Pánico a la vuelta de las vacaciones
Puede ser una carnicería'. Con esas exageradas palabras definía ayer un broker lo que espera para el próximo martes en cuanto a precios del petróleo. Será el martes y no el lunes porque ese día Wall Street echa el cierre para celebrar la festividad del trabajo, un acontecimiento que en EE UU representa el punto final a las vacaciones. Esto implica también un largo fin de semana, con desplazamientos por carretera y consumo masivo de carburantes. El huracán Katrina ha dejado fuera de juego un 11% del petróleo que los estadounidenses consumen diariamente. El impacto en los inventarios, en las expectativas de suministro y, por ende, en el precio amenaza con ser espectacular.
El precio del West Texas ha marcado un récord estratosférico de 70,8 dólares por barril y ha consolidado en dos meses una subida del 20%. El promedio del año supera los 54 dólares, un 80% más que la media de los últimos cinco años. El banco Goldman Sachs, por ejemplo, se ha visto obligado a actualizar por enésima vez sus expectativas y ahora ya da por sentado que el barril difícilmente bajará de los 60 dólares este año. Hace doce meses, los contratos de futuro del petróleo para entrega en diciembre de 2005 cotizaban a 40,6 dólares. Muchos en el mercado consideraban una exageración pagar un precio semejante; hoy ese mismo contrato se vende a 67,5 dólares. ¿Inconcebible? 'Si se aguantan los 70 dólares, ¿porqué no empezar a pensar ya en 80 o 100 dólares?', apuntaba ayer un especialista del mercado.
Esos niveles se antojan difíciles a corto plazo, toda vez que los 70 dólares parecen actuar de sólida barrera psicológica. Pero lo mismo sucedió con los 40, los 50 y los 60 dólares; precios que ya parecen lejanos e incluso baratos.
Los acontecimientos de los últimos meses demuestran que anticipar con un grado aceptable de exactitud la evolución del petróleo es tarea imposible. A pesar de ello, sí cabe decir que en las condiciones actuales sólo un acontecimiento extraordinario podría tumbar la escalada del petróleo. Algunos estudios advierten que el encarecimiento del barril ya ha drenado en lo que va de año un 20% de la capacidad de ahorro de los consumidores. De momento, la economía aguanta el tipo. La cuestión ahora es hasta cuándo. fmartinez@cincodias.es