El caso de Tafisa pone bajo lupa el 'fixing'
El espectacular auge y la posterior caída de Tafisa ha desempolvado un segmento de contratación que se encontraba fuera de los grandes focos del mercado: el fixing. Las acciones de la compañía de tableros de fibras comenzaron a subir a mediados del pasado mes de septiembre, de forma paralela al periodo de suscripción de su ampliación de capital (llegó a multiplicar su valor por 10). El vertiginoso ascenso continuó hasta el 27 de octubre, cinco sesiones antes de que las acciones pasaran al sistema de contratación general y se desplomaran.
¿Facilita el fixing el caldo de cultivo que se necesita para crear una burbuja? 'Lo que ha ocurrido con Tafisa no tiene nada que ver con el fixing, sino con los movimientos especulativos tan fuertes que ha sufrido el valor', sostiene Jorge Yzaguirre, coordinador de la comisión de contratación y supervisión de la sociedad de Bolsas.
El sistema de contratación de valores con fijación de precios únicos, fixing, se encuentra dentro del mercado continuo o sistema de interconexión bursátil (SIBE). Este segmento de negocio se diferencia de la contratación general en que los valores que cotizan en él están toda la sesión en subasta, pero existen sólo dos periodos de asignación de títulos y de fijación de precios a lo largo de la sesión: a las 12 horas y a las 16 horas. El precio resultante de la segunda subasta es el precio de cierre.
En la subasta se pueden introducir, modificar o cancelar órdenes
'Es un sistema que está pensado precisamente para que el inversor particular pueda participar en la formación de precios de valores con escasa liquidez y con poco volumen de contratación', explica Yzaguirre. 'Si este tipo de valores estuviera en la contratación general, el pequeño ahorrador se encontraría con horquillas de precios demasiado grandes y se vería perjudicado', añade.
Durante el periodo de subasta los inversores pueden introducir, modificar o cancelar órdenes. 'Los participantes en el mercado reciben información del precio de subasta, y si éste existiese, de los volúmenes (y número de órdenes) asociados a ese precio, a la compra y a la venta. Si no existiese precio de subasta, se mostraría el mejor precio de compra y de venta con volúmenes (y número de órdenes) asociados', según reza en el folleto de modelo de mercado del SIBE.
En el periodo de subasta se agrupan todos las órdenes de compra y de venta que ha recibido un valor, y para fijar el precio se utilizan los mismos algoritmos que se usan en las subastas de apertura y de cierre en el sistema de contratación general. Además, cada valor dispone de un rango estático particular en función de su volatilidad histórica.
'La diferencia entre la contratación en corros y el fixing es que en la primera se requiere presencia física de los apoderados y se hace durante 10 minutos en la Bolsa, mientras que la segunda está dentro del SIBE y los precios se conocen en todo momento', explica Yzaguirre.
Tras la salida de Tafisa y la entrada de Hullas del Coto Cortés, cuyas acciones se negociaban en corros, el fixing está compuesto actualmente por 32 valores.