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Para invertir

La banca privada busca su hueco en el capital riesgo

Los expertos consideran que es labor de las entidades canalizar la demanda de los grandes patrimonios y de las propias empresas hacia este tipo de inversión

El capital riesgo está de moda. El número de operaciones que protagoniza este tipo de inversión, el volumen que mueve y el interés que despierta entre todos los actores del mercado así lo atestiguan. No sólo eso. Estas características han hecho del capital riesgo la alternativa y complemento perfecto para muchas carteras. De sus bondades y sus riesgos, de la carencia que presenta la actual ley y la nueva legislación y la necesidad de desarrollar un mercado que para algunos ofrece todavía muchas oportunidades fueron algunos de los puntos que se trataron en el debate sobre capital riesgo organizado por Banco Madrid y Cinco Días.

Durante el encuentro, los expertos coincidieron en señalar que el capital riesgo aumenta su protagonismo de forma progresiva y que cuenta cada vez con mejores perspectivas. Un ejemplo de ello son las cifras que se barajan para el presente ejercicio. Y es que si los últimos años los volúmenes que ha movido el sector han sido elevados, para 2005 se prevé un nuevo récord. Así lo señalaba Dominique Barthel, directora general de la Asociación Española de Empresas de Capital Riesgo (Ascri): 'Esperamos que este año sea uno de los más brillantes en cuanto al número de operaciones y a los volúmenes invertidos, de hecho esperamos alcanzar los 3.000 millones de euros, frente a los 2.000 millones en los que cerró 2004 y los 1.000 de 2003'.

Independientemente de las cifras, que son significativas, para los expertos, la repercusión que está alcanzando el capital riesgo en España -considerado por algunos uno de los dinamizadores de la economía-, así como el papel que empieza a ocupar el sector dentro del mapa europeo son ejemplos de su desarrollo.

Todo, pese a que coinciden en señalar el lugar preponderante que siguen teniendo los fondos extranjeros en la mayoría de las operaciones. 'Todavía el 95% de las transacciones está canalizada por actores extranjeros', reconocía Álvaro Mariátegui, consejero delegado de Nazca Capital.

Reivindicar el hueco que ocupan otros operadores de menor tamaño y nacionales fue, de hecho, uno de los temas que se trataron durante el encuentro. Para Enrique Centelles, presidente de GED Group, el protagonismo que tienen los extranjeros y los grandes fondos desvirtúa, en ocasiones, la imagen del sector: 'A veces se puede llegar a equívocos, ya que aunque los que suenan son los grandes, un volumen importante se mueve gracias a los pequeños y medianos operadores. Para que el sector madure, en España tiene que haber operaciones medianas y grandes'.

No en vano, en operaciones de este tipo es donde podrían tener cabida los inversores particulares, cada vez más interesados en invertir en estos activos. Y es que la consideración en los últimos tiempos del capital riesgo como inversión alternativa y adecuada para diversificar ha llevado a muchos a preguntarse quienes son los gestores de estos fondos, qué capital es el recomendado para invertir en estos activos y cómo acceder a él. José Miguel López-Frade, presidente de Banco Madrid, reconoce este hecho: 'Son muchos los clientes que acuden en busca de nuevas oportunidades. De hecho, algunos demandan información sobre las operaciones que ya hay en curso, sobre su dinámica y sobre las características de estos productos'.

Aquí es donde juega un papel fundamental la banca privada. 'Aunque inicialmente esta inversión se dirigía a los inversores institucionales, muchos grandes patrimonios están empezando a invertir. Popularizar, con los límites que establece la propia inversión, es la labor de la banca privada', sostiene desde la patronal Dominique Barthel. Afirmación que comparte Centelles, para quien el acceso a clientes de altos patrimonios -los únicos que en principio pueden hacer frente a desembolsos como los que exige el capital riesgo y pueden mantener la inversión por periodos de hasta 10 años- es más fácil para las entidades de banca privada, que además están en contacto con los family office, participantes habituales de este negocio.

Con alguna reticencia, Mariátegui asiente. 'Aunque cada vez son más los que se interesan por estos activos hay que delimitar el perfil al que puede dirigirse', señala el consejero delegado de Nazca Capital, quien entiende que las rentabilidades anuales que pueden exigirse a este tipo de activos (del orden del 20%) no pasen inadvertidas.

Dadas las limitaciones que impone actualmente la ley de capital riesgo de 1999, muchos confían en que esta situación cambie una vez sea aprobada la nueva norma, hecho que previsiblemente podría producirse a lo largo del mes de octubre. 'Es verdad que es difícil llegar al minorista, pero también es cierto que es un producto limitado. Confío en que con la nueva legislación se permita invertir a través de otros vehículos', augura Centelles. Los fondos de fondos, uno de los instrumentos que contempla la nueva ley, será una de las posibilidades que abra el abanico de estos productos.

Pero no es la única novedad. En el proyecto de ley se contempla la posibilidad de adquirir empresas cotizadas, siempre que se produzca su exclusión bursátil en el plazo de un año, se permitirá invertir en otras entidades de capital riesgo y se agilizarán muchos trámites entre otras medidas. Todas ellas aplaudidas por el sector por considerarse impulsoras de este segmento.

Información para la empresa

Pero de igual forma que cuando hay un comprador hay un vendedor, la vertiente inversora no fue la única objeto del análisis de los expertos. El lado de la empresa y cómo ésta, sobre todo las compañías medianas y pequeñas, podrían sacar partido a esta situación de protagonismo que vive el sector acaparó la atención de los expertos. 'El accionista de una pyme -sobre todo las que están inmersas en el cambio generacional- podría empezar a interesarse por este tipo de negocio y por lo que supondría para su empresa la entrada del capital riesgo', reconocía López-Frade. 'Habría que empezar a informar también al que puede ser destinatario de esta inversión', añadía Luis Regalado, director de la división de banca privada de Banco Madrid.

Y es aquí, de nuevo, donde todos coinciden en apuntar el papel primordial que juega la banca privada. 'No creo que sea tarea ni del empresario ni de la sociedad de capital riesgo el venderse, creo que es más una prioridad de la banca privada el recomendar un intermediario u otro', sostiene Mariátegui. Centelles coincide y subraya, además, el valor añadido que pueden aportar estas entidades: 'Antes de invertir habría que conocer la experiencia y los resultados tanto de los productos que hay en el mercado fondos de capital riesgo como de los resultados obtenidos por los intermediarios, y esto lo pueden mostrar muy bien los profesionales de banca privada', explica.

Para lograrlo, es asignatura obligada de los fondos y sociedades de capital riesgo quitarse el estigma de oportunistas y de operadores que compran barato y venden caro. 'Somos inversores que buscan buenas oportunidades y que intentamos aportar proyectos eficientes a la compañía en la que entramos', defiende Centelles. 'Es perfectamente chequeable nuestra actividad, y las empresas españolas tienen un baremo muy fácil para comparar los resultados', añade Mariátegui.

Para Barthel, además, es imprescindible que las compañías asuman que las sociedades de capital riesgo aporten algo más que financiación. De hecho, obligado para el desarrollo del sector es encontrar la mejor fórmula para canalizar los recursos hacia esta inversión.

Otro de los flecos que todavía presenta el sector es la falta de una regulación común a todos los países. Esta carencia queda patente en aspectos como qué se entiende por capital riesgo en los distintos países europeos. 'No existe una regulación a nivel europeo, y una muestra de ello es que cada país tiene su propia denominación para el capital riesgo', afirma Mariátegui.

En lo que todos coinciden es en aventurar que 2006 será un buen año, ya que se espera que se levanten nuevos fondos y que el sector de capital riesgo gane en calidad y en profesionalidad. 'Los gestores son cada vez más competitivos', explica Mariátegui. 'El capital riesgo cada vez se entiende más como activo financiero, algo que antes no existía', añade Centelles.

De cara a los próximos meses, todos esperan que con la nueva ley se gane en flexibilidad y en agilidad para que se puedan materializar nuevas operaciones y el capital riesgo o private equity, como muchos prefieren llamarlo, siga siendo un dinamizador de la economía.

José m. López-Frade. Director general de Banco Madrid

'Los clientes demandan cada vez más información y reclaman asesoramiento por parte de los profesionales de banca privada. Si supiéramos canalizar esta demanda, el sector tendría un tamaño considerable"

Dominique Barthel. Directora general de la Ascri

"Cada vez hay un mayor conocimiento en el sector de quiénes son los intermediarios pequeños, quiénes los medianos o los regionales. Esto es muy positivo, ya que los empresarios se pueden acercar a las compañías'

Enrique Centelles. Presidente de GED Group

'Es importante que las empresas nos conozcan para que entiendan lo que buscamos. Intentamos que no haya conflictos de intereses. El tema más importante es cómo canalizar recursos hacia el sector'

Luis Regalado. Director de banca privada de Banco Madrid

'La nueva legislación abrirá el abanico a clientes para que puedan canalizar su inversión hacia los fondos de fondos, que quizá no se destinen solamente a las rentas más altas'

Álvaro Mariátegui. Consejero delegado de Nazca Capital'

Hay muchas oportunidades y muchas empresas familiares que nos necesitan, pero es verdad que la nueva ley traerá más competidores y esto supondrá una caída de la rentabilidad'

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