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CincoSentidos

EE UU quiere cambiar la dieta a sus ciudadanos

Casi dos tercios de los adultos de EE UU y el 15% de los niños tienen sobrepeso. De ellos, la mitad están obesos. Las proporciones de los americanos siguen aumentando pese a que desde 1992 el Gobierno puso en marcha una campaña, con una pirámide alimentaria, en la que se informaba sobre qué comer y en qué cantidades para controlar el peso.

A tenor de los pobres resultados obtenidos hasta ahora, el Gobierno americano ha repensado su estrategia y ha sustituido aquella pirámide por otras 12, en las que se puedan encajar distintos tipos de personas dependiendo de sus necesidades nutricionales (basadas en la edad, sexo, tipo de actividad) y estilos de vida.

En la presentación de estas nuevas directivas gráficas sobre la dieta más adecuada, el subsecretario para alimentación y servicios de consumidores, Eric Bost, señaló que si no se cambian los hábitos en la mesa, 'nuestros hijos pueden ser la primera generación que no tenga expectativas de vida tan largas como las de sus padres'. Este llamamiento se hace eco de un artículo de The New England Journal of Medicine de marzo en el que los expertos señalan que la obesidad reduce la esperanza de vida entre cuatro y nueve meses.

La página web de los nuevos sistemas recibió 15 millones de visitas el primer día

Desde la Administración se sugiere a los ciudadanos que dediquen al menos 30 minutos de su día a hacer algún tipo de ejercicio (una hora para los niños) e insisten en la moderación como regla maestra. 'No hay necesidad de acabar el plato entero', dicen desde este departamento, algo que sugieren entre otros cardiólogos Valentín Fuster que asegura que siendo tan grandes las porciones en EE UU, conviene comer la mitad de lo que se sirve en los restaurantes.

Frente a la receta de la antigua pirámide, las nuevas proponen que se coma una mayor variedad de productos y que se controlen las calorías (entre 1.000 y 3.200 dependiendo de la persona) en vez de insistir en una serie de alimentos sobre otros. Con respecto a la pirámide de 1992, se sugiere que se incrementen las cantidad de frutas y verduras que deben ingerirse y se reduzca algo la cantidad de cereales, que siempre deben ser integrales. Para sorpresa de muchos médicos las directivas recomiendan un mayor consumo de leche y derivados, no tan necesarios en el caso de adultos. Ayer, los médicos criticaban además que se hayan puesto límites muy vagos al consumo de azúcar y sal.

A diferencia de la anterior guía piramidal, éstas hablan de cantidades de forma más precisa al expresarse por tazas o por onzas, no por porciones como anteriormente.

Bost dijo en la presentación de esta nueva campaña, que estas guías son 'herramientas educativas y motivacionales para ayudar a los consumidores a ser conscientes de las opciones más saludables', pero desde su departamento se admitía que no se espera que las tendencias vistas hasta ahora cambien de la noche a la mañana.

Pese a todo, la curiosidad se disparó y las visitas a la página en internet en el que se detallan las pirámides de cada persona y las sugerencias, www.mypiramid.gov, se dispararon el día de la presentación (el martes). Más de 15 millones de visitantes colapsaron parcialmente el estrenado servicio.

La obesidad también preocupa en España

Estados Unidos no es el único país en el que la obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública. Desde la década de los noventa hasta ahora, la cifra de niños obesos en Europa se ha duplicado. Un panorama en el que España figura como el cuarto país de la Unión Europea con mayor incidencia de obesidad infantil: un 16,1% entre niños de seis a 12 años de edad, según datos del Ministerio de Sanidad. La cifra es especialmente significativa si se tiene en cuenta que tan sólo hace 20 años el porcentaje de menores españoles con sobrepeso era del 5% y que España es la cuna de la dieta mediterránea, considerada la más saludable por expertos en dietética de todo el mundo.Como fórmula para intentar atajar esta tendencia, el Gobierno impulsó el pasado mes de febrero un plan de choque que incluye un acuerdo con la industria alimentaria para tratar de reducir paulatinamente los porcentajes de grasa, sodio y sales minerales en los alimentos. Entre las medidas adoptadas destaca el compromiso de la industria de crear un código de autorregulación para publicidad de alimentos y bebidas destinados a menores de 12 años; la prohibición de instalar máquinas expendedoras de bebida y comida en zonas de fácil acceso a menores; o la reducción del porcentaje de sal en la elaboración del pan del 2,2% al 1,8%. Otra de las iniciativas es la constitución de un Observatorio de la Obesidad para estudiar el problema.

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