Europa se juega su política espacial a una sola carta
No caben retrasos en la carrera espacial de Europa frente a EE UU. Así lo entiende el órgano encargado de conceder el desarrollo y explotación del sistema europeo de localización por satélite Galileo. La entidad, creada por la Comisión y la Agencia Espacial Europea, y denominada Galileo Joint Undertaking (GJU), quiere saber en un plazo de tres semanas quién liderará el proyecto y su precio definitivo.
Dicho órgano ha negociado durante el último trimestre con los dos consorcios aeroespaciales interesados y los contactos convergen en una idea clara: los grupos persiguen una fusión que derive en una sola oferta.
Como prueba de urgencia, el citado organismo cedió ayer ante las empresas. Así, Eurely, conglomerado en el que están ubicadas las españolas Hispasat y Aena, además de Alcatel Participations y Finmeccanica, buscará una oferta en común con Inavsat, consorcio en el que figuran EADS Space, Inmarsat Ventures o Thales.
La propuesta debe estar en manos de GJU el 20 de junio y para el día 27 está previsto su estudio en la mesa del consejo de supervisión del proyecto Galileo.
Pero quedan flecos, en forma de condiciones, para que la Unión Temporal de Consorcios sea definitiva. Las compañías de ambos grupos conocieron ayer por carta las exigencias del árbitro GJU, quien ha expresado su intención de 'examinar estrictamente' si se cumplen las garantías de financiación privada o la capacidad de investigación para generar ingresos. Los trabajos para tejer la red Galileo tienen como fecha de inicio 2006 y antes de que finalice 2007 deben haberse lanzado los 30 satélites previstos y estar funcionando el componente terrestre, con un coste de 2.100 millones (1.400 millones corren a cuenta del concesionario del sistema y los otros 700 serán aportados por la UE) sobre un presupuesto de 3.200 millones.
Una vez finalizado el despliegue, en 2008, será el momento de una explotación comercial que dará empleo a unas 100.000 personas, según datos que maneja la Comisión Europea. El mismo organismo calcula que el operador de Galileo obtendrá unos ingresos por 66 millones en 2010 y 500 millones anuales en 2020, por lo que la explotación del sistema entraría en beneficios en 2011.
Proteccionismo
A la integración de Eurely e iNavSat le ha salido un poderoso enemigo en el Gobierno alemán. El ministro de Transportes, Manfred Stolpe, declaró la semana pasada su oposición en el diario germano Handelsblatt por entender que a menor competencia, precios de desarrollo más altos.
Entretanto, la UE trata de subir al carro de la inversión pública a países de medio mundo. Entre los convencidos están China e Israel, mientras hay contactos con Rusia, Ucrania, India, Malasia, Australia, Argentina, Brasil, Chile, México y se abrirán con Corea del Sur. Al margen del desarrollo queda EE UU, potencia que ha firmado un acuerdo con la UE para garantizar la compatibilidad entre su sistema GPS y el futuro Galileo.
Clave en la independencia tecnológica frente a EE UU
El Consejo Europeo del Espacio conocerá el próximo 7 de junio el borrador del programa espacial que sienta las prioridades de la UE más allá de la atmósfera. El punto clave y más cortoplacista es Galileo, un pilar de competencia frente a EE UU.La localización por satélite ha dejado de ser un arma estratégica para los ejércitos para convertirse en un negocio para los Gobiernos y grandes firmas aeroespaciales. Según la Comisión Europea, tener capacidad para ubicar con exactitud un punto en el globo terráqueo moverá 300.000 millones anuales en 2020.EE UU es pionero y sus satélites dan cobertura al sistema GPS (Sistema Global de Posicionamiento, por sus siglas en inglés). Enfrente estará el europeo Galileo, constelación de 30 satélites para su uso civil.