El mercado de deuda, termómetro del riesgo de las compañías
Merrill Lynch, en un reciente informe, daba cuenta de la utilidad que pueden tener los mercados de bonos de cara a anticipar los movimientos de la Bolsa o, al menos, a anticipar el riesgo que entrañan ciertas acciones. El aumento de los diferenciales de deuda, cuando no va acompañado de un descenso de las cotizaciones, puede ser un adelanto a éste.
Como ejemplo, valga el escándalo Parmalat. El caso estalló el 11 de diciembre, cuando la acción se hundió un 50% en el día. Pero desde cuatro días antes el mercado de bonos ya barruntaba algo malo, porque el diferencial con la deuda de referencia se había multiplicado por tres (de 500 a 1.500 puntos básicos) en este corto espacio de tiempo. Incluso antes, en noviembre, el diferencial ya se había duplicado.
'Obviamente, el aumento de los diferenciales de crédito está lejos de indicar siempre problemas para la acción, y a posteriori es muy convincente argumentar que el crédito indicaba problemas', matiza Merrill Lynch. Pero también señala que el ejemplo de Parmalat subraya el hecho de que los inversores no deben olvidar el funcionamiento del mercado de bonos empresariales. Entre las compañías europeas cuyos diferenciales más se han ampliado en el último mes están Bayer, Unilever y Vodafone.
Perfil de riesgo
¿De dónde viene esta relación? El diferencial es tradicionalmente un buen sistema de percibir el riesgo que el mercado está dispuesto a asumir. Los aumentos de diferencial señalan una menor disposición a asumir riesgo por parte del mercado. Este indicador es, de hecho, uno de los más utilizados por banqueros centrales como Alan Greenspan para estudiar las condiciones reales de los mercados financieros.
Así, cuando la diferencia entre el tipo de interés de un bono del Tesoro y el de una empresa es alta, significa que los inversores de bonos no confían en la compañía.
Si este movimiento ha venido acompañado de subidas o de estabilidad en el mercado de renta variable, tal y como señala Merrill, hay una clara discrepancia entre el mercado de crédito y el de acciones.
'No está claro qué clase de activos es la que está diciendo la verdad, pero las comparativas pueden usarse para chequear por partida doble las valoraciones de una compañía', afirma el banco en su informe.