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Competencia

París se resiste a las condiciones de Monti para salvar Alstom

Bruselas exigió ayer a Francia que presente un calendario 'claro y sin ambigüedades' sobre la búsqueda de socios industriales que garanticen la viabilidad de Alstom. París se resiste a una condición que, según la Comisión Europea, es 'esencial' para autorizar el plan de rescate de la compañía, que prevé movilizar 4.200 millones de euros entre fondos públicos y privados.

El futuro del grupo industrial Alstom, que cuenta con 118.000 empleados en 70 países, parece pendiente de una llamada telefónica del ministro francés de Finanzas, Nicolas Sarkozy, al comisario europeo de Competencia, Mario Monti. La enésima conversación entre ambos se produjo este fin de semana, y en ella, según indicó ayer la Comisión, Monti 'reiteró la necesidad de compromisos claros sobre la conclusión de asociaciones industriales respecto a una parte significativa de las actividades de Alstom'.

Bruselas califica de 'esencial' esa condición, 'tanto para la viabilidad de Alstom como para compensar las distorsiones a la competencia que creará la ayuda de Estado' que París pretende inyectar en Alstom. 'La base del acuerdo ya está hecha', apremia Bruselas. 'Ahora hay que concretarlo lo antes posible porque todo el mundo sabe lo que está en juego en términos financieros y de empleo'. Alstom presenta mañana sus resultados anuales.

Pero Francia se resiste a rubricar un plan que puede abocar a la división de uno de sus grupos industriales más representativos, presente en el sector energético y de transporte. Sarkozy defiende una solución 'francesa' que preserve la integridad del grupo, pero hasta ahora no ha logrado satisfacer las exigencias de Monti. Y en sectores tan concentrados como en los que opera Alstom parece más factible, desde el punto de vista de la política de competencia, el recurso a socios internacionales.

El Gobierno galo defiende una solución 'francesa' que preserve la integridad del grupo, pero no ha logrado satisfacer a Bruselas

La alemana Siemens ya adquirió el año pasado, con el visto bueno de Bruselas, la división de Alstom dedicada a la fabricación de pequeñas y medianas turbinas de gas y de turbinas de vapor industriales. En el mismo sector operan la estadounidense General Electric, la sueca ABB y la japonesa Mitsubishi.

El grupo francés de energía nuclear Areva también adquirió a finales del año pasado, sin ninguna objeción por parte de Bruselas, el negocio de transmisión y distribución de electricidad de Alstom. Pero en esta ocasión, el propio Monti ha descartado a un grupo de capital público como Areva 'porque tendría implicaciones negativas desde el punto de vista de ayudas de Estado'.

'La Comisión no hace política industrial en el sentido de decidir cual es el socio que conviene a Alstom, eso corresponde a la compañía', señaló ayer el Departamento comunitario de Competencia. 'Pero necesitamos un compromiso claro y sin ambigüedades que afecte a una buena parte del grupo y que sea compatible con las normas de competencia'.

La negociación entre Monti y Sarkozy mantiene en suspenso, mientras tanto, el plan de rescate del grupo industrial preparado por el Gobierno francés el año pasado. París espera superar el riesgo de quiebra del grupo con una inyección de capital público de 1.500 millones de euros, un préstamo de 300 millones (reembolsables en forma de acciones) y un aval estatal del 65% a una línea de crédito hasta de 3.500 millones de euros. París parece haber movilizado ya fondos privados por valor de 2.400 millones de euros. En total, la intervención auspiciada por el Gobierno de Jacques Chirac asciende a 4.275 millones de euros. Como consecuencia del plan, el Estado francés se haría con un 31% del accionariado de la compañía.

El predecesor de Sarkozy, Francis Mer, presentó el plan en agosto del año pasado como un hecho consumado provocando un tenso enfrentamiento con el comisario de Competencia. Monti obtuvo entonces el respaldo del resto de la Comisión Europea para dictar, llegado el caso, un auto de suspensión del plan si París decidía aplicarlo si n esperar el visto bueno de Bruselas. El comisario aún dispone de esa autorización que debe ejercer con la aquiescencia del presidente de la Comisión, Romano Prodi.

'Necesitamos un buen acuerdo y lo conseguiremos', aseguraban las huestes de Monti. Sólo falta que lo suscriba Sarkozy.

Vista Los jueces dirimen la legalidad del veto a la fusión de GE-Honeywell

La atención del comisario europeo de Competencia, Mario Monti, centrada en la negociación con París sobre Alstom, no podrá hoy sino dirigirse también al Tribunal de Justicia de la UE con sede en Luxemburgo.A las nueve y media de la mañana comienza en el Tribunal de Primera Instancia la vista sobre la frustrada fusión de General Electric y Honeywell.Monti vetó el 3 de julio de 2001 la que entonces se calificó como la mayor fusión industrial, valorada en unos 40.000 millones.La prohibición europea impidió, por primera vez, la fusión de dos empresas estadounidenses que ya habían recibido el visto bueno de Washington. Ambas recurrieron por separado la decisión.Los jueces comunitarios escucharán hoy las alegaciones de Honeywell, y pasado mañana las de GE. La Comisión estará representada por su equipo jurídico habitual, que en los últimos tres años ha visto anulados tres vetos a otras tantas fusiones.También acudirá el economista jefe del Departamento de Competencia, una figura creada a raíz de las críticas vertidas contra la Comisión por su análisis excesivamente jurídico de las fusiones.El caso presenta también la primicia de que dos rivales de las compañías, Rockwell y Rolls-Royce, se personen para secundar los argumentos de la CE.Y una ausencia destacada en las filas de la Comisión: la del funcionario español Enrique González Díaz, artífice de la prohibición. El año pasado se pasó al sector privado.

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