder aseguraron a los periodistas que 'no se molesten en averiguar nada porque no lo conseguirán antes del lunes'.A pesar de estas certezas, las posturas son aparentemente irreconciliables y los observadores políticos en Alemania coincidían ayer en que las negociaciones están aún completamente abiertas y que ninguno de los negociadores ha jugado aún todas sus bazas.Entre las posibilidades que barajan la prensa y los analistas alemanes están que a cambio de renunciar a la cancillería, los socialdemócratas de Schröder (SPD) consiguieran más ministerios de los que les corresponderían en función de los resultados electorales.Otra de las situaciones que podría producirse es que el SPD siga presionando a la CDU hasta que Merkel claudique y, entonces, aceptar otro canciller conservador.

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