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Pequeños gigantes

Plasfi, la química a la medida del cliente

El éxito de la diversificación ha animado a duplicar el departamento de I+D hasta 13 ingenieros. Es la historia de Plasfi: la apuesta por el traje a medida, también posible en el sector químico

Rondaba el año 2000 y los precios del poliuretano caían en los mercados internacionales. Plasfi concentraba gran parte de su actividad en el negocio tradicional de producción de poliuretano como aislante térmico en el sector de la construcción. Pero no había forma de subsistir a largo plazo en una industria dominada por las grandes multinacionales, como Bayer, Basf, Dow Chemical. Ante la imposibilidad de competir en tamaño, quedaba el recurso de la diversificación, huyendo de ser una empresa de servicios y acercándose a productos con mayor valor añadido, con formulaciones específicas para cada cliente.

Plasfi ha pasado en sólo cinco años de operar en cinco sectores a trabajar en once. La compañía fabrica desde los suelos con apariencia de goma de parques infantiles, hasta falsos techos, pasando por revestimientos de prótesis que simulan la escayola en caso de una fractura de un brazo o de una pierna. Incluso, ataúdes... 'En realidad, intentamos hacer todo lo que nos pide el cliente. Estudiamos sus necesidades y le proponemos la mejor formulación dentro de las diversas aplicaciones del poliuretano', indica el presidente de Plasfi, Santiago Figueras.

En su afán de ampliar su catálogo de productos, la compañía tarraconense aumentó primero la gama dentro del propio sector de la construcción, con el desarrollo de aplicaciones para aislamientos acústicos, antivibratorios e impermeabilizadores. 'Vimos la necesidad de ampliar el espectro de clientes para reducir el riesgo', asegura Figueras. E insiste: 'Era vital aumentar el valor añadido de nuestros productos en un entorno de precios a la baja. Pero claro, para entrar en nuevos sectores y desarrollar productos hay que tener un laboratorio de investigación y desarrollo potente', argumenta el fundador del grupo.

De esta forma, la compañía catalana ha desarrollado un plan de crecimiento consistente en duplicar el departamento de I+D, que actualmente cuenta con seis investigadores. El objetivo a corto plazo será pasar a trece ingenieros en tres años. En el mismo plazo de tiempo, 'la compañía está capacitada para duplicar también las ventas, gracias a los tres reactores que hemos instalado', apostilla Figueras.

Plasfi facturó más de 55 millones de euros el año pasado. Este plan no contempla más fábricas, ni en España ni en el extranjero. Según Figueras, 'trabajamos en 24 países, pero nuestro principal punto de interés es Europa. Es donde pagan mejor. Pero no pensamos levantar una factoría en el centro de Europa. A lo sumo, estudiamos instalar un almacén para poder mejorar nuestra logística'.

Este es el futuro. Pero, ¿y el pasado? Los primeros clientes de la compañía fundada en 1973 fueron las granjas avícolas, utilizando el poliuretano como aislante térmico. Santiago Figueras pasó pronto de ser un mero aplicador del producto a fabricarlo. A partir de 1980 formó un equipo de técnicos que compraban la materia prima y de forma autodidacta desarrollaban sus aplicaciones. Ya en esos momentos realizaron la primera diversificación. En 1986 entraron en el sector del embalaje, con el objetivo de proteger mercancías en su transporte. También aumentaron las aplicaciones para la construcción, como por ejemplo el aislante térmico para cámaras frigoríficas. 'El poliuretano tiene mayores cualidades que otros materiales como la fibra de vidrio, la lana de roca y el poliestireno. No se necesita tanto grosor en la aplicación y es impermeable', enfatiza Santiago Figueras.

El crecimiento exponencial de la compañía llevó a la necesidad de levantar una factoría mayor en la pequeña localidad de Vallverd de Queralt (Tarragona). Pero en las últimas fases de su construcción se desató un incendio, quemando en un cuarto de hora todas las instalaciones, de 1.500 metros cuadrados. Este fue uno de los puntos de inflexión de la compañía, que finalmente decidió construir una nueva planta en su emplazamiento actual, una parcela de 30.000 metros cuadrados en Santa Coloma de Queralt (Tarragona). Figueras recuerda que, 'por si fuera poco, la crisis de después de los Juegos Olímpicos de Barcelona del sector de la construcción, en 1993, fue otra de las razones por la que ya empezamos a ver que teníamos que desarrollar productos para otros sectores'.

Desde finales de los años ochenta, uno de los principales intereses de la empresa fue reducir su dependencia de terceros. Plasfi compraba en un primer momento los polioles base para elaborar el poliuretano a proveedores nacionales e internacionales. Pero en 1998 la compañía decidió diseñar y montar reactores para fabricarse el poliol base con sus formulaciones. De esta manera, conseguía un doble efecto: por un lado, aumentaba el control sobre su producto, y por otro, potenciaba la capacidad para realizar nuevas formulaciones con el objetivo de aumentar la diversificación. Para Figueras, 'esto fue muy importante para nosotros, porque nos permitió desarrollar productos específicos para nuestros clientes, dando paso a una fábrica de química fina'.

El resultado es que Plasfi, con una plantilla de alrededor de 50 personas, produce el sistema de poliuretano que simula los acabados de piel en el interior de un vehículo y fabrica mobiliario de oficinas y todo tipo de materiales de imitación de madera (puertas y persianas).

Santiago Figueras concluye con un ejemplo: 'Se trata de mejorar los productos, algunos ya inventados. Hemos aumentado las prestaciones del poliuretano, utilizado como relleno en neumáticos para tractores, carretillas y maquinaria del campo. Este producto, que incluso se ha usado en los tanques en el conflicto bélico de Irak, tenía el problema de que, a velocidades mayores de 30 kilómetros por hora, tendía a desintegrarse. Con nuevas formulaciones y pruebas hemos conseguido que la velocidad punta aumente hasta los 60 kilómetros a la hora durante tres horas'.

datos básicos

ventasEl grupo facturó más de 55 millones de euros en 2004. El plan de crecimiento prevé duplicar esta cifra en tres años. En cuanto a las exportaciones, Plasfi duplicó las ventas en los mercados exteriores en el periodo 2000-2003, pasando de los 1,8 a los 3,5 millones de euros. La mayoría de las exportaciones se realizan en los mercados europeos.investigaciónLos gastos en investigación y desarrollo sobre ventas fueron del 0,25% en 2004, y el porcentaje de personal de investigación sobre el total de la plantilla, integrada por 50 empleados, representaba el 7%. Por otra parte, el gasto realizado en las nuevas instalaciones destinadas al laboratorio suponía el 3%. El plan de crecimiento futuro prevé duplicar el tamaño del laboratorio de investigación hasta las 13 personas durante los próximos tres ejercicios.marcasLa compañía ha desarrollado seis marcas. Plasfi, es la marca de poliuretanos que da nombre a la empresa; Plas-Pack actúa en el sector del embalaje, mientras que Plasonic es la gama para aislamientos acústicos. Questol representa la marca en poliureos, mientras que Plasfichem es la denominación de los productos químicos que exporta el grupo. Finalmente, las series para ortopedia se venden con la marca Purzip.

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