Wolfowitz aterriza en el Banco Mundial
En 1968 el secretario de Defensa Robert McNamara cambió su oficina del Pentágono por la del Banco Mundial (BM). Este mismo recorrido lo hace oficialmente hoy Paul Wolfowitz, de 61 años, que pasa de la subsecretaría de Defensa a la presidencia de una institución que da al año unos 20.000 millones de dólares en préstamos y subsidios a países pobres y en desarrollo.
Wolfowitz, un halcón de la administración Bush y uno de los pilares del neoconservadurismo americano sustituye a James Wolfenshon. Su nombre se asocia con la guerra de Irak, de la que ha sido uno de sus arquitectos, algo que le ha granjeado escasas simpatías fuera de Estados Unidos. Pese a ello y su inexperiencia en desarrollo, los países que se integran en el BM aceptaron la elección de quien tradicionalmente la hace, la Casa Blanca.
Desde que se confirmó su elección, Wolfowitz ha comentado que está 'en posición de escuchar'.
Peter Kenen celebra esta actitud. Este profesor de finanzas internacionales, miembro del Council on Foreign Relations, dice que Wolfowitz es 'brillante, sabe que entra en un mundo distinto y es lo suficiente inteligente como para saber que tiene mucho que aprender'.
Kenen, autor de entre otros, Arquitectura Financiera Internacional, dice que además de reconocer que 'debe lidiar con países que no son democráticos, algo muy difícil para él', el primer deber de Wolfowitz es 'separarse de sus amigos en la administración Bush y entender que tiene cerca de 200 jefes, uno por cada país representado en el BM'.
Para Kenen la más clara declaración de independencia es decir que no está de acuerdo con la tesis del Tesoro sobre la condonación de la deuda de los países fuertemente endeudados, uno de los puntos de controversia en el banco y que si se modifica puede cambiar la estructura financiera de la institución.
Según el Tesoro, el BM debe condonar la deuda a los países altamente endeudados. El perdón de estas obligaciones que continuamente refinancia el Banco acabaría con sus fondos si no se dota a la entidad de más recursos, según explica Sebastian Mallabay en la revista Foreign Affairs.
Según este experto, si la cancelación de la deuda no se compensa como los británicos quieren (con aportaciones de los países ricos) pero los estadounidenses no, en 2025 los recursos para hacer préstamos blandos serán un quinto de lo que son hoy. La administración Bush quiere que además los préstamos blandos se transformen en subsidios. Todo ello ahogará las facultades financieras de esta institución.
Otro de los puntos contenciosos es el futuro de los créditos comerciales algo que los economistas más conservadores, entre ellos Rogoff, deploran. Este profesor de Harvard ha sido uno de los que más ha criticado que se sigan manteniendo ahora que los mercados financieros estaban preparados para prestar a países como Brasil, Turquía, Argentina, China o México.
Ana Eiras del conservador Think Tank Heritage Foundation creen que éstos 'suponen el 30% de la cartera del banco y son insólitos. Hay países a los que se les debe dejar de prestar porque podrían tener acceso a los mercados de capitales'.
Temas de agenda
El nuevo responsable ha querido demostrar su independencia mostrándose contrario a la tesis del Tesoro estadounidense que defiende la condonación de la deuda a los países muy endeudados. El futuro de los créditos comerciales estará también en su agenda.
Un intento de rápida confraternización
El ex subsecretario de defensa ha lanzado una campaña de confraternización para contrarrestar su imagen belicosa desde que su nombramiento fue aprobado a finales de marzo. Wolfowitz se ha desvinculado desde hace semanas de sus tareas en Defensa para ir familiarizándose con las del Banco. En este tiempo ha tenido una oficina de transición en la sede de esta institución y ha intentado acercarse a unos funcionarios que le han recibido con recelo.Para romper el hielo, Wolfowitz ha sido un regular de los almuerzos en la cafetería de la sede del banco, se ha reunido en varias ocasiones con parte del personal, a quien les ha dado su correo electrónico para que le den ideas y sugerencias, y ocasionalmente ha ido saludando por los pasillos a quien se ha encontrado. El viernes pasado se reunió con representantes de ONG.Pero todo ello no le va a suavizar del todo el trabajo puesto que muy pronto va a tener que tomar importantes decisiones y una de ellas es tomar una posición con respecto a la reciente auditoría interna sobre el trabajo que en los últimos años ha llevado a cabo el Banco.Esta auditoria explica que el BM ha enfatizado en los últimos años lo que se llama 'infraestructura social (proyectos de educación y salud fundamentalmente) muy apoyadas por las ONG, en detrimento de las inversiones en infraestructuras físicas. El informe indica que las carreteras o regadíos, por ejemplo, son más importantes para el alivio de la pobreza.En la Heritage Foundation se aconseja al banco a que cambie sus proyectos e invierta más en infraestructuras y en cuestiones fácilmente mesurables para comprobar que la ayuda es eficiente, algo por lo que aboga la administración Bush. Desde Oxfam Intermon, Barbara Stocking asegura que su grupo está 'en posición vigilante'.