La Inspección de Trabajo gana terreno en busca del fraude
En la lucha contra la economía sumergida y el fraude en general, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social tiene mucho que decir. En los últimos años se ha potenciado su labor, con resultados evidentes. Una de las últimas actuaciones se ha producido en Andalucía. La Inspección acaba de levantar un acta de infracción, por 631.065 euros, a un falso empresario agrícola de Córdoba que certificó 13.500 jornadas a trabajadores eventuales agrarios que realmente no habían sido trabajadas, entre enero de 1998 y abril de 2001. La Inspección levantó las correspondientes actas de infracción a 154 beneficiarios del subsidio por desempleo para trabajadores eventuales agrarios, por haberlo obtenido y disfrutado indebidamente. Después, comunicó lo actuado al ministerio fiscal por entender que existen indicios de delito.
Más fondos
Este tipo de actuaciones se han potenciado gracias a un aumento del presupuesto del departamento. De hecho, el gasto de mantenimiento de la Inspección de Trabajo se ha incrementado en un 67% entre 1995 y 2002, muy superior al registrado por los servicios de la Administración General del Estado. El presupuesto para 2003 ha crecido un 4,2% sobre el de 2002.
Todo ello ha supuesto un notable aumento y mejora de los efectivos y medios de que dispone la Inspección, según el subsecretario de Trabajo y Asuntos Sociales, José Marí.
El número de inspectores se ha elevado un 25% desde el año 1995. En 1996 la Inspección de Trabajo disponía de 612 funcionarios. En 2003, dicha cifra es de 765 inspectores, sin contabilizar los dedicados a otras situaciones administrativas.
El personal administrativo de apoyo ha aumentado un 87,2% desde 1995, hasta 1.668 empleados, con lo que se ha pasado de un ratio sobre personal inspector de 0,6 en 1995 a 1,1 en la actualidad. Con todo, los recursos siguen siendo escasos. La llegada masiva de inmigrantes ha potenciado que muchos empresarios acudan al empleo ilegal, haciendo alarde de pésimas condiciones laborales.