Qué temer de la tormenta monetaria
La inestabilidad en los mercados de divisas se perfila como una amenaza para la recuperación de la economía y de las Bolsas. Europa lleva las de perder si persiste la presión al dólar
Las turbulencias en los mercados de divisas durante esta semana han servido de advertencia para unas Bolsas exultantes en los últimos cinco meses. La volatilidad de los tipos de cambio se ha convertido, a ojos de algunos economistas, en una amenaza tanto para la economía como para los mercados en un momento de recuperación incipiente. Los grandes desequilibrios sobre los que se asienta la economía estadounidense, el único motor del crecimiento mundial, aparecen en el trasfondo de los movimientos de los últimos días, marcados por el temor a un desplome del dólar. Estados Unidos quiere un dólar débil y lo propicia, mientras Europa no desea un euro fuerte, pero se encuentra con él.
'Europa no está preparada para otro shock monetario', afirma José Alzola, analista de Citigroup en Londres. 'Un nuevo fortalecimiento del euro dañaría las perspectivas de crecimiento', añade. Si prosigue la caída del dólar, que ha perdido un 9,37% desde enero, caerá la rentabilidad de las multinacionales europeas, lo que debilitaría las inversiones y la confianza. China y Japón, a las que se ha presionado para que absorban parte del ajuste, se niegan por ahora a colaborar. Así que el euro encaja la peor parte subiendo cuando no debía. 'Un euro más débil es crítico para la recuperación económica', escribe Eric Chaney, de Morgan Stanley. Según sus cálculos, cada 10% que se revalúa el euro puede restar 'temporalmente' hasta un punto al crecimiento del PIB en Europa dos trimestres después.
En medio de estas advertencias, los mercados de divisas y bursátiles parecen haber recuperado la calma tras lo sucedido en los primeros días de la semana. Tras registrar fuertes oscilaciones, el cambio euro-dólar se mantuvo ayer a 1,147 dólares por euro, lo que supone una caída semanal del 0,92%.
Cada 10% que sube el euro resta temporalmente un punto al crecimiento de la eurozona dos trimestres después, según Morgan Stanley Las empresas del Ibex no están muy expuestas al dólar, pero sí a divisas latinoamericanas
La tensión se extendió el pasado lunes, después del comunicado del Grupo de los Siete (G-7) en favor de una mayor flexibilidad cambiaria para 'compensar los desequilibrios del sistema financiero internacional'. Por primera vez desde 1985, Estados Unidos, Alemania, Francia, Japón, Reino Unido, Italia y Canadá rompían su silencio sobre los tipos de cambio y provocaban con ello una fuerte depreciación del dólar frente al euro y al yen japonés.
'El comunicado nos sorprendió por su contundencia en favor de la flexibilidad cambiaria', relata Delfina Pérez, responsable de análisis de Banif. Estados Unidos insta a las grandes economías asiáticas a flexibilizar sus tipos de cambio. Japón lleva invertidos cerca de 70.000 millones de euros este año en comprar dólares para mantener el yen barato, en el entorno de los 115 por dólar. China, por su parte, mantiene desde hace una década una banda de fluctuación fija con el dólar por la cual mantiene su moneda en 8,3 por dólar, es decir, devaluada cerca de un 20%.
'Estados Unidos necesita depreciar su moneda para ganar competitividad', explica Arlo Carrió, analista de Sabadell Banca Privada. 'Además es el país que debe reactivar la economía mundial'. La depreciación del dólar que quiere impulsar el Gobierno de EE UU busca aumentar la competitividad de sus exportaciones y compensar su desequilibrio comercial. Pero es también una advertencia dirigida a los países que dependen en gran medida de sus exportaciones para que acometan reformas estructurales e impulsen su crecimiento a través de la demanda interna. Lo que John Snow, secretario del Tesoro, pretende es que el mercado estadounidense deje de ser la base del crecimiento internacional.
Otra cosa es cómo reaccione el mercado de divisas ante mensajes como éstos. 'Es un mercado extremadamente volátil, nunca hace las cosas de manera ordenada', afirma Delfina Pérez. En el mismo sentido, Ana Molina, analista de Credit Suisse, cree que el mercado de divisas reacciona en exceso a la información nueva, pero finalmente todo 'ha quedado en un susto'. Todavía pesa el recuerdo de 1998, cuando la última tormenta monetaria internacional devaluó varias divisas en Asia y contagió a América Latina. A diferencia de entonces, ahora se piden a esos países revaluaciones. Molina cree que China 'es el país que más está perjudicando al resto' sosteniendo su moneda artificialmente baja.
Muchos analistas achacan las turbulencias de esta semana más a un movimiento especulativo que a una reacción económicamente fundamentada. 'Una depreciación gradual es positiva, no así si sucede con brusquedad', sostiene Arlo Carrió. En el mismo sentido se pronuncia David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales. 'Es una buena noticia que el dólar se deprecie', afirma. 'La única forma de que la economía europea se recupere es que antes lo haga la americana. Y el dólar débil ayuda a EE UU a salir de la desaceleración', opina. Según sus cálculos, el efecto económico de la caída del dólar equivale a un cuarto de punto de rebaja en los tipos de interés en EE UU o, dicho de otro modo, a una subida idéntica en los tipos de la eurozona.
Sin embargo, otros expertos temen las consecuencias de un dólar débil, pues la eurozona es muy dependiente de las exportaciones a EE UU. 'El euro cuesta ahora cerca de 1,15 dólares, nivel que no es peligroso para la economía europea. Lo que se teme es que desde ese nivel salte a 1,20 dólares por euro', explica Delfina Pérez. La situación es delicada porque la economía europea no acaba de mostrar los signos de recuperación de la estadounidense, para la que se estima un crecimiento de hasta el 4,5% este año. 'En la zona euro, los datos de confianza empresarial y del consumidor han sido los únicos indicadores que nos han dado muestras de una posible recuperación de la economía', explican los analistas de ING Investment Management. 'Pensamos que la economía de la zona euro seguirá creciendo por debajo de su potencial durante este segundo semestre, debido, entre otras razones, a la fuerte apreciación del euro con respecto al dólar de EE UU desde abril de 2002. Esta apreciación debería generar un mayor crecimiento doméstico en detrimento de la actual dependencia del sector exterior'. ING subraya que, al margen de los movimientos que generó el comunicado del G-7, la debilidad del dólar frente al euro no es algo reciente, sino de meses atrás, consecuencia de los crecientes desajustes en la balanza por cuenta corriente y en los presupuestos federales.
La apreciación del euro tiene su correspondencia en la evolución de muchas compañías cotizadas. De hecho, la correlación entre las Bolsas europeas y la evolución del euro es extremadamente elevada, según han podido comprobar los analistas de JP Morgan. 'La longitud temporal de esta correlación sugiere que ésta obedece más a factores fundamentales que a efectos generados por el flujo de dinero hacia unos activos u otros', sostienen en un informe de comienzos de mes los analistas del banco americano. La zona euro y el Reino Unido están especialmente expuestos a los flujos de comercio global, con exportaciones que suponen un 40% del PIB, comparado con el 10%, aproximadamente, de Estados Unidos.
La exposición a la evolución del euro no es igual para todo el mercado europeo, sino que depende en mayor medida del carácter exportador de cada compañía o bien del volumen de beneficio que genere en países con otras divisas. La apreciación del euro perjudica principalmente a sectores como el farmacéutico, la automoción, los bienes de capital, los servicios financieros, el asegurador, el petrolero y los medios de comunicación. Los países más exportadores, como Alemania, Holanda, Suecia, Suiza y el Reino Unido, están más expuestos a la evolución del dólar que otros como España.
'Las compañías del Ibex 35 no están muy expuestas al dólar directamente, pero sí a Latinoamérica, cuyas divisas corren parejas con la estadounidense', matiza Juan María Soler, de Sabadell Banca Privada. Los resultados de muchas de las grandes cotizadas españolas como Telefónica o los grandes bancos sufrieron el año pasado el impacto de la devaluación del peso argentino y del real brasileño frente al dólar.
Sin embargo, el riesgo de una depreciación del dólar queda limitado en aquellas compañías con deuda emitida en dólares; caso, por ejemplo, de Telefónica o Repsol. La depreciación de la divisa estadounidense abarata en estos casos el pago de los vencimientos y reduce su deuda. Muchos particulares tienen también endeudamiento en divisas, dado que en los años de elevados tipos de interés se popularizaron productos como las hipotecas en yenes. Según datos del Banco de España, de los 766.456 millones de euros de créditos vivos en España, unos 8.899 millones están en divisas, un 11% de lo que deben en total los hogares y las sociedades no financieras. Un dinero expuesto a los vaivenes de un mercado de divisas tenso, porque aunque la tormenta pasó, nadie descarta que venga otra.
Claves para cubrir el riesgo de la divisa
El inversor que se adentra en los mercados internacionales corre el riesgo de que la depreciación de la divisa en que invierte, diferente al euro, merme sus ganancias. Existen varias vías para cubrir el riesgo-divisa.Derivados. El mercado de derivados es idóneo para la cobertura de riesgos. Existen futuros y opciones euro-dólar que cotizan en el mercado de Chicago. El contrato mínimo es de 125.000 euros, cifra desorbitada para el pequeño inversor. Hay también futuros mini en los que el subyacente es menor, 65.000 euros. El inversor más modesto tiene a su alcance los warrants euro-dólar, que se pueden contratar desde España, a través de alguna de las entidades que ofrecen estos productos. Los warrants son opciones que cotizan en un mercado y se pueden ejercitar en cualquier momento hasta la fecha de vencimiento. La cantidad necesaria para contratarlos suele ser menor que la de las opciones y los futuros.Fondos. Muchos fondos de inversión que invierten en mercados extranjeros como el estadounidense suelen tener cubierto el riesgo divisa a través de opciones y futuros. Son ellos los que mayor uso hacen del mercado de futuros de Chicago, inalcanzable para el inversor más modesto. De esta manera el pequeño ahorrador puede invertir en otros mercados cubriendo su divisa, pero sin tener que hacer el esfuerzo por sí mismo. El fondo aúna la voluntad de muchos pequeños inversores y cubre el riesgo de todos ellos. Es importante al contratar el fondo verificar en el folleto si aplica o no cobertura de divisas.Diversificación. Es la clave de toda cartera. Tener un poco de todo evita sufrir las pérdidas que en un momento dado pueda tener un activo determinado. Si además esa cartera está diversificada en activos que cotizan en divisas diferentes se limita el riesgo de que la depreciación de una moneda afecte a toda la cartera.Deuda empresarial. En algunos casos, de manera indirecta, el accionista de compañías españolas está expuesto a la evolución del euro frente al dólar. Los grandes valores de la Bolsa, como Telefónica o Repsol, tienen intereses en países de América Latina cuyas divisas están muy ligadas al dólar. Muchas de estas compañías cubren con derivados el riesgo divisa. Algunas incluso palían la caída de ingresos por la depreciación del dólar gracias a que tienen parte de su deuda en dólares. Si el dólar cae, la deuda se reduce.