Blair toma las riendas de la UE
La debacle que ha provocado el no de Francia y Holanda a la Constitución ha dejado las riendas de la UE en manos del socio más reticente. El primer ministro británico, Tony Blair, más alejado que nunca del eje franco-alemán desde la guerra de Irak, disfruta de una situación que le han puesto en bandeja los votantes franceses y holandeses. Londres, que presidirá la UE el próximo semestre, devolvió ayer el primer golpe anunciando la suspensión de su referéndum sobre la Constitución. La decisión no mata el Tratado y deja abierta la puerta de una futura consulta. Pero Blair logra a la vez desairar a Bruselas, a Chirac y a Schröder que, con matices, habían pedido que ningún socio tomase medidas unilaterales (léase suspender o aplazar) en el proceso de ratificación.
La estrategia de acorralar a los británicos en 2006 con una Constitución ratificada por 24 Estados juega ahora a favor de Blair. En Francia no habrá otra consulta antes de las presidenciales de 2007, y eso libera al primer ministro británico por un tiempo de esa espada de Damocles. La salida unilateral de la crisis buscada por Londres podría repetirse la próxima semana en el otro debate comunitario por excelencia, la negociación presupuestaria para 2007-2013. Todos los socios piden, con más o menos fuerza, que Reino Unido haga una aportación proporcional a su riqueza, y renuncie, de forma progresiva, al cheque por el que ahora se le devuelve en gran parte.
Blair, que acaba de obtener una histórica tercera victoria electoral, llega al debate con mucha más fortaleza que sus rivales alemán y francés, desautorizados por sus electorados. Debería hacer gala de su proclamado europeísmo y no aprovechar una negociación tan trascendental para saldar cuentas. El cheque británico es insostenible, y no puede retrasar el pacto financiero, lo que acabaría de sumir a la Unión en el pesimismo.