Los tropezones del AVE
La noticia de que Siemens rompe su acuerdo industrial con Alstom y CAF para fabricar en España el grueso de los 16 trenes AVE contratados por Renfe supone un nuevo tropezón en el tortuoso camino hacia la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona. Sin este acuerdo industrial, Siemens tendrá dificultades para cumplir el compromiso de fabricar en España el 85% del pedido. Y Renfe, que ya sancionó a la alemana con 11 millones de euros por el retraso en la entrega de los trenes, reclama ahora una renegociación del contrato que afectará tanto a los plazos como a los compromisos de fabricación nacional y los precios. Parece claro que la ruptura del pacto industrial puede suponer un nuevo retraso en los plazos de entrega. Pero al menos, permitirá a Siemens controlar plenamente un proceso de fabricación que, según reconocen los socios, se había vuelto 'ingobernable', y establecer un calendario de entregas más plausible. De cara al nuevo contrato, Renfe debería exigir que se cumpla al máximo posible el compromiso de fabricación nacional (aunque parece claro que el porcentaje estará a años luz del 85% pactado inicialmente). Y compensar, vía precios, los incumplimientos en las otras áreas del contrato.
Mientras Renfe renegocia con Siemens, el Ministerio de Fomento revisa detenidamente un informe sobre las deficiencias de la línea Madrid-Lleida, que casi un año después de su inauguración (celebrada ya con un año de retraso) sigue circulando a unos 200 kilómetros por hora, en lugar de los hasta 350 previstos. Al parecer la inestabilidad de la vía y algunas deficiencias en el sistema de frenado de los Talgo y del sistema de señalización siguen impidiendo la circulación a 300 kilómetros por hora. Pero, al menos, se han detectado avances en la resolución de estos problemas y pronto podría anunciarse que han quedado definitivamente atrás.