Discriminación positiva en las empresas de EE UU
Harley-Davidson entregó este año 50.000 dólares a la Universidad de Wisconsin (Milwaukee) para que encontrara a un estudiante de una minoría étnica en una escuela de nivel medio que usara ese dinero para sus estudios. La esperanza de los directivos de la empresa es que el beneficiado trabaje más adelante para el fabricante de motocicletas.
Es a lo que las compañías tienen que recurrir últimamente para diversificar su personal, explica Marissa Weaver, directora del departamento de diversidad de Harley. La empresa firmará más cheques y dependerá menos de las principales universidades para producir ingenieros de las minorías y del sexo femenino.
Esta semana, el Tribunal Supremo de EE UU consideró, en votación cerrada, que es legal conceder ciertas ventajas a las minorías étnicas a la hora de ser admitidas en universidades. El caso se refería a la legalidad de los parámetros de admisión de la Universidad de Michigan basados en la raza, pero el Supremo subrayó que esa concesión de ventajas será ilegal si se basa en un sistema de cuotas. Sin un permiso legal para programas de discriminación positiva las compañías podrían verse obligadas a gastar más para reclutar mujeres y personal de minorías étnicas, dijeron expertos en diversidad.
Tal vez por eso, 68 compañías, desde General Motors, la líder mundial de automoción, hasta Dow Chemical, el mayor fabricante de productos químicos, han apoyado a la Universidad de Michigan.
Independientemente de si las universidades incluyen el factor de la raza en sus políticas de admisión, las empresas que no mantienen una plantilla diversa se arriesgan a demandas de la Comisión de Oportunidades Equitativas de Empleo de EE UU (EEOC). 'La EEOC no va a ser más blanda con las compañías porque estas personas sean más difíciles de encontrar', dice Weldon Latham, socio jefe de Holland & Knight LLP, que fue asesor legal de Texaco en su, entonces, arreglo récord de 176,1 millones de dólares por una demanda por discriminación en 1996.
El debate llega en un momento inoportuno para los ejecutivos de diversidad, ya que la debilidad económica está haciendo necesario que las empresas reduzcan costos y empleos.
Críticos de las preferencias raciales obligatorias argumentan que es hora de que las empresas carguen también con los costos de diversificar su personal. 'Si quiere tener más personas de cierta raza en su plantilla, es su responsabilidad encontrarlas y capacitarlas', dice un ejecutivo de la Universidad de California, Ward Connerly, empresario negro que luchó con éxito para prohibir que las escuelas de California consideraran la raza en sus admisiones.