El Gobierno ruso no logra frenar la crisis de liquidez de la banca
Los esfuerzos del Gobierno ruso liderado por Vladimir Putin, han sido inútiles para detener la crisis de liquidez financiera que ha azotado a los bancos privados del país durante esta semana.
Las colas frente a los bancos y cajeros automáticos llegaron ayer al punto más alto en toda la semana. Y ello pese a que el Banco Central anunció el jueves la reducción a la mitad de las reservas mínimas obligatorias para los bancos a un 3,5% de sus depósitos y que las entidades reguladoras y la Asociación de Bancos han llamado a la calma.
El caso más dramático es el del Alfa Bank. El primer banco privado del país ha visto en una semana cómo sus clientes han retirado unos 80 millones de euros. Su presidente, Piotr Aven, no descarta que en breve se retiren otros 560 millones de euros, la mitad de sus reservas, por lo que el banco ha decidido cobrar un 10% de multa por la retirada de efectivo.
Otro de los caídos ha sido el Guta Bank, número 22 en el ranking y que ha debido cerrar sus sucursales después de tener que devolver 280 millones a sus clientes. La entidad pasará a control del estatal Vneshtorgbank.
Según el presidente del Banco Central, Sergei Ignatiev al menos otros cuatro bancos han declarado su falta de liquidez. Prácticamente los 1.278 bancos del país han sufrido bruscas caídas en sus reservas, producto de la retirada masiva de los depósitos de sus clientes.
La crisis de un sistema debilitado desde hace una década se ha venido gestando desde mayo. Alcanzó su peor momento esta semana, después de que estallaran los rumores de una 'limpieza' que el Gobierno estaría preparando contra los bancos menos competitivos.
Ante el miedo a perder su dinero, los clientes han reaccionado con desmesurada rapidez, pues ya vieron dilapidados sus ahorros en la crisis de los noventa, agravada por el derrumbe del sistema bancario en 1998.