Traspasos en los fondos de renta fija
La exención fiscal por el traspaso de fondos ha tenido escaso éxito por la caída de las Bolsas. Alfonso Gil opina que esta herramienta se puede aprovechar para reducir el riesgo en los fondos de renta fija
Comentaba hace unos días el escaso uso que se está dando a la posibilidad de traspasar los ahorros de un fondo de inversión a otro sin tributar durante un año tan propicio para ello desde el punto de vista del comportamiento de los mercados. Siempre se tiende a pensar en la evolución de las acciones cuando se habla de mercados, dejando a la renta fija en un segundo plano, y más aún cuando el comportamiento de aquéllas es tan violento en ambas direcciones como lo ha sido en los últimos años.
Desde que incluso antes del verano del año pasado se supo que a partir de enero iba, por fin, a ser posible trasladar las ganancias sin tributar entre fondos de inversión, daba la sensación de que los fondos de acciones se empeñaron en dejar la novedad fiscal sin efecto reduciéndose aún más las ya maltrechas plusvalías. Sin embargo, también empujados por las dudas sobre la posibilidad del inicio de una recuperación económica, los tipos de interés continuaron con un descenso que propició unas rentabilidades en los fondos de renta fija impensables a comienzos de año.
El Euro Debt Index (un índice de renta fija con una duración de algo más de cinco años) acabó el año con una rentabilidad del 9,41%. A mediados de junio de este año volvía a acumular un 6,27%, pero desde entonces a fecha actual la caída se aproxima al 2,5%. ¿Recuerda? De nuevo ese perverso efecto de las subidas de los tipos de interés a largo plazo, casi lo estábamos olvidando. Hubo quien hizo su curso privado de renta fija en 1994. Eran otros tiempos.
Una de las principales diferencias es el nivel de tipos a largo plazo, desde el que se inició el movimiento al alza entonces, cercano al 8% en España, respecto al 4% actual. Afortunadamente nuestra disciplina fiscal y monetaria durante estos años, junto a la de nuestros socios comunitarios, así como los compromisos adquiridos, hace difícil pensar en tipos de interés con dos dígitos. El problema es que en este nuevo escenario un movimiento de un punto al alza nos mete antes en rentabilidades negativas debido a la escasa aportación a la rentabilidad del bono que nos da su devengo anual.
Vuelvo a la buena noticia: ahora usted puede reducir el riesgo que supone tener una cartera de renta fija con un vencimiento medio elevado en sus fondos sin tributar por ello.
Suele ser habitual, y más en este tipo de fondos, tender a mantener aquel que me está dando mayor rentabilidad. La caída de los tipos durante el año 2002 ha proporcionado magníficas rentabilidades en las carteras que han mantenido duraciones largas, pero a los niveles actuales, el riesgo de obtener rentabilidades negativas en esas carteras es elevado.
Compruebe las duraciones de sus fondos de inversión de renta fija y la de la parte de renta fija de sus fondos mixtos. Consulte la estrategia que pretenden seguir los gestores dentro de los límites que marca su política de inversión. Aproveche el análisis para vigilar las comisiones de gestión, en renta fija juegan un papel crucial. No lo dude, es un momento claro para tomar decisiones en esta parte de sus ahorros, que suele suponer un porcentaje muy elevado y que sin impactar tanto como la evolución de las acciones, a corto plazo marca una parte importante de la rentabilidad del patrimonio en el largo plazo.