El Gobierno alemán no descarta otro retraso en el peaje aplicado al transporte
El tópico de la eficiencia alemana brilla esta vez por su ausencia. El controvertido peaje para vehículos pesados en las carreteras alemanas no funciona como es debido en sus primeras semanas de prueba y ni siquiera el Gobierno descarta ya un nuevo retraso.
Los transportistas denuncian las deficiencias técnicas del sistema, mientras que el Ejecutivo empieza a hacer cálculos sobre los costes de un eventual retraso y los consumidores se preparan para subidas de precios por el encarecimiento del transporte. La introducción del peaje, prevista inicialmente para el 31 de agosto, se retrasó hasta el 2 noviembre por los problemas técnicos y hasta entonces debería funcionar en fase de pruebas.
Según los transportistas, los aparatos acoplados a los camiones que deben calcular el peaje -en función del número de ejes del vehículo y capacidad contaminante- son insuficientes y los pocos que hay funcionan mal. La firma Toll Collect, participada por Daimlerchrysler, Deutsche Telekom y la francesa Confiroute y responsable del sistema técnico para el pago del peaje, ha evitado garantizar que todo vaya a estar listo el 2 de noviembre.
Las cifras de producción provocan, más bien, nerviosismo: la pasada semana se fabricaron 25.000 de estos aparatos. Para alcanzar las 410.000 unidades necesarias habría que producir hasta noviembre a un ritmo de 42.800 por semana. El propio ministro de Transportes, Manfred Stolpe, no descarta un nuevo retraso. 'El peaje se introducirá si la industria logra poner todo en marcha antes del 2 de noviembre', dijo Stolpe, que rechazó ofrecer garantías y reconoce que aún hay muchas cuestiones por resolver.
Un nuevo aplazamiento sería un desprestigio para el Gobierno, la industria alemana y, sobre todo, tendría un impacto muy negativo en las cuentas del país. Por cada mes de retraso en el nuevo peaje el Estado germano deja de ingresar 163 millones de euros. Con un déficit público que superará de nuevo en 2004 la barrera del 3% impuesta por Bruselas, esta pérdida de ingresos sería doblemente problemática.
La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte (Fenadismer) calculado un sobrecoste de 250 euros por cada expedición de ida y vuelta a Alemania.