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Gestión

Thain critica el elevado coste para las compañías de la ley de buen gobierno

El consejero delegado de la Bolsa de Nueva York, John Thain, cree que el coste de aplicación de la ley de buen gobierno, Sarbanes-Oxley, es muy elevado, lo que disuade a las empresas de participar en los mercados y perjudica a la institución que dirige.

En un artículo de opinión firmado ayer en The Wall Street Journal, John Thain se hace eco de muchas de las críticas hechas a la ley Sarbanes-Oxley por organizaciones empresariales tanto desde dentro de Estados Unidos como desde fuera del país. La reflexión personal de Thain es que 'hay que dejar los principios de la ley Sarbanes-Oxley intactos pero a un precio que tenga sentido'.

Esta ley, aprobada por el Congreso en un tiempo récord, fue la respuesta legislativa con la que se trató de frenar la crisis de confianza que arrasó los mercados tras el caso Enron.

Thain considera que 'restaurar la confianza de los mercados es la cuestión más importante para los mercados de EE UU', pero también cree que el marco regulatorio de este esfuerzo no debe 'perjudicar la competitividad de los mercados del país'. En este sentido, el consejero delegado de la Bolsa dice que estas importantes reformas han acarreado un alto coste (tanto en tiempo para los ejecutivos como en gastos reales). Thain dice que ha mantenido frecuentes contactos con empresarios que le han transmitido que 'el péndulo se ha movido demasiado lejos y que los costes de aplicar la ley son muy altos. Los posibles costes legales derivados de litigios son también enormes'.

Este ejecutivo constata que algunos empresarios han decidido retrasar inversiones y decisiones para evitar riesgos. Thain afirma que estos comentarios son los esperados en momentos de ajuste pero hace ver que hay signos reales de que el peso de esta ley es muy elevado sobre todo para empresas no americanas que ya en su momento pusieron pegas a la aplicación de esta ley. Explica que entre 1996 y 2001 la Bolsa de Nueva York dio entrada a cotizar a 50 empresas no estadounidenses y en los dos últimos años el número ha caído a 25.

'En el caso de las europeas ha caído el número de 19 a seis y este año solo una empresa europea se ha incorporado al mercado', dice. Thain dice que los costes para las americanas también se han disparado, en especial para aquellas que facturan menos de 1.000 millones de dólares. Según los estudios que maneja, un quinto de las empresas cotizadas valoran salir del mercado por los costes que les supone aplicar la ley.

El euro, factor disuasorio entre empresas extranjeras

Sacar una compañía al mercado 'es un importante barómetro del interés extranjero', dice el consejero delegado de la Bolsa de Nueva York, John Thain, quien constata que hay una sequía en este sentido porque el valor de estar en este mercado ha cambiado desde que se les pide requisitos distintos.'Los costes de contabilidad para algunas empresas europeas puede incrementarse un 100%'. Thain se felicita por el esfuerzo en la convergencia de reglas contables en ambos continentes, pero recuerda que por ahora no es un hecho y perjudica a su institución de la misma manera que lo hace el alto coste de los litigios en EE UU.Y todo ello mientras el euro gana aceptación en los mercados, 'lo que reduce la necesidad de las empresas extranjeras de confiar en el mercado americano para acceder al capital'.

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