La insatisfacción de los profesionales
La mayoría de los profesionales españoles no está conforme con su trabajo, según un estudio realizado entre 14.000 europeos. Son los más insatisfechos de Europa. Les preocupa la falta de desarrollo profesional que les ofrecen sus empresas
El bajo sueldo y la alta presión a la que están sometidos en su puesto de trabajo los profesiones españoles son motivo de quebradero de cabeza. Apenas el 23% de los encuestados está satisfecho con el salario que recibe frente a los dos tercios (64%) que está descontento con lo que gana. El nivel de estrés en el lugar de trabajo también es relevante para los trabajadores. Así lo cree el 44% de los profesionales españoles que ha participado en la encuesta sobre entorno laboral, en la que han intervenido 14.000 empleados de Europa, realizado por la consultora especializada en recursos humanos Kelly Services.
El salarial es el elemento que más afecta a la satisfacción. Sin embargo, este dato, en opinión del director general de Kelly Services España, Ignacio Pérez Cuevas, no es relevante 'porque un gran porcentaje de las personas, siempre que se les pregunta sobre este aspecto, dice que le gustaría ganar más'.
Sin embargo, Pérez Cuevas considera más significativo el hecho de que muchos profesionales vean que tienen posibilidades de desarrollo dentro de la compañía en la que trabajan. 'Eso es mucho más interesante porque el cambio de un puesto de trabajo a otro viene dado, en muchas ocasiones, por las oportunidades que se ofrecen, como el incremento de conocimientos y de habilidades, más que por el aspecto salarial', afirma.
Precisamente, la escasez de oportunidades es otro de los motivos de queja de los empleados españoles. Según la citada encuesta, las posibilidades de mejora y la formación que les facilita la empresa son insuficientes. Es un error porque para conseguir organizaciones de alto rendimiento hay que saber, explica el director general de la consultora, 'combinar adecuadamente personas, tareas y recompensas'. En este sentido, señala que hay una serie de factores que contribuyen a obtener una organización productiva y satisfecha, como son 'proporcionar a los equipos retos y tareas interesantes, autonomía y evaluación constructiva'.
Pérez Cuevas distingue dos niveles de estrés. 'El positivo es el que se desencadena por exceso de trabajo, por tareas interesantes y proyectos nuevos, que es el que posibilita el desarrollo de nuevas habilidades. Este tipo de estrés es necesario', afirma. En cambio, el negativo es fruto de la apatía, cuando el trabajador observa que tiene poco recorrido dentro de la empresa, 'eso repercute en las empresas y en su productividad'.
Los resultados del informe son deprimentes, sobre todo en el caso de España, donde tan sólo el 46% de los trabajadores preguntados está contento o muy contento con su puesto de trabajo actual. Este dato contrasta con los porcentajes obtenidos en otros países. El 68% de los trabajadores de los países escandinavos está satisfecho con lo que hace en su trabajo. Lo mismo ocurre en Francia, donde el 61% de los profesionales está satisfecho con su labor. El 53% de los italianos y los suizos, el 50% de los rusos y los alemanes, el 47% de los británicos, el 45% de los holandeses y el 35% de los belgas están conformes.
La citada encuesta apunta que el índice de aceptación entre los españoles es mayor entre los hombres (50%) que entre las mujeres (44%). En opinión del director general de Kelly Services, 'no es sorprendente que los trabajadores que asumen tareas más exigentes y, en ocasiones, estresantes, suelen ser los que se sienten más satisfechos en su trabajo, porque supone un reto que les ayuda a desarrollar nuevas habilidades'. En cuanto a estándares y prácticas éticas de los empresarios, apenas el 30% de los trabajadores afirma sentirse satisfecho con ellas, siendo el español uno de los porcentajes más bajos de Europa.
Lo que sorprende del estudio es que, a pesar de la importancia que se concede, en estos momentos, a la conciliación entre la vida personal y la profesional, menos de la mitad de los profesionales españoles ha puesto de manifiesto que se encuentra satisfecho con el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar. Asimismo, el 58% está contento con el nivel de los beneficios sociales que percibe. 'El lugar de trabajo ha llegado a ser una comunidad en sí misma, donde la gente trabaja, se relaciona y aprende', afirma Pérez Cuevas. Y añade: 'los empresarios deben entender la importancia de consolidar un entorno de trabajo donde los profesionales puedan crecer, relacionarse con sus compañeros y sentirse orgullosos de los que ellos y su organización realizan'.
Por edades, son los mayores de 45 años los que registran un elevado grado de insatisfacción, mientras que los profesionales de entre 25 años hasta la cuarentena se muestran contentos con lo que hacen. Los años de permanencia en una empresa también condicionan el estado de ánimo: el 42% de los empleados que lleva más de cinco años en una compañía no se siente muy feliz. El primer año del trabajador dentro de una empresa es, sin duda, el mejor. Así lo manifiesta el 57% de los encuestados. Ese porcentaje disminuye diez puntos cuando se cumplen los cinco años de antigüedad. Estos datos tienen una justificación. 'Cuando un profesional llega a una empresa está inicialmente ilusionado, el trabajo le parece un reto, aprende cosas nuevas. Está claro que los desafíos motivan a la gente y se produce más que cuando el trabajo se vuelve de repetitivo y aburrido', afirma Pérez Cuevas. Mejorar ese estado de animo depende, en parte, del departamentos de recursos humanos que debe volcarse en el desarrollo de las personas.
Condenados al fracaso
El denominado fenómeno de descarrilamiento o fracaso ejecutivo se produce en directivos con un severo cuadro de problemas en las relaciones interpersonales, incapaces de construir o liderar un equipo. Por el contrario, los ejecutivos que progresan en sus carreras saben mantener su independencia y, a la vez, gestionar equipos. Estas conclusiones son fruto de las investigaciones realizadas por el Instituto de Liderazgo entre 8.000 directivos.Las claves por las que se identifica a los profesionales con futuro son las siguientes: los ejecutivos de éxito inicial se identifican rápidamente como personas de alto potencial, obtienen al comienzo de sus carreras unos resultados sobresalientes, son vistos como inteligentes y ambiciosos, toman decisiones, son creativos en la implantación de soluciones, son buenos técnicos y resuelven los problemas a los que se enfrentan.Los ejecutivos que continúan sus progresos se desmarcan de los que fracasan o se desvían en una serie de puntos porque tienen un área de fortaleza y no renuncian a ella, hacen bien diferentes tipos de trabajo, mantienen la compostura ante las situaciones de estrés, transmitiendo serenidad y tranquilidad, y saben manejar y aceptar los errores. Pero hay algo más: aprenden de ellos. También saben centrarse en los problemas reales y los resuelven, y saben gestionar y relacionarse con todo tipo de empresas.En definitiva, aquellos que progresan, asegura Pedro Gioya, socio del Instituto de Liderazgo, 'son los que controlan los resultados a corto plazo sin perder de vista la visión estratégica, son ambiciosos, tienen unos estándares elevados y ante problemas complejos son decididos y saben tomar y defender su postura'.