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Textil

American Apparel, puntadas contra corriente

Levi's, el más americano de los jeans, no se produce en EE UU desde hace meses. La mayoría de las prendas de vestir a la venta en este país están hechas en naciones en desarrollo por empresas americanas que buscan ampliar márgenes contando con sueldos más bajos. En los últimos dos años se han perdido 30.000 empleos en el sector textil en el país. El Made in USA en una prenda iba camino de ser pieza de museo hasta que la ortodoxia empresarial abrazada por la industria textil se topó con Dov Charney.

Con American Apparel (AA), una empresa fundada en Los Ángeles en 1997 sin apenas capital inicial, Charney, de 35 años, ha puesto en evidencia a quienes hablan de bajar costes para ser competitivos. Unos vecinos de esta misma costa oeste de EE UU, los creadores de Google, dijeron a la SEC cuando presentaron su OPV que no son una empresa ortodoxa 'ni querían serlo', Charney ni siquiera tiene que advertirlo.

Abrir una fábrica de camisetas en EE UU cuando las empresas emigran es ya bastante poco ortodoxo. Tener masajistas en la planta para relajar a sus trabajadores tampoco es frecuente, pero que su empresa, que no tiene inversores institucionales y emplea a 2.000 personas, prevea tener unos beneficios de 10 millones de dólares este año con una facturación de 150 millones (frente a los 80 millones del año pasado), es la prueba de que no hay un solo modelo de gestión.

Este empresario, nacido en Montreal y residente con 'carta verde' en EE UU, va contra corriente con una compañía que define como innovadora, rentable y socialmente responsable.

Patriotismo aparte

Charney dice que hace camisetas en EE UU no porque esté en contra de producir en el extranjero o del libre comercio, según dice en una entrevista telefónica con Cinco Días, sino porque cree que el americano es su mejor mercado y con un modelo eficiente de producción como el que dice tener no le resulta más barato ir al tercer mundo. æpermil;l defiende que un modelo de negocio es válido y tiene futuro cuando se puede pagar a los empleados de forma justa. Por si hubiera dudas de sus motivaciones, en su página web asegura que no son 'unos locos fanáticos con la bandera'.

AA tiene un método de producción integral modular como el que se emplea en la automoción. Toyota es el ejemplo que menciona Charney. Todo se hace dentro de la fábrica, excepto el tinte de las telas. Equipos de 10 personas trabajan en todo el proceso de producción de manera que 'cortamos el lunes, cosemos de martes a jueves y hacemos los envíos el viernes. Si estuviera en el extranjero esto llevaría 90 días', dice el fundador de AA.

Su discurso entra de lleno en el debate político y económico que domina EE UU en este año electoral: el llamado offshoring (subcontratar producción fuera del país). 'Cuando uno se va fuera a explotar mano de obra barata está haciendo algo costoso y con la vista puesta en el corto plazo', dice.

Este empresario asegura que una gestión basada en mano de obra barata impide el progreso y el avance técnico además de seguir afligiendo el tercer mundo. 'Parte de la evolución del trabajo es la automatización. Cuando se evita este progreso pagando 10 centavos la hora de trabajo se frustra el avance de la industria', razona. Dice Charney que si tuviera que vender en el tercer mundo iría allí a producir, pero con el mismo modelo que tiene en EE UU.

Su fábrica es ya la mayor de ropa de EE UU. 'Hacemos más prendas por persona que en ningún sito, tenemos el mejor equipamiento, trabajamos duro, invierto millones y millones de dólares en las mejores máquinas'. De la fábrica salen 100.000 camisetas al día que se venden a otras empresas y en las propias tiendas de la marca, seis en EE UU, tres en Montreal y una en Alemania. En el futuro cree Charney que deben estar también en Barcelona.

AA rompe además con muchos moldes queriendo ser una empresa socialmente responsable. En su página web dice que 'avanzan en la fusión del hipercapitalismo y socialismo'

El salario medio es de 12,65 dólares la hora (más del doble del salario mínimo) y las jornada son de ocho horas con varios descansos. Como en Google, la comida está parcialmente subvencionada, y los trabajadores pagan ocho dólares a la semana por el seguro médico y para los hijos entre uno y tres dólares más. Es un dato importante porque la mayoría de las compañías americanas han elevado el precio del copago de los trabajadores a niveles que han provocado las primeras huelgas en empresas donde nunca las había habido. El coste del seguro es una de las primeras causas de inestabilidad laboral en EE UU.

'Es mi trabajo que haya seguro médico que se puedan permitir los trabajadores. Admito que es un gasto muy grande y me preocupa, pero tengo otros que me asustan mucho más', asegura.

Clases de inglés en la costa oeste americana

La mayoría de los trabajadores de American Apparel, son americanos. Pero del sur. 'Los hispanos están en todos los niveles de la empresa y en Los Ángeles' dice Dov Charney, cuya empresa paga clases de inglés y facilita transferencias baratas de dinero a sus países.Hay más de 1.000 personas que quieren entrar a trabajar en una empresa en la que su fundador es el primero que sale a manifestarse para que se legalice a los inmigrantes. 'Necesitamos trabajadores motivados que quieran venir a EE UU a impulsar la economía. Muchos creen que los inmigrantes desprecian nuestra calidad de vida pero lo dicen sin entender nada. Los inmigrantes crean una energía en la economía que normalmente no existiría', dice el canadiense rodeado de hispanos del Made in America.

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