_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los tigres asiáticos no descansan

La economía de los países asiáticos sigue moviéndose. Dos acontecimientos que han ocurrido estos días aconsejan que no se los pierda de vista.

Por una parte, los líderes de los diez países del sureste asiático, que forman la Asean, acordaron el 29 de noviembre, en su reunión anual, acelerar el proceso de integración regional, liberalizando el comercio de 11 sectores tan importantes como la electrónica, la automoción, el turismo, el transporte aéreo y el textil.

Para el año 2007 lo harían los seis países más desarrollados (Singapur, Brunei, Malaisia, Tailandia, Indonesia y Filipinas) y para el 2012 los cuatro restantes (Vietnam, Laos, Camboya y Myanmar). Su objetivo es crear un mercado de libre circulación de mercancías, capitales y personas para el 2020, o antes si se consiguen superar las grandes diferencias que hay entre Singapur, en un extremo, con casi 20.000 dólares de PIB per cápita y Myanmar, en el otro, con 179.

Aunque piensan que con la integración atraerán más inversión directa extranjera -como le ha ocurrido a China, que entre 1994 y 2003 ha conseguido inversiones por un valor de 392.000 millones de dólares, más del doble de lo que se ha invertido en los países de Asean-, difícilmente se conseguirá el objetivo si toda la estrategia se reduce a la liberalización del mercado y no se emprenden reformas políticas y sociales de mayor calado.

El otro acontecimiento ha sido la firma, en el mismo día, de un acuerdo comercial con China, que se venía gestando desde el 2002 y que en el 2003 tomó la forma de Acuerdo Estratégico para la Paz, Prosperidad y Cooperación Política y Social.

Este acuerdo comercial propone eliminar, a partir del 1 de julio del 2005, las tarifas arancelarias de la mayor parte de los productos hasta finales del 2010. China pretende así equilibrar el déficit comercial, que tiene con los países de la Asean por la importación de petróleo y materias primas y, sobre todo, erigirse en el polo económico y político de Asia oriental al formar el mayor mercado libre del mundo con una población de 1.800 millones personas. Por eso le interesa también asegurar la estabilidad de toda la región.

Desde el punto de vista de la economía mundial es positivo que se cree un nuevo centro de poder económico autónomo, basado, como parece, en las reglas del mercado de libre competencia. A las cumbres occidentales del Grupo de los Ocho, capitaneados por Estados Unidos, aunque con la participación del Japón, se contrapondrían las cumbres de un nuevo espacio económico, que pretende liderar China aunque en esta reunión de la Asean, además del primer ministro chino, han participado los jefes de Gobierno de Japón, Corea del Sur, India, Australia y Nueva Zelanda, con los que la nueva formación económica quiere iniciar negociaciones para acuerdos de libre comercio.

Para la UE, que es la nueva área de dimensión mundial más avanzada en su gestación, la movilización del sureste asiático debería ser un fuerte estímulo para seguir superando las dificultades, que continuamente aparecen, y que se consolide pronto como el segundo centro de poder económico mundial, como ya ha ocurrido con su moneda.

Y con el tercer polo en formación, impulsado por China y los países de la Asean, se habría superado definitivamente el monopolio vigente en el mercado global para transformarse en un mercado de competencia, que será beneficioso para todos. Hay que tener en cuenta que el comercio exterior de China con Europa es más importante que el que tiene con América del Norte y, por tanto, el desarrollo de este nuevo espacio económico podría aumentar sus intercambios de un modo significativo.

Desde una perspectiva empresarial todo esto significa un reforzamiento de las estrategias de internacionalización, que se han de decidir cada vez más sobre un mapamundi.

Archivado En

_
_