El enfrentamiento político desata los temores a una ruptura
El enfrentamiento latente entre los partidarios de una Europa política y una mercantil se convirtió el sábado en una batalla abierta por el control de la Unión Europea. El freno de Londres a los próximos presupuestos comunitarios desafía el modelo de integración que lidera el eje franco-alemán y amenaza con escindir la Unión.
Ningún líder político europeo, salvo Silvio Berlusconi, ha osado minimizar durante la magnitud de la crisis que revela el fracaso de la cumbre comunitaria en la madrugada del sábado.
Al contrario. Inmediatamente surgieron voces cualificadas que alertan sobre el riesgo de una escisión en el seno de la Unión Europea ante la creciente dificultad para compartir el objetivo de una integración política.
Ese análisis ve síntomas, más que consecuencias, en la imposibilidad de dotarse de una Constitución y en la incapacidad para acordar los presupuestos de la UE para 2007-2013.
'Mi impresión es que hay dos conceptos de Europa', resumía al final de la cumbre un desolado Jean-Claude Juncker, presidente de la Unión durante este semestre. 'Y presentía desde hace tiempo que ese debate acabaría estallando en toda su dimensión a la luz del día'. Lo hizo a las 00:15 horas del pasado sábado en Bruselas, a la tibia luz de una noche próxima al solsticio en la que no llegó a oscurecer del todo.
La negativa del primer ministro británico, Tony Blair, a admitir la última oferta presupuestaria presentada por Juncker, proyectó sobre el Consejo Europeo la gigantesca sombra del objetivo británico de convertir la UE en una mera zona de libre cambio.
Blair prefiere ver su propuesta como una alternativa modernizadora frente 'a quienes quieren una UE atrapada en el pasado'. 'Quienes quieren una Europa política y solidaria saben lo que defienden', contraataca Juncker. 'Los que proponen otra Europa, no la definen'
'Falta ver si la crisis representa una amenaza para la integración europea o si son los dolores del parto de una nueva y reformada UE', sopesa John Palmer, director del European Policy Centre.
El candidato a suceder a Jacques Chirac al frente de la república francesa, Nicolas Sarkozy, propone 'un nuevo motor para la construcción europea', con los siete países fundadores, España y Polonia. Sarkozy, curiosamente, cuenta también con Londres para esa labor.
El bloqueo perjudica a los intereses españoles
La parálisis de la Unión Europea amenaza los intereses políticos y financieros de España en el club. El retraso en la negociación presupuestaria empeora, a priori, las aspiraciones españolas de seguir recibiendo fondos entre 2007 y 2013. La convergencia económica española, a casi un punto de PIB por año, mina los argumentos para defender ese privilegio.La profunda crisis política desencadenada por el enfrentamiento entre Londres y el eje franco-alemán también deja a España en una peligrosa tierra de nadie en la que se verá obligada a elegir por uno de los dos bandos.El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero apoya el modelo de integración política europea que lideran París y Berlín, pero también se encuentra a gusto con la agenda de reformas económicas preconizada por Tony Blair.