La CE analiza el papel de las cajas en las fusiones
La peculiar estructura accionarial de cajas de ahorros, laborales o rurales, de cooperativas y mutualidades, está siendo investigada por la Comisión Europea como uno de los posibles obstáculos a la integración bancaria en la Unión Europea. Bruselas espera presentar el próximo otoño sus conclusiones sobre los blindajes que presentan ese tipo de entidades y, llegado el caso, propuestas para garantizar la libre competencia en el sector.
Banca popolare. Building societies. Sparkasse. Cajas de ahorros. Los vestigios de un capitalismo de rostro social nacido en el siglo XIX empiezan a parecer una anomalía inexplicable en los mercados financieros dominados por inversores anónimos. La Comisión Europea está analizando si la estructura societaria de esas entidades, que suelen incumplir el principio capitalista de una acción, un voto, supone un freno a la ansiada integración de los mercados financieros europeos.
'La estructura legal de ciertas entidades', explica el departamento de Mercado Interior de la Comisión, 'impide de facto la fusión con otro tipo de sociedades y ese es uno de los elementos que puede explicar la escasa consolidación europea en el sector bancario'.
El responsable de Mercado Interior, el comisario Charlie McCreevy, apuntó ya hacia ese tipo de entidades cuando el pasado mes de abril presentó su inventario de posibles obstáculos a las fusiones transfronterizas. 'Dado que la consolidación a nivel nacional sólo es posible entre cierto tipo de entidades similares y no con otras diferentes , la fusión a escala transfronteriza resulta también casi imposible', afirma el documento que sirve de base a la investigación iniciada entonces. Bruselas no adelanta conclusiones. Pero en la consulta que acaba de realizar con el sector, los bancos comerciales han arremetido contra sus rivales 'sociales', a los que acusan de constituir 'una barrera artificial' para la consolidación del sector.
'No tiene mucho sentido hacer comparaciones entre entidades con diferente estructura legal, por la sencilla razón de que cada modelo tiene diferentes objetivos y estrategias', replica el Grupo Europeo de Cajas de Ahorros, que representa en Bruselas los intereses de ese tipo de entidades. El grupo cuestiona incluso el empeño en dotar a la banca al por menor de una dimensión europea. 'En la banca al por mayor conviene para obtener los beneficios de una mayor liquidez en el mercado', ha contestado el Grupo a la Comisión. 'Pero en la minorista, la importancia de preservar la proximidad con el cliente puede restar atractivo a las fusiones transfronterizas'.
McCreevy esperaba presentar los resultados de su análisis en el consejo de ministros de Economía de la UE que se celebrará en Manchester el próximo mes de septiembre. Pero el plazo se ha ampliado. Fuentes próximas al comisario reconocen 'la complejidad del problema', que puede acabar resultado insoluble desde el punto de vista político. Al menos, a corto plazo.
'La estructura legal de ciertas entidades impide de facto la fusión con otro tipo de sociedades', advierte la Comisión
Italia: Popolare de Lodi pone a Bruselas en guardia
Las opas del BBVA y el ABN Amro en el mercado italiano están sirviendo a la Comisión Europea de laboratorio para testar las dificultades de ese tipo de operaciones.La intervención de la Banca Popolare di Lodi para entorpecer la oferta del banco holandés por su rival italiano Antonveneta ha puesto en guardia a Bruselas, por ejemplo, contra las entidades cooperativas del mercado transalpino. La CE advirtió de inmediato sobre su intención de revisar la estructura accionarial de Lodi, cuyos movimientos colocaban así en el punto de mira comunitario a las 38 banca popolare y a los 445 bancos cooperativos que operan en Italia. Los objetivos sociales de esas entidades se combinan, normalmente, con un blindaje accionarial.
España: Las cajas intentan pasar desapercibidas
Las cajas de ahorros españolas viven con el pálpito de que su estructura societaria puede provocar reticencias en Bruselas. Para pasar más desapercibidas, las entidades redujeron la participación de políticos en sus consejos de administración, escapando a la categoría comunitaria de empresas públicas y al consiguiente peligro de que sus operaciones empresariales pudieran recibir el calificativo de ayudas de estado.A pesar de su discreción, la Federación Bancaria Europea acaba de mencionarlas como ejemplo para explicar a la Comisión Europea la pervivencia de estructuras accionariales que impiden la consolidación del sector bancario. Ningún banco español ni europeo puede adquirir una caja, se queja la federación.
Alemania: Berlín renuncia a las garantías públicas
El sector bancario alemán es, probablemente, el que más se ha transformado como consecuencia de las intervenciones de la Comisión Europea. La dirección general de Competencia, que ahora dirige la comisaria Neelie Kroes, obligó a Berlín en 2001 a abolir el aval del Estado que disfrutaban las 550 cajas de ahorro y los 13 bancos públicos de Alemania. La decisión forzó varias de esas entidades a segregar el área comercial de su actividad.Bruselas, además, exigió el año pasado a siete bancos regionales la devolución al Estado de más de 3.000 millones de euros en ayudas declaradas ilegales por la Comisión. La factura para WestLB, el mayor de los bancos públicos alemanes, ascendía a 979 millones más intereses.