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José María Arriola

'La propiedad es vital en la empresa familiar'

El directivo vasco, que gestiona una sociedad de servicios especializada en la empresa familiar, considera que el principal problema que tienen este tipo de compañías es la titularidad de la propiedad.

José María Arriola (Bilbao, 1970) considera que la empresa familiar tiene como primer problema la titularidad y luego la gestión. Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto y forjado profesionalmente en la banca, es el director general de Emasfa, una compañía de reciente creación cuyo objetivo es apoyar y dar servicios a este tipo de sociedades que suponen el 60% del Producto Interior Bruto (PIB) español y también de las exportaciones. Apoyado por un grupo de compañías colaboradoras especializadas en campos como el derecho civil, el mercantil, laboral, la auditoría o la gestión de patrimonios, entre otros, pretende asesorar a unas empresas cuya vida media no supera los 30 años frente a los 50 de las no familiares

Pregunta ¿Por qué la vida de las empresas familiares es más bien corta y es raro que lleguen a la tercera generación?

Respuesta Considero que su principal problema es la titularidad y después la gestión. Primero hay que resolver quien es el propietario cuando en este tipo de compañías suele haber varios hermanos socios, con sus respectivos hijos, lo que complica el sistema.

'No todos los descendientes, aunque estén formados y bien preparados, sirven para asumir la gestión de la empresa familiar'

'En la mayoría de los casos no se aplica el dicho de que el abuelo funda la empresa, el hijo la debilita y el nieto la entierra'

P ¿Y cómo se puede resolver?

R Creo que la solución pasa por la ejecución de actos intervivos, como por ejemplo que el padre done la propiedad a su hijos en vida, y testamentos claros para evitar enfrentamientos entre hermanos que al final pueden desembocar en la desaparición de una empresa familiar creada por su padre o por el abuelo.

P Pero los problemas de gestión también tendrán algo que ver...

R Sin duda, pero sería la segunda actuación que debería realizarse y en ese capítulo es donde entramos el equipo de Emasfa y nuestros colaboradores con el objetivo de evitar la desaparición prematura de la empresa familiar.

P ¿Cómo está actualmente la situación de la empresa familiar en España?

R Considero que es mala. Los propietarios dedican buena parte de su actividad a solucionar problemas cotidianos y dejan descuidadas otras áreas que pueden influir negativamente en los resultados, provocar errores estratégicos, pérdida de oportunidades e, incluso, la desaparición de la empresa. Creo que hay una falta de asesoramiento y, en la mayoría de los casos, no estoy de acuerdo con el dicho popular de 'el abuelo funda la empresa, el hijo la debilita y el nieto la entierra'. El mundo evoluciona a velocidad de vértigo y por eso los empresarios necesitan un asesoramiento continuo.

P ¿Todos los descendientes deben acceder a la gestión de este tipo de sociedades?

R Es la pregunta más extendida pero esta claro que no puede acceder cualquiera y eso se tiene que establecer con criterio. Por ejemplo un familiar que no está en la gestión no debe esperar siempre recibir un dividendo. Si lo hay, se repartirá, o puede que no con el objetivo final de dar músculo a la compañía y asegurar su futuro que también será el de sus hijos. No todos están preparados para ese tema

P ¿ Sólo los más formados servirán para dirigir la empresa?

R Normalmente si, pero también hay descendientes muy preparados que no quieren asumir esa responsabilidad. Lo ideal es formarse fuera de casa, en una empresa familiar, para luego volver y acceder la propiedad ya con experiencia. Esta estrategia es complicada.

P ¿Apoya lo suficiente la Administración a la empresa familiar?

R Rotundamente no. Desde Emasfa pretendemos trabajar para mejorar esta situación y que se arbitren soluciones para que este tipo de empresas tengan futuro.

P ¿Ese papel no es que el está haciendo el Instituto de Empresa Familiar?

R Hasta ahora sí y han realizado una buena labor. Pero, por ejemplo, en el País Vasco, donde el peso de la empresa familiar es muy importante su actuación ha sido más bien discreta. En cualquier caso creo que nuestra oferta es mejor. Contamos, a través de nuestras compañías colaboradoras, con un equipo de 400 profesionales expertos en trece áreas que nosotros consideramos fundamentales para la supervivencia de este tipo de sociedades y que van desde la auditoria, a la gestión de patrimonios sin descuidar los recursos humanos o el derecho.

El problema de los conflictos emocionales

¿Cómo funciona una institución como Emasfa?Nuestros ingresos proceden de las cuotas de los asociados y que varían desde los 600 a 900 euros al mes según el tamaño de cada empresa. No cobramos por los servicios que ofrecen nuestras empresas colaboradoras y son ellos los que cobran directamente pero con un ventaja: el precio para los asociados es menor que si acudieran directamente a solicitar sus servicios. Creo que contamos con especialistas de primer nivel que pueden ayudar a las compañías familiares a resolver sus problemas, tanto de gestión como de otro tipo, se consoliden y encuentren el camino del éxito y de la excelencia.¿Sólo facilitan asesoramiento?Sabemos el esfuerzo que supone sacar adelante una empresa familiar. El día a día y la propia estructura de la empresa les impide a sus propietarios ocuparse de un sinfín de actividades que, conveniente atendidas, repercutirán positivamente en su negocio. Así que además de asesoramiento fiscal, laboral, mercantil, civil, notarial, gestión patrimonial, auditoría, calidad, nuevas tecnologías y asegurador, también proporcionamos formación e información, de manera gratuita ofreciéndoles conferencias, boletín de información y un sitio en Internet donde poder ver artículos, bibliografía, artículos y noticias.

 

¿Tienen futuro las empresas familiares?Sin duda, a pesar de que comprobamos que tan sólo un 30% de este tipo de sociedades supera la transición entre la primera y la segunda generación y únicamente un 10% de ellas logra alcanzar la tercera. Bien es cierto que el doble componente de empresa y además familiar tiene una problemática añadida. Entre los principales desventajas que hemos encontrado en las empresas familiares se encuentran problemas de rigidez, de sucesión y los conflictos emocionales. También tiene sus ventajas. El hecho de que una sociedad sea familiar lleva aparejado un compromiso con el negocio, flexibilidad, rapidez a la hora de tomar decisiones y la confianza. Aun así, necesitan asesoramiento para cubrir sus necesidades sin que se resienta su balance ni su producto y la sociedad pueda continuar con una estructura familiar.

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