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Motor

MG Rover busca su salvavidas en China

Pekín tiene la llave de la salvación para MG Rover. El histórico fabricante británico está a la espera de que el Gobierno chino autorice el acuerdo que suscribió en junio con Shangai Automotive Industry Corp., el mayor fabricante de automóviles del país, según informó el consejero delegado de MG Rover España, Alfonso Saavedra a Cinco Días durante el Salón del Automóvil de París. Esta alianza parece ser una de las últimas oportunidades de la centenaria compañía, aquejada de una grave situación financiera que ha paralizado el lanzamiento de nuevos modelos en los últimos ejercicios.

La ausencia de novedades ha llevado a la marca a una inexorable decadencia. En 1999, MG Rover era capaz de colocar en el mercado 222.582 coches. 2003 se cerró con unas ventas de 135.752 automóviles. Hasta junio de este año, las matriculaciones estaban en 68.661 unidades. En España, la compañía vende unos 12.000 vehículos al año.

Para sacar a las calles coches nuevos, MG Rover y SAIC alcanzaron un acuerdo tecnológico para el desarrollo conjunto de nuevos modelos y para su introducción en el mercado local chino.

La industria del automóvil, sin embargo, estima que, en realidad, Shangai Automotive persigue hacerse con una participación mayoritaria que le permita llevar el control de la empresa. Así lo anunció a finales de agosto la versión digital del semanario estadounidense Automotive News, que aseguraba que SAIC (socio en la actualidad de Volkswagen y de General Motors) planea usar la histórica firma británica como trampolín para convertirse en uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo. Esta noticia fue desmentida el mismo día por el fabricante inglés. Automotive News, entonces, recalcó que fuentes de la compañía en China aseguraron que están interesados en tomar el control 'tan pronto como sea posible.

El acuerdo, en cualquier caso, parece más amplio de lo que tanto SAIC como Rover han querido transmitir. De hecho, el productor del modelo Streetwise o de la berlina 45 pretende convertirse en el primer grupo que exporte coches desde China, según in=formó ayer el rotativo The Daily Telegraph. De hecho, el rotativo cree que Saavedra recalcó que la alianza con SAIC permitirá desbloquear el lanzamiento de nuevos modelos y la entrada en segmentos como los monovolúmenes, en el que la marca está inédita. Saavedra anunció que en las últimas semanas, tanto SAIC como MG Rover empezaron la pasada semana a desarrollar un plan de productos para Europa y China.

La pérdida de independencia de MG Rover es un nuevo golpe para la industria automovilística, en la actualidad, el último de los grandes fabricantes nacionales cuyo capital sigue siendo aún mayoritariamente británico -Aston Martin, Jaguar, Land Rover pertenecen desde hace años a Ford; y Vauxhall, a General Motors-. No en vano, el propio grupo se vanagloria en su página web de ser 'el verdadero fabricante británico independiente'.

æpermil;sta, sin embargo, no sería la primera ocasión en que la compañía perdería ese carácter patrio. La crisis del sector en las islas llevó a la compra o la desaparición de marcas clásicas en los ochenta, e, incluso, a la nacionalización del sector. Cuando volvió la época de las privatizaciones, a principios de los noventa, Rover cayó en manos de British Aerospace, que en 1994 vendió la compañía a BMW. Los alemanes acabaron con las relaciones de Rover con Honda, la cual controlaba el 20% de su capital, y se lanzaron a invertir 1.300 millones de dólares para entrar en el mercado de grandes volúmenes. En 2000, con la rentabilidad por los suelos y la amenaza de cierre en ciernes, Phoenix, un fondo de capital riesgo se hizo con la compañía por 10 dólares. Rover volvía a casa. Pero Land Rover se marchó a Detroit a manos de Ford. Mini se quedó más cerca, bajo los dominios de BMW.

El dragón sale al exterior

El acuerdo entre SAIC y el británico Rover supone un buen ejemplo del interés que van tomando los grupos empresariales chinos en expandirse hacia el exterior, después de la invasión de capital extranjero en el mercado interno.En el sector de la electrónica, el grupo chino TLC se ha hecho con la actividad de televisiones del fabricante francés Thomson. Recientemente, la misma compañía llegó a un acuerdo similar con la también francesa Alcatel. Actualmente, más de 170 empresas chinas están activas en Gran Bretaña, comparado con apenas medio centenar hace sólo tres años.La industria de la automoción sigue un camino similar. Rivales de SAIC como Geely, Chery o Harbin Hafei están negociando su entrada en Europa de la mano de una importadora británica, para lo cual, incluso, están planeando crear modelos específicos. Su aterrizaje podría producirse hacia el año 2008, según fuentes del sector.

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