'Las pymes innovan de forma catastrófica'
La Asociación Multisectorial de Empresas (Amec) ha dado un giro para convertirse en un grupo de presión. Joan Tristany quiere un consejero en el Icex y el reconocimiento del Gobierno de que los exportadores de maquinaria también innovan.
Amec, la agrupación empresarial española de exportadores más representativa, estrenará nueva sede dentro de pocos meses. Se ha movido en Barcelona para instalarse en un inmueble regio de la Gran Vía. El director general de la Amec, Joan Tristany, destaca que el cambio supondrá una mayor funcionalidad, pero significará especialmente un cambio de mentalidad interno, con una mayor flexibilidad y comunicación entre la cuarentena de empleados de la entidad. Es la innovación aplicada a los sistemas de gestión de cada casa, la misma filosofía que trata de propugnar entre las 500 empresas asociadas para que mantengan los actuales niveles de aumento de las exportaciones.
Para Tristany, la innovación es el único camino para ganar competitividad, ahora que los salarios están en línea con el resto de Europa. Las empresas de la Amec exportan anualmente por valor de 2.100 millones de euros en sectores tan diversos como la maquinaria para alimentación, material eléctrico, textil, construcción, etc. El nivel de apertura al exterior supone que la media de exportaciones alcanzará el 51% sobre la facturación global este año. Tristany sueña con que el porcentaje se situará en el 70% a medio plazo. El director general de la Amec también lucha para conseguir un puesto en el consejo del Icex.
Pregunta. ¿Cuál es la situación de los mercados internacionales después de la guerra de Irak?
'Hemos conseguido que el ministro Josep Piqué se comprometa a elaborar informes vinculantes con Hacienda para consensuar las ayudas'
Respuesta. La situación empieza a normalizarse. Las empresas vuelven a tomar decisiones. La guerra ha afectado, pero la zona del conflicto representa hasta un 5% de las exportaciones de nuestros asociados, por lo que tiene mucha más importancia la crisis en Alemania o la relación entre el euro y el dólar. Una cosa similar podemos decir de la neumonía asiática, que ha afectado principalmente a Hong Kong y China, sin tocar a Malaisia, Tailandia y Vietnam. China es un país importante, pero al final sigue siendo bastante residual para la exportación española. Nuestro principal cliente sigue siendo la Unión Europea.
P. Entonces, ¿qué nos cabe esperar en 2003?
R. Tenemos medio año para recuperar el tiempo perdido. Existen ferias que se tenían que celebrar ahora y que se harán en noviembre, proyectos que estaban parados se están retomando. Empresas que estaban implantadas en Argentina, que ya han pasado la crisis, están ahora en números negros. Seguramente, no alcanzaremos el 11% de crecimiento de las exportaciones que apuntamos en marzo pasado, pero la actividad será claramente positiva.
P. Las implantaciones productivas en el extranjero son escasas en el sector de bienes de equipo.
R. Las inversiones productivas son más de ensamblaje. Las empresas pueden enviar desde aquí las piezas más tecnológicas de la máquina y complementarlas en destino. Esto tiene sentido en mercados como Brasil, que tiene unos aranceles altísimos. Esto pasa en determinados sectores como el de material eléctrico y para la construcción, que si pueden realizar algún tipo de deslocalización. El resto de la industria de bienes de equipo no se caracteriza por la implantación de fábricas en el extranjero. El sector textil se va a producir a Marruecos, pero pocas de nuestras empresas se van al norte de África. Una empresa de tamaño pequeño o mediano puede tener un mercado global, pero en cada país tiene sólo unos 10 clientes, con lo que no se justifica instalar una fábrica, en cualquier caso, sí es posible una filial comercial con asistencia técnica.
P. Preguntaba todo esto por los últimos problemas de deslocalización de Lear y Valeo.
R. Esto no nos afecta, porque los fabricantes de maquinaria no son intensivos en mano de obra. Históricamente, las empresas se lo tenían que hacer todo, desde la fundición, con todo muy integrado. Ahora se externaliza más, pero eso no quiere decir que se trasladen plantas a otros países.
P. Otra cosa es que se cierren fábricas por una pérdida de competitividad, como Gates Vulca.
R. Las ventajas competitivas no perduran, son volátiles. Dentro de Europa éramos el país con los recursos humanos más baratos -no me gusta decir la mano de obra porque incluso los directivos tenían sueldos más bajos-, pero ahora ya no es así. Por lo tanto, lo único que nos queda es la innovación empresarial. Es el único camino para generar nuevas ventajas competitivas y gestionarlas correctamente. Para seguir con el mismo sector textil, hay empresas que se han reconvertido y que están trabajando para el sector del automóvil y, además, desarrollando proyectos para multinacionales. Cuando hablamos de innovación, no quiere decir sólo sobre producto, sino también sobre los procesos y su gestión para obtener una rentabilidad final.
P. æpermil;sta es la teoría. ¿Y la práctica?
R. Nuestras pymes tienen que internacionalizarse. La situación es bastante catastrófica. No existen sistemas estructurados ni implicación de la gerencia de las empresas. Nos encontramos con una situación geopolítica que cambia muy rápidamente. Hace cinco años, Polonia y los países del Este eran una cosa, ahora son otra y dentro de cinco años otra muy diferente. En China pasa lo mismo. Además, tiene un gran potencial como consumidor. Es el mercado donde se venden más zapatos de lujo del mundo. Las empresas deben adaptarse a esto. Los mercados se parecen cada vez más, pero cada cliente pide su especificación. Tenemos que ser capaces de hacer series personalizadas.
P. Estos cambios ¿también han afectado a la Amec?
R. Hemos creado el departamento de promoción tecnológica, que ha tenido un crecimiento espectacular. El 30% de los servicios de la asociación se prestan en este ámbito. Por otra parte, el departamento lleva los comités técnicos de normalización de los sectores en Aenor. Esta entidad es la que tiene representación en Europa para decidir cuáles serán las normativas comunitarias. Ahora participamos en cinco comités de normalización, mientras que hasta ahora decíamos lo que querían los franceses y alemanes. Además, ayudamos a las empresas en el diseño de productos, porque se utilizan nuevos materiales en las máquinas, que son equipos menos voluminosos, más transparentes. Se utiliza el metacrilato para que se vea la máquina cómo funciona. Nuestros equipos ya no compiten por precio, compiten por calidad, por diseño y servicio posventa. En esto, estamos pasando por encima de los italianos. Hace cuatro años no teníamos ningún ingeniero y ahora tenemos cinco sobre una plantilla de una cuarentena de personas.
P. En los últimos tiempos, la Amec ha aumentado la presión sobre las Administraciones.
R. Hemos trabajado mucho sobre temas de desgravaciones fiscales de I+D+i. El Ministerio de Ciencia y Tecnología determina que una cosa es investigación y da una ayuda a la empresa, pero después viene Hacienda y quiere cobrar. Esto no puede ser. Si el ministerio ha concedido un crédito blando a través del Cedeti para un proyecto que considera que es innovación, luego no puede venir un inspector de Hacienda, que no sabe lo que es una máquina, y decir que la innovación pertenece sólo al sector químico o farmacéutico. Al final hemos conseguido el compromiso del ministro Josep Piqué de que se cree un organismo o el mismo ministerio para realizar informes vinculantes para Hacienda. También hemos batallado para que los productos industriales, los bienes de equipo y la maquinaria tengan un tratamiento específico con la innovación.
P. En lo que se refiere a las ferias, Amec ha alcanzado acuerdos con Ifema y Feria de Barcelona.
R. Para exportar tenemos que ir a los mercados exteriores. Pero no sólo es eso. También podemos conseguir que las empresas nos compren aquí. Esto es innovar. Es muy importante que vayamos a la feria de París, Chicago o Nueva York. Pero lo que estamos intentando es que las ferias locales españolas tengan un mayor carácter internacional, porque, cuando estamos en casa, nos ponemos el traje de fiesta mayor. Entonces, Ifema tiene unos recintos buenos y además gestiona bien. A Feria de Barcelona le cuesta más gestionar por una situación de debate político y mediático. Y, además, la Ciudad Condal tiene un problema añadido de que existen dos recintos. Ifema tiene una serie de ferias consolidadas, como Matelec. Es la segunda feria de Europa de material eléctrico y esto no era así hace 10 años. Ha habido una apuesta. Tanto es así, que tenemos un acuerdo con Matelec e Ifema para promocionar esta feria a nivel internacional. Tenemos un departamento que se encarga de hacer la promoción de certámenes como Matelec y otros con Fira de Barcelona para llevar visitantes extranjeros. En Matelec estamos duplicando los visitantes internacionales porque hemos hecho un plan estratégico en el que hemos detectado que el polo de crecimiento es América Latina y Magreb.
P. ¿Existe una sobreoferta de ferias?
R. Lo que no puede ser es que cada ciudad española organice una feria. Nosotros necesitamos que exista una oferta internacional. Es muy difícil atraer visitantes extranjeros con tantos certámenes. A nivel internacional existe una serie de calendarios fijados y, si queremos tener ferias internacionales, tenemos que ser capaces de colocarnos dentro de estos calendarios. Otro ejemplo que podemos citar es el de Interpack, es la feria internacional más importante del mundo en maquinaria y embalaje. Se celebra cada tres años. Hay otras dos que se hacen en los años interpuestos. Lo que hemos hecho es que nuestra feria, Hispack, se celebre también cada tres años y no cada dos como hasta ahora, para que, además, coincida con la que nos pueda hacer menos competencia. Otra situación que no puede darse es la organización de salones internacionales en los meses de enero y febrero si queremos una proyección internacional para que vengan representantes de Argentina o Brasil, porque en estos países están de vacaciones.