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Cincosentidos

Hacer carrera en la UE

De vuelta a su viejo puesto en una administración autonómica española, Juan reconoce que echa de menos la vida en Bruselas. 'La energía que uno siente al trabajar en la Comisión Europea es algo que no se encuentra aquí, en la administración nacional'. Juan, nombre ficticio de un caso real, reconoce que siempre soñó con trabajar en un organismo internacional. Pese a no haber tenido suerte en las oposiciones europeas, hace unos años logró ser contratado en la Comisión como experto nacional, una de las vías por las que se puede acceder a un puesto de trabajo en las instituciones europeas. 'Trabajé mucho y aprendí mucho. Volvería mañana mismo', resume entusiasmado.

Pese a que teóricamente existen oportunidades laborales en todas las instituciones comunitarias, entrar a formar parte del personal de la UE es un caramelo que no todo el mundo consigue paladear. Desde enero de 2003, un único organismo -la Oficina Europea de Selección de Personal (EPSO)- se encarga de organizar las oposiciones para convertirse en funcionario de alguno de los organismos de la UE, la primera vía de acceso a la plantilla europea y la única que ofrece un puesto fijo.

Las pruebas, en las que se selecciona personal A, B, C y D (titulados universitarios, secundarios y primarios), resultan atípicas para cualquiera que haya preparado una oposición tradicional. No existe un temario oficial, tampoco academias certificadas para prepararse y, lo que es peor, una vez superado el examen nadie garantiza que se obtenga el puesto de trabajo. 'Los candidatos aptos entran a formar parte de una lista de reserva y se les va requiriendo según van quedando puestos vacantes. Las listas tienen un periodo de validez y aunque suele ser suficiente para que los candidatos obtengan un puesto, estos no están garantizados', explican desde la representación de la Comisión Europea en España.

Como consecuencia de ello muchos opositores no dudan en desplazarse a Bruselas para iniciar entrevistas y contactos que les permitan estar al tanto de las vacantes y, sobre todo, hallarse en el sitio justo en el momento justo.

¿Por qué tanto esfuerzo? La respuesta está en los salarios y en las condiciones de trabajo de que disfruta el personal comunitario. Así, un funcionario de nivel A8 (con título universitario pero sin experiencia) puede cobrar unos 4.000 euros al mes. Uno A3, unos 12.500 euros. Y un A1 (cargo político), más de 15.000. A ello hay que añadir un generoso sistema de complementos, prestaciones y deducciones y la perspectiva de un trabajo con altas dosis de responsabilidad y estímulo.

'No encontrará ninguna organización como ésta, tanto en términos del trabajo que realizará como del entorno multicultural en el que se encontrará. Trabajar como funcionario puede suponer redactar nuevas normas medioambientales, participar en negociaciones con países no pertenecientes a la UE o tomar parte en un problema específico de investigación científica', recuerdan desde la EPSO. La oficina recomienda estar atento a la convocatoria de oposiciones en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas y en la prensa nacional. También puede consultarse la página web del organismo (http://europa.eu. int/epso) donde se informa de las pruebas de selección.

Economistas, especialistas en finanzas, auditoría o derecho, científicos, traductores y expertos en nuevas tecnologías, entre otras muchas titulaciones, tienen un hueco en las convocatorias del nivel A. En los puestos B (aplicación de políticas en diferentes campos) y C (tareas administrativas y de secretaría) se requiere personal con educación secundaria, mientras que los D requieren primaria y se reservan para tareas básicas manuales y de apoyo. En la mayor parte de los puestos se requiere cierta experiencia profesional.

Expertos de contrato temporal

Convertirse en funcionario no es la única vía para trabajar en la UE. Existe un número limitado de contratos temporales y auxiliares que son gestionados por cada institución, servicio o agencia de forma independiente. Entre esos contratos de duración determinada se incluyen los destinados a expertos nacionales. Se trata de personal de una administración nacional, regional o local, una organización internacional, una entidad privada o sin ánimo de lucro, que son asignados temporalmente a la Comisión Europea. Pese a trabajar para la Comisión, siguen percibiendo el salario correspondiente a su puesto de trabajo anterior, más las dietas que proporciona Bruselas.Otro tipo de contratos temporales son los destinados a expertos individuales, titulados universitarios con tres años de experiencia dispuestos a efectuar misiones de asistencia técnica en sus ámbitos de especialización respectiva. Los expertos interesados pueden presentar su candidatura en cualquier momento.

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