Los accionistas de Aresbank acercan posiciones para dar viabilidad al banco
Los accionistas árabes del Banco Árabe Español (Aresbank) y los españoles lograron ayer acercar posiciones en el consejo extraordinario del banco celebrado ayer, algo que según fuentes de la entidad financiera es ya un gran avance para el banco, que lleva desde el pasado 25 de octubre a la espera de una inyección de capital que le permita continuar su actividad.
Fuentes conocedoras de la situación de Aresbank señalan que las negociaciones que mantienen el Gobierno español con su homólogo libio están dando sus frutos. Ello puede derivar en el proyecto, hasta ahora vetado, de que el Gobierno libio, a través de Libyan Arab Foreign, adquiera la participación que se encuentra en manos españolas, es decir, el 34,7% del capital de Aresbank, apuntan las mismas fuentes.
Esta participación se encuentra en poder del BBVA, la SEPI, Banco Sabadell y el SCH. Mientras que los accionistas árabes, encabezados por Libia, controlan el 65,43%. Esta posibilidad no es nueva. El grupo árabe siempre ha querido quedarse con el 100% del capital de Aresbank, pero las reticencias del Banco de España, e incluso de parte del Gobierno, habían impedido que fructificase esta opción. Eran contrarios a que un banco español tuviera el total de su capital en manos árabes.
Otras fuentes de Aresbank señalan que en los próximos días se redactará un nuevo orden del día de la junta de accionistas del banco en el que se especificará la fórmula elegida para aumentar los recursos propios del banco.
La idea era haber celebrado esta junta a finales de noviembre. De hecho, el objetivo era haber convocado ayer la junta. Pero lo flecos pendientes sobre la valoración de Aresbank para la posterior venta de la participación española impidieron ayer lograr este objetivo.
El Banco de España, de momento, no ha enviado a Aresbank ningún aviso de expediente por el incumplimiento del nivel mínimo de recursos propios desde hace más de seis meses. Fuentes financieras achacan este retraso a la mediación del Gobierno para que retrase esta medida en el caso de Aresbank, a la espera de que se solucione el problema.
De no llegar a cuajar la compra de la participación española por los accionistas libios, Aresbank está condenado a su disolución.