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Telefonía

Telefónica y Portugal Telecom revisan su pacto de accionistas para Brasil

Menos de dos años y dos meses después de firmarlo, Telefónica y Portugal Telecom han revisado el pacto de accionistas de su alianza para Brasil. Las socias amplían las fórmulas de crecimiento y detallan el reparto de las comisiones de gestión.

Telefónica Móviles y Portugal Telecom no han dejado nada al azar. El pacto de accionistas que firmaron en octubre de 2002 para hacer realidad la fusión de sus operaciones celulares en Brasil y la creación de una sociedad conjunta regula todos y cada uno los avatares por los que puede pasar una empresa, desde el reparto de los bienes en caso de liquidación hasta los pasos que hay que dar para comunicar una noticia al mercado.

Ahora, cuando no se han cumplido los dos años y dos meses de la rúbrica, las firmantes han decidido que es hora de revisar el pacto fundacional del holding que agrupa todas sus participaciones en el país.

Una de las revisiones principales es la que afecta a la forma en que las dos socias se han comprometido a crecer en Brasil. En este punto, el pacto de accionistas trata de asegurar que, en caso de desacuerdo, los deseos de una de las partes -Telefónica o Portugal Telecom- de desarrollar el negocio de telefonía celular no se vean entorpecidos por las prevenciones del otro, siempre que cumplan determinados criterios.

Estos criterios han sido bautizados como Principios de crecimiento de la compañía y a partir de la revisión quedan ampliados. Además de la compra de empresas y el desarrollo de nuevos negocios, la adquisición de licencias o espectro se vuelve también prioritaria siempre que un análisis independiente demuestre que potencia el valor de los accionistas.

También supone una revisión de calado la que afecta al denominado management fee, que no es otra cosa que la comisión que se lleva cada una de las socias por gestionar Brasilcel, el holding que agrupa sus posesiones celulares. Así, el pacto de accionistas establece que Telefónica Móviles y Portugal Telecom deben 'compartir' los beneficios económicos de cualquier contrato de gestión presente o futuro firmado en cualquiera de las filiales que tiene Brasilcel o en nuevas adquisiciones.

Claridad en las cuentas

Para que este presupuesto sea una realidad, el acuerdo revisado exige a las socias que hagan cada trimestre un recuento de cuánto dinero han recibido de sus propiedades y que se manden los datos la una a la otra. Con el objetivo de que las cuentas sean nítidas y no haya suspicacias entre Telefónica y Portugal Telecom, las cifras deben contar con el visto bueno de ambas. En caso de desacuerdo, el pacto de accionistas regula cada uno de los pasos que deben darse para acercar posiciones.

El nuevo documento que regirá la relación entre la operadora española y la lusa contempla también públicamente y por primera vez la posibilidad de que Brasilcel salga a Bolsa. No se dan más detalles de esta hipótesis, pero sí se adelanta que tal suceso volverá a provocar una revisión del acuerdo.

Una máquina de crecer con 25 millones de clientes

La alianza de Telefónica Móviles y Portugal Telecom para Brasil es, sin duda, la más exitosa que ha firmado la operadora. Brasilcel es el dueño de Vivo, la marca con la que las socias española y portuguesa operan en el país y que agrupa seis compañías de telefonía celular. Esta compañía es el resultado de la fusión de los negocios que tenían las dos aliadas por separado. Portugal Telecom aportó la mayor de las compañías, la operadora celular de São Paulo, y otra de menor tamaño. Telefónica era la dueña de otras tres. Ya juntas adquirieron la sexta posesión. El resultado es una sociedad que cuenta con más de 25 millones de clientes y que capta abonados a un ritmo superior al medio millón mensual. A estas alturas, Vivo ya es más grande que Telefónica Móviles en España.

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