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Privatizaciones

Pekín sacará a Bolsa más de 1.300 empresas públicas

El Gobierno chino ha anunciado que ampliará la salida a Bolsa de las empresas estatales, iniciada el pasado junio. La reforma, que afectará a más de 1.300 firmas, pondrá en el mercado acciones por valor de 220.000 millones de euros.

El país más poblado del mundo y, según todos los expertos, futura locomotora de la economía planetaria, da un paso más hacía la normalización de sus empresas. El Gobierno chino anunció ayer la ampliación del programa, iniciado en junio pasado, que pretende impulsar la definitiva privatización de su economía.

Con la puesta en marcha de la reforma, los inversores extranjeros podrán invertir sin trabas en la mayoría de las empresas del país. Hasta ahora, los inversores foráneos sólo podían adquirir un tercio como máximo de las acciones de las empresas. Dos tercios del capital de las mismas quedaba en manos del Estado, bajo el nombre de acciones 'no negociables' o títulos A, el principal tipo de título emitido por las compañías chinas.

La medida, activada por la Comisión Reguladora del Mercado de Valores del país asiático, consiste en la ampliación del programa gradual de privatización de la economía. Entonces se hicieron 'negociables' 42 importantes firmas. Entre ellas figuraban Baosteel, primer fabricante de acero del país; Yangtze Power, la operadora de la presa de las Tres Gargantes (la mayor del mundo) y la empresa de consultoría bursátil, Citic Securities. En ese momento, el valor de las acciones del total de las empresas ascendía a 163.500 millones de euros. Con la profundización del programa, la cifra se eleva a 220.000 millones.

Este es el tercer intento en seis años para resolver el problema de las acciones no negociables, en manos del estado. El Gobierno ya ensayó dos reformas liberalizadoras en 1999 y en 2001. Sin embargo, la crisis económica, que afectó al sudeste asiático a finales de la década pasada, frustró ambas tentativas.

Buscar la rentabilidad

Y es que el crecimiento económico de vértigo, registrado en China en los últimos años, nunca se ha visto reflejado en un aumento semejante de la rentabilidad en sus empresas. Pekín es consciente de este hecho y no quiere dejar de lado la reforma definitiva, que colocaría a la nación a la cabeza de la economía mundial en los próximos años.

Para ello dos elementos son imprescindibles. Ampliar el capital privado en el país y mejorar el gobierno de las empresas a base de una mayor transparencia y responsabilidad de las mismas de cara al mercado.

Pero la enorme oferta de acciones que inundará las Bolsas como consecuencia de la reforma, ha puesto a los inversores a la defensiva; aunque, las autoridades prometen compensaciones por el descenso de valor de los títulos.

El lunes pasado, el presidente de la Comisión Reguladora de China recalcó que los titulares de acciones negociables (en manos privadas) deben disfrutar de los mismos derechos que los poseedores de acciones no negociables.

La locomotora sigue de compras

La puja frustrada de la petrolera china CNOOC sobre la estadounidense Unocal el pasado julio, no ha impedido la consumación de otras operaciones. PetroChina, la mayor productora de crudo de Asia, controlada por el Estado, se ha hecho con la canadiense PetroKazakhastan por 3.400 millones de euros. De este modo, el poder chino gravitará ahora sobre varios pozos de petróleo de Asia central.Además, la compañía ha registrado unos resultados espectaculares en el primer semestre de 2005. PetroChina ha mejorado sus beneficios en un 36% gracias al alza del precio del crudo, y espera obtener mayores ganancias este año. Con todo, la firma aseguró ayer que seguirá buscando nuevas reservas de petróleo y que así contribuirá a saciar la creciente demanda de energía de la locomotora china.

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