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La opinión del experto

Transparencia en la selección de personal

Que el mundo está cambiando es una realidad incuestionable y con él, el mundo del trabajo: empresas, profesionales, sindicatos, leyes y regulaciones y servicios. Los resultados resultan difíciles de prever. Lo que sí sabemos es que este cambio es muy rápido y que nos involucra a todos. De esta manera iremos hacia un mundo mejor, aunque nos parezca justo lo contrario. En los últimos meses, de forma esporádica pero muy llamativa, han salido a la luz pública diversos incidentes relacionados con el mundo del trabajo y, en concreto, con la selección de personal, que han puesto en evidencia dos de los fenómenos más importantes que están afectando a los recursos humanos en las empresas: la inmigración y la protección de datos. Ambas cuestiones suponen retos de gran envergadura que hacen referencia a cuestiones de tanto calado como las relacionadas con la movilidad social, la intimidad de las personas, el trabajo como valor social y humano, o la integración de nuevos colectivos en nuestro mercado laboral.

En el ámbito de la selección de personal, estos fenómenos suponen un desafío muy especial que implica la necesidad de que todos los profesionales que intervenimos en procesos selectivos aseguremos por completo el seguimiento de un comportamiento absolutamente ético en nuestras actuaciones. Y no sólo seguirlo, sino promoverlo entre nosotros mismos, entre nuestras empresas y clientes, y entre nuestros candidatos y candidatas.

Igual que desde hace años estamos avanzando en el respeto a la igualdad de las mujeres y en su no discriminación en el trabajo, ahora tenemos que empezar a avanzar en el respeto a personas de otros colectivos o nacionalidades y en el respeto a la intimidad y a la protección de datos de todos. Hay quienes han pedido ya una regulación legal estricta de los procesos de selección de personal en las empresas. Personalmente creemos que hay ya legislación suficiente para proteger a todas las personas que, en algún momento de su vida profesional, se ven inmersas en un proceso de este tipo. Su derecho a la protección de sus datos personales, a la igualdad de oportunidades y a no ser discriminadas por razones ajenas a sus méritos, tienen ya un perfecta protección en la legislación española. Lo que constituiría un error grave sería percibir a la selección de personal en si misma como una mala práctica, como una herramienta al servicio de oscuros intereses o deseos inconfesables, sobre todo, de las empresas. Porque no hay nada más alejado de la realidad que esto.

Si algo tienen claro las empresas modernas, sobre todo aquellas que operan en mercados liberalizados, competitivos y globales, es que una parte de su éxito se debe a las personas que trabajan en ellas, que son las que a través de su talento, su dedicación y compromiso hacen que las empresas avancen y crezcan. También al contrario, una parte de su fracaso se puede deber a que no tienen a las personas adecuadas en los puestos adecuados, lo que puede provocar su funcionamiento ineficaz, del que son los propios trabajadores, en forma de bajos salarios o despidos, los primeros en sufrir las consecuencias. La práctica de una selección de personal bien diseñada y ejecutada supone una ventaja clara y evidente para todas las partes que actúan en ella, añadiéndoles un claro valor a cada una: a las empresas, a los empleados y a la propia sociedad en su conjunto.

En primer lugar, realizada para todo tipo y niveles de puestos, desde los más operativos hasta los más directivos, supone una garantía para la Empresa de que cuenta con los recursos humanos necesarios y adecuados para crecer y cumplir con sus objetivos, facilitando una más eficiente asignación de sus recursos. En segundo lugar, supone una garantía para la propia persona, ya que su éxito en el puesto está directamente relacionado con que sea un puesto, el que desea ocupar, acorde a sus capacidades y preferencias. ¿Quién puede estar interesado en ocupar un puesto en el que, por falta de los conocimientos, de la experiencia o de las competencias personales necesarias, lo más probable que le puede ocurrir es que fracase?. Las personas que trabajan están interesada en desarrollarse profesionalmente, en hacer cada día tareas más importantes y significativas, en percibir mayores salarios y compensaciones económicas, y en sentirse personal y socialmente integradas en una empresa y en un equipo de trabajo. La selección de personal contribuye a todo esto, a la obtención de un beneficio mutuo (empresas - personas) que conlleva a su vez un beneficio social y económico muy relevante para todos nosotros. Una selección de personal basada en los principios de mérito y capacidad, igualdad de oportunidades y no discriminación, contribuye en mucha mayor medida al desarrollo de las personas y de las empresas, que los métodos 'no profesionales' de incorporación de personal que tanto se han utilizado y que, desgraciadamente, aún se siguen utilizando y que para nada tienen en cuenta las reales capacidades y motivaciones de las personas. La selección de personal es un factor de transparencia y movilidad social en el ámbito del trabajo. A través de ella, con sus anuncios de empleo en los medios de comunicación por ejemplo, se logra que multitud de ofertas lleguen al conocimiento de personas que, por la vía de los contactos personales, jamás podrían acceder a esta información y, difícilmente, por tanto, podrían aspirar a ocupar puestos cualificados. Algo que, a largo plazo, supondría la imposibilidad para estas personas de crecer profesionalmente y ocupar posiciones de responsabilidad y relevancia, así como de progresar socialmente. Sólo aquellos que, por fortuna o familia, tuvieran acceso a esta información serían los que tendrían este tipo de oportunidades.

También las empresas se benefician publicitando al exterior sus ofertas de empleo, ya que tienen la posibilidad de captar mayor y mejor talento entre personas a las que, sin esta comunicación transparente, jamás podrían llegar. Se trata de una actividad profesional que contribuye al beneficio mutuo de las empresas y de las personas, y que desde el punto de vista social supone un factor de movilidad y no discriminación muy importante, generador de oportunidades y de igualdad.

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