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Pequeños gigantes

Progenika Biopharma, tras los genes mutantes

Una vez conocida una gran parte de la secuencia del genoma humano queda el camino más difícil: conocer las variaciones o mutaciones que sufre y cómo se desarrollan en las distintas enfermedades del ser humano. La herencia genética es un factor fundamental a la hora de desarrollar enfermedades como la hipercolesterolemia familiar o la enfermedad de Crohn, por lo que el conocimiento previo de los genes que sufren mutaciones o de los patrones de comportamiento genético de la enfermedad pueden ser muy útiles en su tratamiento paliativo. Ese es el punto de partida del negocio de Progenika Biopharma, una pequeña y mediana empresa con sede en el Parque Tecnológico de Zamudio (Bilbao), que surgió por el espíritu emprendedor de cuatro compañeros de pupitre de un máster sobre biotecnología en Navarra realizado en 1989.

Todos emprendieron caminos distintos hasta que uno de ellos, Laureano Simón, actual director general de la compañía, tuvo que desplazarse a finales de la anterior década por motivos personales al País Vasco y sondeó la posibilidad de crear una empresa biotecnológica, a raíz de las interesantes ayudas y subvenciones que se ofrecían desde el ámbito autonómico. 'Encontró una buena respuesta y llamó al resto de los compañeros para ofrecernos la posibilidad de participar de forma activa en la compañía', recuerda Antonio Martínez, director científico de Progenika. En 2000 se constituyo de forma oficial la compañía, que empezó a trabajar con mucha indefinición, siendo capaz de abarcar sectores tan dispares como los cultivos transgénicos, la identificación de priones (en boga por aquella época por el famoso mal de las vacas locas) o el campo de la salud humana. Varios business angels y dos rondas de financiación después, en las que entraron un fondo de capital semilla de la Diputación de Vizcaya, un fondo privado y algún inversor particular, la compañía ha quedado valorada en 20 millones de euros y se ha centrado en el desarrollo de una tecnología que, a raíz del conocimiento del genoma humano, fuera capaz de conocer el uso que tiene cada gen y conocer cuándo y por qué se vuelve malo.

'Hay un gran número de enfermedades que no se diagnostican con un análisis clínico básico, sino que hace falta un análisis genético para detectarlo. El problema es que un análisis genético completo suele tardar un año en estar completado, tiene un coste de 1.000 euros y es muy difícil encontrar un número importante de muestras genéticas que sirvan para dar una validez científica a la prueba', asegura Martínez. Por este motivo, Progenika se centró en el desarrollo de DNA chips, es decir, instrumentos de diagnóstico que, además de reducir el coste a 300 euros y el tiempo de espera a dos semanas, serían una herramienta interesante para mejorar el diagnóstico y la evolución de enfermedades.

Ahora sólo quedaba establecer qué patologías serían más interesantes a la hora de desarrollar una herramienta de diagnóstico. 'La principal ayuda para desarrollar esta herramienta es tener fácil acceso a tejidos dañados por la enfermedad, para que se pueda hacer un catálogo genético y empezar a comparar muestras hasta que obtengamos un patrón de comportamiento o un conocimiento más exacto sobre distintas mutaciones'. Por este motivo, el primer chip desarrollado, en colaboración con la farmacéutica española Lacer, fue el Lipochip, indicado para el diagnóstico de la hipercolesterolemia familiar, una enfermedad que afecta a una de cada 500 personas, y para cuyo desarrollo contó con la ayuda de la Fundación Española de Hipercolesterolemia Familiar, que donó todas las muestras que tenían recogidas de los pacientes, por lo que la validación de la herramienta fue posible. Según los estudios previos de Progenika, esta enfermedad está provocada en España por 200 mutaciones genéticas diferentes, de tal manera que con los DNA chips se puede conocer qué mutación en concreto tiene cada paciente.

Sin embargo, no todos los DNA chips que se quieren desarrollar funcionan de la misma manera. El Lipochip busca una mutación en concreto, mientras que otros como el que están desarrollando para el diagnóstico de la enfermedad de Crohn, una patología crónica del sistema gastrointestinal que produce en sus periodos de máxima activad diarreas, náuseas, dolor abdominal, pérdidas de sangre y pérdida de peso sin justificación, buscan un patrón de comportamiento.

'En el chip que estamos desarrollando para esta enfermedad comparamos una secuencia normal y otra que ha sufrido mutaciones; del contraste se pretende sacar el mayor conocimiento de la patología, ya que no sabemos si es provocada por un gen o por la interacción de varios', dice el director científico de Progenika. 'Por este motivo', prosigue, 'lo que buscamos es un patrón de trabajo, es decir, que si al gen uno le unimos la combinación del siete o del ocho, el paciente tendrá un genotipo agresivo, con lo que se debía empezar con un tratamiento farmacológico fuerte desde un principio, para evitar que el paciente llegue en poco tiempo a alcanzar una mala calidad de vida'.

El Lipochip ya está siendo utilizado en hospitales de Navarra y Aragón, y se están haciendo los primeros estudios para homologar su uso en otros países europeos como Italia, Francia o Grecia. El próximo chip se centrará, a partir del interés de muchos laboratorios, en un estudio más pormenorizado de las transfusiones sanguíneas. El aumento de la inmigración ha creado poblaciones con una variedad muy compleja de grupos, 'con lo que pretendemos que esa herramienta sea efectiva para la tipificación de donantes, que haga más seguras las transfusiones en la Unión Europea'.

Presente y futuro: Datos básicos

Fundada en abril de 2000, empezó a contar con recursos económicos a partir de noviembre de ese año. Tras la última ronda de financiación, cifrada en dos millones de euros y necesaria para acometer los proyectos hasta 2008, el valor de la compañía ha quedado establecido en 20 millones de euros.De tres fundadores han pasado a ser 43 trabajadores. De 3 millones de euros facturados en 2004, este año prevén superar los 4,2 millones de euros de facturación. La mayor parte del negocio de Progenika se basa en desarrollos propios y, para 2008, la compañía espera multiplicar su actual cifra de negocio por 16, hasta los 64,3 millones de euros.

Antonio Martínez: Director científico de Progenika

'Vamos a avanzar en el cáncer y en psiquiatría'Por ahora, Progenika desarrolla instrumentos que posteriormente comercializan los laboratorios; el director científico de la firma espera que en poco tiempo gran parte del volumen de negocio venga de desarrollos propios, que les permita autofinanciar nuevos proyectos de I+D.

 

Pregunta ¿Han conseguido los resultados que previeron en su primer plan de negocio?Respuesta Creo que hemos cumplido bastante bien las expectativas. Cuando empezamos éramos tres socios y ahora tenemos 43 trabajadores. En 2004 tuvimos una facturación de 3 millones de euros y esperamos mantener un ritmo de crecimiento anual superior al 25%, de tal manera que espero que alcancemos los 4,2 millones este año.P ¿De dónde vienen los ingresos, del desarrollo o de la venta de la idea a los laboratorios?R En la actualidad tenemos abiertas ambas líneas de negocio; en el caso del Lipochip, nosotros hemos desarrollado el producto y es la compañía farmacéutica Lacer la que se encarga de comercializarlo. Lo ideal sería poder autofinanciar nuestros proyectos y llevarlos nosotros mismos al mercado, pero esto supondría tener unos ingresos muy menguados y eso no nos interesa en este momento. Creo que lo mejor a corto plazo es compatibilizar ambas líneas de negocio.P Exportan a una gran parte de Europa, ¿han pensado en el mercado norteamericano?R Trabajamos con los grandes laboratorios europeos, aunque estamos en conversaciones con distintas empresas estadounidenses interesadas en comprar DNA chips. Un campo interesante en el que vamos a trabajar, aunque desconocido por ahora, es el diagnóstico de trastornos depresivos y saber que puede aportar la genómica funcional.P Han creado una spin-off, denominada Proteómica, ¿en qué campos va a trabajar?R En conocer el comportamiento de las proteínas en distintas enfermedades como el cáncer de vejiga para crear una herramienta de diagnóstico precoz. En una muestra se ven los marcadores que son buenos o malos; se crean geles en dos dimensiones, comparando las proteínas que hay en la orina de pacientes sanos y afectados para identificar los puntos distintos, se crea un chip de proteínas con las que interesan para el diagnóstico.

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