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Energía

Fin del estatus energético

Con el próximo Gobierno se abre una nueva etapa para las compañías energéticas ubicadas en España e incluso para las que quieran hacerse hueco en el mercado ibérico. Esta es una conclusión en la que coinciden las empresas afectadas y los analistas de un sector que como pocos han visto afectadas sus estrategias por decisiones del Gobierno o de los organismos reguladores próximos a él. Y esto va a producirse precisamente al cumplirse un año de la fallida opa de Gas Natural sobre Iberdrola.

Los escenarios de futuro son diversos, pero al menos lo que parece que queda obsoleto es el tácito compromiso de paz asumido antes del pasado verano por las eléctricas, petroleras y gasísticas ante el actual vicepresidente y ministro de Economía, Rodrigo Rato. Esas empresas, tras la citada operación que fue considerada hostil, se comprometieron a no realizar movimientos de ese calado que pusieran en peligro el actual estatus empresarial energético, al no ser que fuese conveniente dar respuesta a una oferta no deseada de una compañía extranjera.

Y ya empiezan a analizarse los posibles contextos políticos 'para reavivar algunos proyectos en hibernación', señalan medios del sector. Añaden que el que más puede implicar cambios de actitud es el escenario en el que, aunque el PP sea el partido con más votos, precise apoyos de otros partidos y grupos parlamentarios como CiU. 'Los escollos encontrados por Gas Natural en su intento de hacerse con Iberdrola no serían los mismos', se reconoce en fuentes del sector energético, que, sin embargo, consideran que esa operación está ya totalmente descartada, aunque sólo sea porque la capitalización bursátil de Iberdrola supera los 15.000 millones de euros y la de Gas Natural está en los 9.400 millones.

También puede ser diferente escenario al actual si, pese a que el PP no precise el respaldo de los nacionalistas catalanes, el equipo económico del nuevo Gobierno no está dirigido por Rodrigo Rato. 'La posición de Economía fue concluyente tanto en el movimiento del Gas Natural como en la frustrada fusión de Endesa e Iberdrola, así como en la intención, tampoco aceptada, de Fenosa de tomar el control de Cantábrico', dicen las fuentes del sector.

'Puede, asimismo, ser el momento de tomar riesgos y de realizar nuevos movimientos corporativos', señalan, por su parte, analistas bursátiles, que consideran que ahora las empresas serán menos castigadas que en otros momentos al contar con más liquidez y un endeudamiento financiero más reducido.

Además, se ha puesto en marcha en paralelo el mercado ibérico del gas y la electricidad que debería conducir, según los expertos, a una reordenación empresarial de más dimensión que la entrada de Electricidade de Portugal en Cantábrico.

Igualmente algunas compañías extranjeras han congelado planes de entrada en España a través de operaciones corporativas por la presumible oposición del Ejecutivo de Aznar, que aprobó una ley para frenar a æpermil;lectricité de France, pero también a cualquier otra empresa controlada por el capital público como Gaz de France.

Otros grupos energéticos, como los alemanes RWE y Eon, que han mirado en los últimos meses más hacia el este de Europa, pero que igualmente estaban interesados en España, cotizan ahora a niveles máximos desde hace un año y sus acciones valen casi el doble que entonces.

La francesa Total se encuentra, según medios consultados, en ese grupo de las empresas extranjeras que han condicionado sus estrategias para no realizar operaciones que fuesen mal recibidas por el Gobierno. Y el posible interés por Repsol YPF es el que más se cita. Ahora está inmersa en un conflicto con SCH, la única entidad que ha movido ficha en el sector energético en el último año para ampliar su presencia en Cepsa.

Y aunque la solución ahí puede surgir de las rumoreadas negociaciones al más alto nivel, también vendría si los escenarios cambian: el efecto dominó siempre ha funcionado en el sector energético.

Crecer con compras en el exterior

Las compras de empresas extranjeras o las inversiones en mercados exteriores en los que ya están ubicadas han sido las salidas utilizadas por algunas energéticas españolas para crecer. Los ejemplo son múltiples: Gas Natural en Grecia; Endesa, que, aunque no quiere elevar su exposición en América Latina, ha ampliado sus posiciones en Francia y se están consolidando en Italia. Iberdrola, por su parte, destinará un 27% de su plan de inversiones hasta 2008, cuantificado en 16.200 millones de euros, al exterior. Y es que, aunque den prioridad a España, el crecimiento no orgánico tiene que realizarlo fuera.Esto ocurre, además, cuando algunas compañías cuentan con más liquidez y unos balances más saneados de los últimos años. Un reciente informe de Goldman Sachs valora positivamente el menor riesgo de Endesa en los países latinoamericanos, mientras que señala que la empresa que dirige Ignacio Sánchez Galán está bien gestionada. Y añade que el crecimiento del Ebitda (beneficio bruto de explotación) de esta última compañía para este año es el más expansivo de la utilities europeas, según sus previsiones.Por su parte, JCF Outlook analiza el posible impacto en estas empresas de la implantación del Protocolo de Kioto en función del parque de generación de cada una de ellas. Y aunque es pronto para dar por hechas las consecuencias, destaca que los analistas creen, por ejemplo, que puede tener un impacto negativo en los resultados de la primera eléctrica española.

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