Ellas también quieren ser jefas
Del 'no poder' se pasó al 'no querer'. Con estas coletillas se daba respuesta a la pregunta de por qué hay tan pocas mujeres entre los líderes de las empresas. Hasta hace poco se mantenía la teoría de que aunque estaban tan preparadas profesionalmente como los hombres, otras prioridades, normalmente las personales, 'las hacía optar'. La consultora Catalyst desmonta esta tesis en un estudio recién publicado que asegura que el 57% de los hombres querría ocupar la silla del consejero delegado, pero el 55% de la mujeres, también se postulan para el puesto.
'Tienen las mismas aspiraciones a tener éxito', afirma a Cinco Días la presidenta de Catalyst, Ilene Lang, quien además subraya que tener hijos 'no aminora estas ambiciones de éxito profesional'. Del estudio, para el que se ha entrevistado a mujeres y hombres en EE UU con una media de edad de 47 años, se deduce que las diferencias en actitudes en el trabajo entre ambos sexos son muy débiles pero que las mujeres tienen que hacer un esfuerzo extra por llegar donde pocas han alcanzado aún.
Según Lang, el motivo tiene que ver con un factor histórico que hace que las mujeres trabajen todavía en equipos intermedios desde donde no hay posibilidad de promoción. 'Hay un techo de cristal', cuenta Lang, 'todavía hay barreras y lo que demostramos es que va a ser una cuestión de tiempo que se rompa. Las barreras han ido disminuyendo y no es tanto porque la sociedad haya cambiado sino porque las empresas estadounidenses se han dado cuenta de que no pueden dar la espalda a la mitad de los recursos humanos del país'.
Lang cree que el futuro será mejor, aunque duro para las aspiraciones de las mujeres porque el estudio concluye que éstas van a luchar por ganar posiciones y están dispuestas a hacer algo más que sus compañeros para vencer las barreras basadas en estereotipos y prejuicios.
Las mujeres, dice Catalyst, utilizan las mismas estrategias que los hombres para superar las barreras a su promoción, pero además 'el 81% ha desarrollado un estilo de trabajo para que los hombres con altas responsabilidades se sientan cómodos trabajando con ellas'.
Una de estas tácticas es adoptar papeles de 'alta visibilidad' dentro de la empresa y en la que desarrollen sus dotes de relaciones públicas 'porque necesitan abogar por sus oportunidades en una mayor medida'. Tanto hombres como mujeres creen que la mejor estrategia para el éxito es superar las expectativas depositadas en ellos. Las mujeres son algo más duras ya que el porcentaje que se identifica con esta motivación es del 97% mientras que en el caso de los hombres es el 94%.
Adicionalmente, las estadounidenses hacen más concesiones que sus compatriotas para equilibrar la vida personal y profesional aunque están satisfechas con sus decisiones. En cuestiones de familia, Lang asegura que los hombres con posibilidades de promoción pueden tener esposas que no estén en esa misma situación pero en el caso de las mujeres, normalmente están casadas con hombres que están en el mismo caso por lo que normalmente tienen que confiar en terceras personas el cuidado de los hijos por ejemplo y asumir más responsabilidades. Una de las implicaciones es que no suelen optar a trabajos que impliquen cambios de residencia.
Una visión distinta del trabajo
OptimistasEl 30% de las mujeres entrevistadas por Catalyst, cree que las posibilidades de promoción dentro de la empresa han mejorado mucho. Sólo un 5% considera que se ha retrocedido. En este sentido sus compañeros tienden a ver este fenómeno de una forma incluso más optimista y aseguran, en un 41%, que la situación ha mejorado 'de forma notable'.BarrerasLos estereotipos son uno de los mayores problemas que afrontan las mujeres en las empresas americanas. Un 46% de las encuestadas piensa que se las aparta de las redes informales de trabajo que se forman dentro de la empresa por los prejuicios contra las féminas. Además, el 43% asegura que le faltan modelos a seguir. Por contra, sólo el 5% de los hombres cree que hay estereotipos basados en los prejuicios con respecto a las mujeres.El salarioPara conseguir que un hombre se quede en una empresa, primero hay que hablar de dinero. Un 51% considera que una buena oferta económica es una razón de peso para abandonar un puesto de trabajo. Sin embargo, el porcentaje de las mujeres que reconsideran sus decisiones en caso de un incremento se reduce hasta el 42%.
Los hijos, nunca un factor disuasorio
La presidenta de Catalyst, Ilene Lang, segura con rotundidad que la llegada de los hijos no hace cambiar los comportamientos y aspiraciones. El estudio hace algunas puntualizaciones que acaban con el estereotipo: el 46% de las estadounidenses sin hijos aspira a un puesto de liderazgo dentro de su empresa frente al 53% que responde que no. En el caso de mujeres con hijos en casa, el 55% querría llegar a un alto puesto. Los hijos también disparan las aspiraciones masculinas ya que el 68% de los hombres quiere ascender cuando hay niños en casa.Por lo que se refiere a los planes, un 27% de las mujeres con aspiraciones no tiene hijos y el 20% de ellas pospone la decisión de tenerlos, algo que también hace el 10% de los hombres.