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Tribuna
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Suspensos sin valor en el Parlamento Europeo

l Casi todos los altos cargos comunitarios, desde los comisarios europeos hasta los miembros del BCE, se ven obligados antes de tomar posesión a someterse a una audiencia pública ante el Parlamento Europeo. ¿Para qué sirven estas comparecencias? Al propio Parlamento le gusta creer que los nombramientos no son efectivos hasta que el candidato recibe su visto bueno, aunque los Gobiernos se encarguen periódicamente de recordarle que su opinión no es vinculante.

En los últimos relevos en la Comisión Europea, como el caso del nuevo titular de Economía, Joaquín Almunia, el nombramiento se ha hecho oficial sin esperar siquiera a la audiencia. Pero el desprecio más patente al veredicto parlamentario se ha producido con motivo de la designación de los representantes en el Tribunal Cuentas de la UE de los nuevos Estados miembros. La Comisión de Control Presupuestario, tras escuchar a los aspirantes, rechazó a los presentados por Eslovaquia y Chipre. El Gobierno chipriota, que ya ha causado notable malestar en Bruselas con su rechazo a la unificación de la isla, acató la decisión del Parlamento y retiró su candidato. Pero el Gobierno de Bratislava siguió apoyando a Julius Molnar a pesar de que 429 parlamentarios votaron en contra y sólo 74 a favor. ¿Resultado? Los 25 Gobiernos de la UE nombraron la pasada semana al suspendido Molnar representante eslovaco en el Tribunal de Cuentas para los próximos seis años.

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