La UNCTAD advierte en su informe sobre la vulnerabilidad de América Latina
El débil crecimiento económico de la mayoría de los países latinoamericanos de renta media impide que sus estructuras productivas, instituciones y políticas tengan "la flexibilidad y resistencia" para hacer frente a choques externos con el mismo vigor que los llamados "tigres asiáticos".
Así lo advierte, el último informe de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), que compara la situación actual con la de principios de los 80, cuando América Latina se vio sumida en una profunda crisis mientras las economías del Asia oriental pudieron adaptarse rápidamente.
"Lo más inquietante es que las dificultades que conoce América Latina han surgido después de muchos años de intensas reformas basadas en los principios del mercado, aplicadas como reacción a la crisis de la deuda de la década de 1980 con el apoyo de las instituciones financieras internacionales".
Aunque esas reformas, conocidas como el "consenso de Washington", han tenido éxito en controlar la inflación e imponer la disciplina fiscal y monetaria, "han fracasado exactamente en los mismos terrenos en que lo habían hecho las anteriores políticas de sustitución de importaciones", según la UNCTAD.
Entre 1960 y 1973, América Latina y el Asia oriental crecieron más o menos al mismo ritmo, y en ese último año la renta media por habitante en las cuatro nuevas economías industrializadas de la primera oleada -Corea del Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong- era inferior en 850 dólares a las de los cinco mayores países latinoamericanos, recuerda el informe.
Desde entonces, las tasas de crecimiento comenzaron a cambiar fuertemente, y Asia oriental creció entre 1974 y 2000 a una tasa más del doble que la media de América Latina, región que, con la única excepción de Chile, se caracterizó además por una creciente inestabilidad, dice el organismo de la ONU.
Según la UNCTAD, "hay acuerdo general en que el crecimiento no puede mantenerse sin un nivel suficiente de inversiones", pero las estrategias adoptadas para combinar mayores entradas de inversión extranjera directa con menores inversiones públicas e intervenciones del Estado "no produjeron los resultados esperados".
Así, en América Latina, "la región donde esas reformas llegaron más lejos, ha habido una caída regular y persistente de la tasa de inversión pública junto con un aumento de las entradas de inversiones extranjeras directas en general como producto de la venta de activos públicos", subraya el documento.
Sólo se dio una débil recuperación de inversión total a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, aunque por lo general en sectores menos productivos, como la construcción de viviendas, antes de situarse en torno al 20% del PIB en los años noventa, muy por debajo de anteriores cifras récord.