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La retribución al accionista, inmune al repunte de la deuda

Deuda y dividendo son, en teoría, elementos difícilmente compatibles. Si una compañía decide pedir prestado dinero para poder sufragar su estrategia de crecimiento, los compromisos financieros aumentan. Esta situación provoca que también crezca la proporción de los flujos de caja que hay que destinar al pago de intereses, restándoselos a la partida reservada para la retribución al accionista.

Los últimos años de la década de los noventa del siglo pasado fueron un claro ejemplo del antagonismo entre deuda y dividendo. El crecimiento a toda costa sacrificó en muchas compañías las políticas de remuneración al inversor. Sin embargo, el pinchazo de la burbuja tecnológica puso fin no sólo a los máximos bursátiles, sino también a esa forma de entender la gestión empresarial. El mercado volvió a demandar dividendos y las compañías sólo pudieron cumplir con esta nueva exigencia tras purgar de sus balances los altos niveles de deuda que habían contraído.

Sin embargo, la historia bursátil presenta un movimiento pendular en el que las modas van y vienen. Ahora las empresas han vuelto a endeudarse con fuerza en los últimos 12 meses. ¿Implica esta situación, teniendo en cuenta los ejemplos del pasado, que el dividendo corre peligro? Con los datos en la mano parece que esta vez la correlación negativa entre dividendo y deuda parece que se ha roto. Los expertos atribuyen este fenómeno a la fortaleza de los resultados empresariales, que permiten a las compañías empeñarse y, al mismo tiempo, mantener sus políticas de retribución.

Las empresas repartirán de media este año el 45,6% de sus beneficios, frente al 42,1% de 2004

De enero a junio, las empresas incluidas en el Ibex 35, la principal referencia de la Bolsa española, han abonado a sus accionistas dividendos brutos por valor de 4.817 millones de euros, lo que supone un incremento del 23,3% con respecto a los 3.906 millones que las compañías del selectivo repartieron el mismo periodo del año anterior. Esta cantidad, que incluye básicamente los dividendos a cuenta y complementarios del ejercicio 2004, sería aún más alta si se contasen otras prácticas de remuneración realizadas por algunas sociedades como la amortización o el reparto de autocartera (Indra y Telefónica son los ejemplos más claros en este sentido), así como la devolución de primas de emisión de acciones.

Optimismo al menos a medio plazo

El afán de las compañías por mimar a sus accionistas a través del reparto de dividendos parece que va a continuar, por lo menos en el medio plazo. El pay out (porcentaje de los beneficios destinado a remunerar al inversor) medio del Ibex 35 se situará este año en el 45,6%, según las previsiones del consenso del mercado recopiladas por JCF Group, frente al 42,1% en el que se situó este promedio en el ejercicio 2004. Esta ratio caería, no obstante, hasta el 42% en el ejercicio 2006, de acuerdo con los cálculos de los expertos.

La generosidad de las empresas en cuanto al reparto de sus beneficios provocará que este año el dividendo neto medio por acción (DPA) dentro del Ibex 35 se sitúe en 0,59 euros, frente a los 0,51 euros de 2004. A pesar de la desaceleración en el pay out que se espera para 2006, el DPA ese ejercicio, gracias al tirón de los resultados previsto, se situará 0,64 euros, según las estimaciones.

Por último, también se espera un crecimiento, mayor este año que en 2006, para la rentabilidad por dividendo. El consenso del mercado calcula que esta ratio se situará en 2005 dentro del índice selectivo en el 2,94%, frente al 2,39% de 2004. El rendimiento se situaría en el 2,95% en 2006.

Plusvalías y pagos extraordinarios

Al margen de los tradicionales dividendos a cuenta de los resultados del ejercicio, algunas compañías están abonando a sus accionistas jugosos pagos con el dinero obtenido por la venta de participaciones.Es el caso de Iberia. La aerolínea ha pagado un dividendo extraordinario de 0,305 euros por acción (equivalente al 11,5% de su capitalización) gracias a la venta de su paquete en Amadeus.La incógnita se centra ahora en la decisión que puedan tomar los antiguos dueños de Auna con el montante recaudado con su venta a France Télécom y Ono.En esta operación es Endesa, con 1.100 millones de plusvalías, la más beneficiada, seguida por Unión Fenosa (plusvalías de 640 millones) y el Banco Santander (400 millones).

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