Perder el miedo a la deslocalización
Los traslados de producción a otros países son un hecho de nuestro tiempo que tampoco hay que mitificar. æpermil;sa es la conclusión fundamental de la jornada sobre Los retos de la inversión de la empresa española en el exterior, organizado ayer en Madrid por la Fundación Alternativas, y al que acudieron representantes de grandes empresas. El ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Montilla, explicó que el fenómeno de la deslocalización es muy complejo, y que no se puede circunscribir únicamente a las diferencias de costes laborales.
Así, en la decisión de trasladar producción a otro país influyen también factores como el marco fiscal (especialmente favorable en algunos países del Este de Europa), la dotación de infraestructuras, la formación de los trabajadores, o el grado de implantación de las nuevas tecnologías.
Montilla llamó la atención sobre el hecho de que el fenómeno puede no ser negativo para la economía, siempre y cuando afecte sólo a parte de la producción, y se logre retener las actividades que generan mayor valor añadido.
La marcha permite a algunas empresas sobrevivir
El evento contó con la presencia de más de medio centenar de ejecutivos de los sectores del automóvil, textil, telefonía, banca y comunicación. Entre ellos se encontraban Fernando Panizo y Luis Lada, de Telefónica; Antonio Abril, de Inditex; Luis Rivera, de Endesa; Luis Mañas, de Repsol o Ignacio Santillana, de Prisa. Los asistentes coincidieron en que la deslocalización, un fenómeno íntimamente ligado a la globalización, no debe dar lugar al alarmismo. Se trata de 'un fenómeno que no es masivo, sino que afecta a empresas muy puntuales por motivos muy determinados'.
En cualquier caso, la opinión general coincidió en que el fenómeno es defensivo, para resolver situaciones altamente complicadas, y casi siempre sirve como forma de supervivencia de empresas que, de otro modo, tendrían que cerrar.
Otro de los aspectos abordados en el seminario fue el flujo de inversión, tanto extranjera como española en otros países. Santillana destacó el cambio experimentado por las empresas españolas, que 'ya no buscan sólo maximizar' el beneficio para el accionista, sino que muestran un 'mayor respeto al entorno' y a las sociedades a las que se dirigen.