_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mejoras estadísticas

Aunque el paro registrado en las oficinas públicas de empleo descendió en abril respecto a marzo en 38.500 personas, la cifra no ha sido positiva en un mes en el que por razones estacionales se dan importantes reducciones.

Tres datos ayudarán a comprender esta afirmación: el primero, que en los diez últimos años, en los que el descenso medio del paro en abril fue de 49.100 personas, sólo en 2002 se produjo una reducción menor que en este año. El segundo, que desestacionalizando la serie el paro aumentó en abril, en vez de disminuir, en 8.300 personas, lo que supone una tasa intermensual anualizada de crecimiento muy elevada, del 6,1. Por último, que el incremento interanual del paro, que se produce desde octubre de 2001, se ha acentuado en abril, desde el 1,4% en el mes anterior al 2,8%.

A pesar de este resultado, la publicación del paro registrado por el nuevo Gobierno ha reportado tres buenas noticias, que pueden suponer el fin de la utilización política que de dicha estadística, como en distintas ocasiones he denunciado desde estas páginas, se ha venido haciendo por Gobiernos anteriores.

La tasa de paro que hasta ahora publicaba Trabajo era errónea estadística y conceptualmente

La primera, el anuncio de que dicha publicación, como hace el INE con sus estadísticas, se someterá a un calendario prefijado (el segundo día laborable de cada mes), abandonando así la práctica de elegir la fecha de su difusión en función de intereses políticos. La segunda, relativizar el valor del paro registrado en beneficio del paro estimado por la EPA. Y, la tercera, suprimir la publicación de la mal llamada 'tasa' de paro registrado.

En cuanto a las diferencias entre el paro EPA y el registrado, el primero sigue estrictamente los criterios de la OIT para su definición (estar desocupado, buscar activamente empleo por cualquier medio disponible y estar disponible para trabajar). En cambio, el paro registrado, aunque es un buen indicador de la coyuntura del mercado de trabajo (a través de sus variaciones mensuales e interanuales) y más inmediato que la EPA por ser datos mensuales en vez de trimestrales, difícilmente pueda reflejar la situación del mercado de trabajo, por no cumplir los citados criterios de la OIT.

Así, no todas las personas que cumplen esos criterios se inscriben en las oficinas de empleo, al utilizar otras formas de búsqueda (con datos del primer trimestre, el 17,5% de los parados estimados por la EPA, 378.200 personas, no estaban inscritos). Además, no todas las personas desocupadas registradas en esas oficinas son consideradas paradas por los Servicios Públicos de Empleo estatal y autonómicos (sustitutos del antiguo Inem).

En efecto, una Orden Ministerial de Trabajo y Seguridad Social de 11 de marzo de 1985 establece los criterios de medición por los que se excluyen de la cifra del paro registrado una serie de colectivos inscritos como demandantes de empleo, independientemente de que cumplan o no los criterios de la OIT. Entre ellos se encuentran los que buscan empleos coyunturales o de corta duración, los estudiantes, las personas de 65 o más años, los pensionistas de jubilación o los beneficiarios actuales o potenciales del subsidio agrario eventual de Andalucía y Extremadura estén o no ocupados estos últimos.

En lo que respecta a la supresión de la llamada 'tasa' de paro registrado, que por fin satisface las numerosas peticiones de los expertos en mercado de trabajo, pone término a la utilización política y arbitraria de esa 'tasa', errónea estadística y conceptualmente. Errónea, porque el paro registrado no cumple los criterios de la OIT y su cifra es inferior a la de la EPA, que sí cumple esos criterios (el primero en media del primer trimestre del año es inferior al segundo en casi medio millón de personas, 458.800). Y porque el cálculo de la 'tasa' o porcentaje de este paro sobre la población activa de la EPA (a su vez, la suma de la población ocupada y de la parada estimadas por la encuesta) supone comparar dos cifras diferentes -el paro registrado que figura en el nominador y el paro EPA en el denominador-, no homogéneas y obtenidas por procedimientos y metodologías dispares.

La única tasa de paro correcta y comparable con las de otros países de la UE, que publica Eurostat es la de la EPA, que el primer trimestre asciende al 11,4%, la más alta de la UE-15, y superior en casi 3,5 puntos a la del promedio de dicha zona (8%, según las estimaciones de Eurostat de marzo).

Archivado En

_
_