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Masacre en Madrid

La Bolsa revive el fantasma terrorista

El riesgo terrorista está asumido por los operadores de los mercados financieros desde el 11 de septiembre de 2001, pero cada zarpazo causa una nueva conmoción. La masacre perpetrada el pasado jueves en Madrid hizo reaccionar a la Bolsa en todo el mundo, en mayor medida cuando más se mencionaba la posible implicación del terrorismo islamista de Al Qaeda.

El riesgo terrorista está asumido por los operadores de los mercados financieros desde el 11 de septiembre de 2001, pero cada zarpazo causa una nueva conmoción. La masacre perpetrada el pasado jueves en Madrid hizo reaccionar a la Bolsa en todo el mundo, en mayor medida cuando más se mencionaba la posible implicación del terrorismo islamista de Al Qaeda.

Todos los analistas consultados ponen en un primer lugar el impacto humano de la tragedia antes de estudiar sus efectos financieros, y coinciden en que la recuperación de la economía y de los mercados no se verá truncada por la nueva acción violenta. En gran medida, señalan, el peligro terrorista está incorporado al precio de las acciones en forma de prima de riesgo.

Algunos destacan que la Bolsa tiende a reaccionar demasiado cuando ocurre algo imprevisto, pero luego suele recuperar la normalidad. 'Esto no va a ser un punto de inflexión', dice David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales. 'Es cierto que la Bolsa ha sobrerreaccionado, lo que también tiene que ver con que venía de niveles muy elevados', señala. 'Si hay un impacto en el crecimiento económico español, será poco significativo', añade.

Los inversores extranjeros temen más a Al Qaeda que a ETA, considerada un problema local español

En los dos últimos años, los mercados habían acogido con aplomo las noticias de acciones violentas ocurridas en Irak y otras atribuidas a Al Qaeda, mientras no prestaron atención a otros atentados relacionados con conflictos considerados locales, como el israelo-palestino o el de Chechenia en Rusia. Sin embargo, el 11-M madrileño movió las Bolsas mundiales, los mercados de deuda y los de divisas.

'Es muy importante la información que reciben los inversores fuera de España', opina Jesús Sánchez-Quiñones, director de Renta 4. 'Y por ahora lo que el mercado está interpretando es que el autor es Al Qaeda'. Esa versión inquieta más a los operadores extranjeros, por sus repercusiones globales, mientras que ETA es vista en otras plazas financieras como un problema estrictamente español.

La diferente visión de los atentados de Madrid dentro y fuera de España puede ser uno de los factores que hicieron que otros mercados europeos reaccionaran peor que el español en las horas siguientes a la tragedia. El índice Dax alemán cayó un 3,5% el día 11, jornada en la que el Ibex cedió un 2%.

Los precedentes invitan a pensar que, pasados los nervios iniciales, no hay un efecto duradero de los atentados terroristas en los mercados. Estos días se ha recordado que los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001 provocaron un gran descenso de las Bolsas -Wall Street se dejó más del 14% de su valor en la semana siguiente-, pero ese bajón se recuperó progresivamente durante dos meses. El 11 de noviembre, el Dow Jones marcaba los mismos 9.600 puntos del 10 de septiembre. A sostener los índices habían ayudado entonces los grandes bancos centrales, que coordinaron un recorte de tipos de interés.

El 11-S llegó cuando Wall Street ya venía de una prolongada caída, iniciada en primavera de 2000. El atentado del jueves en Madrid ocurre en el escenario inverso: con los índices altos, después de remontar más de un 50% desde los mínimos de marzo. Según los analistas, por grave que sea el golpe terrorista, no hará cambiar la tendencia de fondo. Otra cosa es que la Bolsa acumulaba tantas ganancias que un hecho como éste puede desencadenar la corrección que todos estaban esperando.

'El atentado de Madrid ha provocado, sobre todo el mismo día de la tragedia, un acelerón dentro de la tendencia bajista en la que se encuentran las Bolsas por su elevada valoración y por las dudas acerca de la calidad de la recuperación económica', comenta Juan Cueto, responsable del departamento de análisis de Ibersecurities. 'Sin embargo, los efectos de la matanza no van a ser, siempre desde un punto de vista bursátil, como los vividos tras el 11-S. Y es que los mercados se han acostumbrado a vivir con el terror. Saben que está ahí y que de vez en cuando puede golpear', añade Cueto.

Los expertos reconocen que la acumulación de sucesos trágicos de carácter geopolítico que ha habido en los últimos dos años y medio -desde el ataque a las Torres Gemelas a la guerra en Irak y su posguerra, pasando por los atentados en Bali, Estambul y Madrid, entre otros muchos lugares- han hecho que el mercado se haya hecho más insensible a los actos terroristas, aún sin poder evitar la volatilidad inicial que estos sucesos acarrean.

El suceso de Madrid impactó más que los de Bali o Estambul porque las Bolsas, dominadas por inversores occidentales, suelen tener en cuenta la cercanía. Y ha sido el peor atentado en Occidente desde el 11-S. 'La proximidad tiene que ser considerado un factor', cuenta Paul Cherney, jefe de análisis de Standard & Poor's en Nueva York. 'La inmediatez que experimentamos aquí en Estados Unidos cuando las Torres Gemelas fueron alcanzadas fue real', dijo a Bloomberg. 'Hemos tenido dos años para volvernos un poco más insensibles', reconoce.

En AFI calculan que la prima de riesgo del mercado europeo de acciones ha repuntado levemente tras el atentado de Madrid, del 6,5 al 6,7%, pero está muy por debajo de los niveles durante la guerra de Irak, cuando eran cercanos al 9%. El mercado da menor importancia a un atentado, por brutal que resulte, que a una guerra, que tiene muchas más implicaciones políticas y económicas. El conflicto de Irak paralizó decisiones económicas durante el primer trimestre de 2003 y, al resolverse en menos de un mes a favor de EE UU, permitió un posterior despegue de los indicadores económicos y bursátiles. Otros conflictos anteriores, como los sucesivos en la antigua Yugoslavia, no habían afectado claramente a las Bolsa por ceñirse a una zona muy concreta.

Diferentes escenarios

Los expertos creen que los mercados ya han descontado en su mayor parte las repercusiones de la matanza de Madrid. Sin embargo, reconocen que el matiz de a quién se atribuya finalmente el atentado puede determinar el grado de la respuesta de las Bolsas en el corto y medio plazo. Si se atribuye a ETA, lo ocurrido ayer sería visto como un fenómeno estrictamente local. 'En España, no tendría más impacto sobre los mercados que la confusión creada en el muy corto plazo, aunque es cierto que el impacto psicológico del atentado podría dañar a la industria turística', explican en un informe los analistas de Urquijo.

Sin embargo, el escenario cambiaría si se confirma que Al Qaeda está detrás de estos atentados. 'En este caso, se consideraría que los atentados del jueves constituyen un fenómeno global y que todo Occidente vuelve a estar en el punto de mira de los terroristas, incrementando con ello la prima de riego de los mercado, lo que ', añade el informe de Urquijo.

Sánchez-Quiñones, de Renta 4, sospecha incluso que una hipotética confirmación de que fue ETA, y no Al Qaeda, la responsable de la masacre habría sido bien recibida en las Bolsas.

No obstante, incluso en el caso de que se confirme que la red terrorista de Osama Bin Laden está detrás de los hechos, Urquijo no cree que la tendencia de fondo de los mercados se viera afectada y que la reacción de los mercados no sería comparable a la que se produjo tras el 11-S. Entre las razones en las que se basa Urquijo Bolsa se encuentran las siguientes: la magnitud de la tragedia y su repercusión no son tan grandes como entonces; el mercado ha aprendido a convivir en los últimos años con una cierta tensión geopolítica; no sé prevé que el atentando pueda dar lugar a una nueva intervención bélica como la de Afganistán; las valoraciones bursátiles son menos exigentes (en el 11-S todavía se estaba purgando la burbuja tecnológica) y, sobre todo, existen una recuperación económica en marcha.

¿Qué puede hacer, por tanto, un inversor minorista por tanto? Los analistas aconsejan ante todo cautela. 'Lo más lógico es adoptar una posición de precaución, a la espera de que se vayan despejando las principales incertidumbres que se plantean en estos momentos', explica Mercedes Camacho, jefa del departamento de análisis de Safei. Entre los valores que podrían actuar como refugio si se entrase en una espiral bajista, según Camacho, se encuentran las constructoras, Altadis y Enagás.

Juan Cueto, de Ibersecurities, señala que, tras la revalorización que acumula el mercado desde los mínimos de marzo de 2003, lo mejor que puede hacer un inversor con plusvalías es rebajar la exposición de su cartera a la renta variable. 'Por contra, al que quiera aprovechar el recorte de la Bolsa para entrar en algunos valores especialmente castigados, yo le aconsejaría que esperase un poco', señala Cueto.

Por su parte, en Urquijo Bolsa creen que los más prudente en estos momentos es 'no tomar decisiones de inversión en función de meras especulaciones'. En su opinión, para los perfiles más conservadores sería recomendable deshacer la parte de la cartera más volátil o expuesta al ciclo económico. 'Por otro lado, interpretaríamos un sell-off sobrerreacción bajista del mercado en los próximos días como una oportunidad de compra, sobre todo para los perfiles más dinámicos', concluyen.

Las repercusiones que el atentado pueda tener sobre el resultado de las elecciones generales de mañana también son objeto de análisis por parte de las casas de Bolsa. 'Es cierto que hasta el jueves el mercado no había dado muestras de nerviosismo en cuanto al resultado de los comicios y que ahora se abren nuevas posibilidades', reconoce Camacho.

'Si nos ceñimos sólo al atentado, no creo que los mercados vayan a caer mucho más, si acaso un 3% adicional', comenta Cueto. 'Otra cosa podría producirse si el nuevo marco geopolítico tuviera alguna repercusión en el resultado de las elecciones que los alejara de lo que hasta ahora venían anunciando los sondeos', agrega este experto. En opinión de Cueto, una victoria corta del PP o una ventaja del PSOE podría añadir nuevos elementos de incertidumbre, 'el peor enemigo de los mercados'.

El dinero huye de los valores expuestos

Entre los sectores más afectados por el atentado terrorista del pasado jueves se encuentran aquellos ligados al negocio turístico. En las dos últimas sesiones, Sol Meliá se ha dejado un 6,46% de su valor bursátil, Iberia un 6,25%, NH Hoteles un 6,06%, Amadeus un 5,28% y Aldeasa un 2,72%.'Esto supone una reacción típica de miedo global en el mercado, tal y como hemos visto en anteriores ocasiones como el 11-S o durante la guerra de Irak', explican los analistas de Urquijo Bolsa.'Aparte del sector turístico, los sectores más afectados son aquellos con un componente más cíclico y de beta alta los que amplifican los movimientos del mercado como consumo cíclico, financiero, materiales y telecomunicaciones, medios y tecnología', añaden.Los analistas de Fortis Bank creen que Iberia, a pesar de que esta semana ha presentado unas cifras de tráfico positivas, podría verse perjudicada a corto plazo, 'dada la incertidumbre generada tras los ataques terroristas'. Señalan que a nivel fundamental, los acontecimientos del jueves no deberían cambiar las perspectivas de tráfico y reservas aéreas, 'aunque la debilidad del sector afectará a Amadeus'.El atentado de Madrid podría cambiar la percepción de los turistas extranjeros de España como destino seguro. 'Malas noticias justo cuando empezábamos a ver cierta recuperación de las reservas hoteleras en España', según Fortis Bank.Después de la matanza en los trenes de cercanías de Madrid, el banco Espírito Santo ha sacado a Sol Meliá de su cartera modelo y su puesto ha sido asignado a Abertis. En su opinión, la concesionaria, en la actual situación, debería presentar un menor riesgo.

El ejemplo vasco de cómo la violencia lastra el crecimiento económico

Los expertos quitan importancia al efecto inmediato de la acción terrorista del día 11 sobre la economía española y están más pendientes de sus efectos políticos -por si influyera en las elecciones- o de un posible deterioro de las expectativas. De lo que no caben muchas dudas es de que una situación de violencia más o menos continuada como la que ha sufrido el País Vasco durante décadas es un lastre pesadísimo para el crecimiento de la economía.De las actuales comunidades autónomas, Euskadi era en 1975 la más rica en PIB por habitante. En el año 2000 ocupaba el sexto lugar, por detrás de Madrid, Navarra, Baleares, Cataluña y La Rioja, según el IEE.De acuerdo con el estudio, el País Vasco ha tenido un crecimiento acumulativo medio en los últimos 25 años del 1,9%, cuando el PIB español aumentó durante ese periodo a un ritmo del 2,7%. Sólo Asturias ofrece un dato más alejado de la media estatal y toda la cornisa cantábrica muestra una evolución peor que la general.La caída del PIB por habitante del País Vasco sería aún más grave si no fuera porque la comunidad perdió un 2,7% de su población en dos décadas. Y el declive se ha producido a pesar de que Euskadi ha ofrecido a las empresas un marco fiscal más favorable que el general.Las provincias vecinas de Navarra y La Rioja han mejorado sus cifras, lo que el IEE atribuye en buena medida al traslado de empresas desde la comunidad autónoma vasca, una fuga relacionada con las amenazas de ETA.

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