El mayor escándalo de las gestoras en Estados Unidos
L
os fondos de inversión estadounidenses han recibido un duro golpe en las últimas semanas. El fiscal general de Nueva York, Eliot Spitzer, ha abierto una investigación contra cuatro gestoras a las que acusa de fraude y de permitir prácticas de inversión en favor de la gestora y en perjuicio de los accionistas. De confirmarse las acusaciones, la industria de la inversión colectiva estadounidense asistiría al mayor escándalo de su historia. Tradicionalmente, los fondos en ese país han gozado de buena prensa porque están sometidos a una regulación menos laxa que la de otros campos financieros. Una vez más, la confianza del inversor puede quedar dañada.
Eliot Spitzer es el fiscal que impuso recientemente multas millonarias a varios bancos de inversión por emitir informes engañosos sobre compañías cotizadas en Bolsa. En esta ocasión, Spitzer acusa a un fondo de cobertura (hedge fund) denominado Canary Capital Partners, domiciliado en las Bermudas, de obtener unos beneficios de decenas de millones de dólares entre 1999 y 2003, a costa de otros inversores y con la complicidad de varias gestoras de fondos estadounidenses que 'violaron sus obligaciones para con sus clientes para obtener comisiones sustanciosas y otros beneficios para sí mismas y sus afiliados', afirma el escrito del fiscal.
Spitzer acusa a Canary de hacer uso de dos prácticas fraudulentas, amparado por al menos cuatro gestoras: Bank of America, Janus, Bank One y Strong. La primera práctica es ilegal y se conoce en inglés como late trading. En ésta tan sólo se involucra a Bank of America. La segunda, conocida como market timing, es una suerte de especulación con fondos que, aún sin ser ilegal, las gestoras tratan de combatir.
Late trading se puede traducir como operación fuera de horario de mercado. En Estados Unidos, el valor liquidativo de los fondos se calcula una vez al día, tras el cierre del mercado. El inversor que adquiere participaciones de ese fondo después de esa hora lo hace al valor liquidativo del cierre del día siguiente. Spitzer acusa a Bank of America de permitir a Canary adquirir participaciones de sus fondos después del cierre del mercado, pero con el valor liquidativo de ese mismo día. Esto permitía a Canary aprovechar las noticias que se conocían después del cierre del mercado para anotarse ganancias previendo la dirección de las Bolsas el día siguiente.
El timing consiste en entrar y salir rápidamente de los fondos de inversión, aprovechando las ineficiencias que se suelen dar en el cálculo del valor liquidativo de algunos fondos, bien porque invierten en mercados con otros usos horarios, bien porque invierten en activos de escasa liquidez, como las compañías de pequeña capitalización o los bonos de alto rendimiento. Esta práctica perjudica a los inversores con vocación de largo plazo, porque, si el especulador entra en el fondo el día que se espera que se revalorice, la ganancia se diluye. Si se espera lo contrario y el especulador vende corto (apuesta en contra de la cartera del fondo), la caída será mayor que la que hubiera tenido el fondo.
Para evitar esta práctica muchas gestoras limitan el número de operaciones en un determinado periodo de tiempo, o cargan al fondo con comisiones de reembolso. Las gestoras investigadas, sin embargo, permitían estas prácticas a Canary, de manera excepcional, a cambio de que el fondo de cobertura mantuviera el dinero ganado con la especulación dentro de la misma familia de fondos y pagara, por tanto, las comisiones. Otras veces, se incentivaba la especulación comprometiéndose Canary a mantener una inversión a largo plazo y de elevado volumen en otros fondos de la gestora.
Canary Capital Partners ha accedido a pagar hasta 30 millones de dólares por los beneficios recibidos en los últimos años, y también han ofrecido toda su colaboración las gestoras implicadas de momento. La investigación no está cerrada y parece que la especulación con fondos de inversión es una práctica bastante extendida en el sector.
Para Gian Lucca Giuglani, jefe de ventas para Europa de Janus, una de las gestoras implicadas, no se ha probado todavía que se cometiera un fraude y recuerda que la investigación se mantiene abierta. Uno de los fondos de esta gestora que Spitzer cree que ha sido objeto de especulación, el Janus High Yield, tiene una réplica en la sociedad de inversión mobiliaria (Sicav), que Janus tiene registrada en Irlanda y que está a la venta en España. 'Es un fondo con el mismo gestor y una cartera muy parecida, pero legalmente no es el mismo producto, con lo que no existe la posibilidad de que inversores españoles se hayan visto afectados'.
¿Es posible un fraude de estas características en España? 'Personalmente lo veo difícil por la complicada trama que necesita este tipo de operaciones', afirma Fernando Luque, analista de Morningstar, en un artículo. 'No sólo necesitan la colaboración de la entidad gestora, sino también la de la depositaria y la de la empresa auditora'. Pese a todo, el propio Blas Calzada, presidente de la CNMV, ha advertido de errores en el cálculo de los valores liquidativos de fondos españoles que invierten en activos poco líquidos.
Para evitar en lo posible manipulaciones, los expertos recomiendan fijarse en las comisiones de reembolso que carga el fondo y en cómo se calcula el valor liquidativo.