_
_
_
_
Mikel Buesa

'El Plan Ibarretxe acelerará la decadencia de la economía vasca'

Miquel Buesa (Gernika, 1951) es uno de los pocos expertos que han observado la lacra del terrorismo desde el prisma económico. Sus conclusiones son pesimistas.

Pregunta. ¿Qué influencia está teniendo el clima de violencia sobre la economía vasca?

Respuesta. El País Vasco tiene una trayectoria de declive económico imparable. Un primer síntoma de ello es la pérdida de población que, en relación al conjunto de España, ha ido cayendo en términos absolutos desde 1980 hasta 2000, con un leve repunte en los últimos años por efecto de la inmigración extranjera. En este periodo el censo de población en el País Vasco ha descendido en 58.000 personas, según los datos de Eustat. Desde 1998 a 2000 se han ido 16.000 personas al año. Como han entrado 12.000, hay un saldo negativo de 4.000 personas, la mayoría en edad activa: el 70% tiene entre 20 y 60 años.

P. ¿Esta especie de diáspora es sólo achacable al terrorismo?

R. No, también tiene móviles laborales: no hay oportunidades de trabajo. Desde 1980 a 1985 se registró una pérdida de casi 60.000 empleos, periodo en el que Madrid ganó cerca de 600.000. En los últimos años ha aumentado algo, pero en menor medida que en el resto de España.

P. En su trabajo se refleja que el crecimiento de la economía vasca ha sido inferior al de la media española.

R. La participación del País Vasco en el PIB nacional ha descendido. En 1980 fue del 7,17%, llegó a un mínimo en 1996 del 6,26% y en 2001 volvió a caer hasta el 5,97%. Las estimaciones para 2002 son aún más bajas. Sí, esto demuestra que el crecimiento ha sido menor que el de la media española.

P. ¿Cómo se ha visto afectada la actividad productiva?

R. El País Vasco ha perdido las economías externas que tuvo en el pasado, que atrajeron a las empresas y favorecieron la aglomeración de la actividad productiva. En una jerga todavía más económica, la conclusión es que en el País Vasco ya no hay rendimientos crecientes y, por tanto, existe menos actividad en términos relativos, menos población y menos empleo. Esta decadencia obedece al terrorismo.

P. Sin embargo, los mensajes oficiales apuntan lo contrario, que los indicadores no se han dejado contaminar aún por la violencia...

R. Este mensaje ha calado porque el nivel de vida del País Vasco es mayor que el de la media española. No hay que confundir la decadencia con el alto nivel de vida. Los británicos sufrieron más de un siglo de decadencia y viven en uno de los países de mayor renta per cápita del mundo. Si uno visita Valparaíso y ve esos edificios imponentes levantados gracias al auge que trajo la exportación del salitre, pues es una realidad. Allí sigue ese capital físico, pero no ha continuado expandiéndose. En PIB per cápita, el País Vasco estaba en 1981 un 27% por encima de la media española, en 1988 cayó al 18% y a partir de entonces se estabiliza. Ahora es del 22%. Pero, si en lugar de perder población el País Vasco hubiera seguido la misma pauta que el resto de los territorios, entonces el PIB per cápita habría caído hasta sólo el 8% por encima de la media española. Esto demuestra que la actividad en el País Vasco, en términos relativos, es cada vez más pequeña. Si la población no hubiera podido emigrar, habría niveles de desempleo bastante más altos que la media y un clima de malestar similar al de finales de los ochenta, como el reflejado en películas como la Muerte de Mikel.

P. ¿Se ha visto mermada la capacidad de las empresas vascas para abrir mercados?

R. El mercado de las empresas vascas es, fundamentalmente, el español y ahí el terrorismo ha tenido una influencia menor. Pero se puede ver seriamente afectado por las tendencias secesionistas del Gobierno vasco. Hay síntomas: empresas que se marchan, que tienen que hacer campañas para contrarrestar el impacto de la violencia... Es el caso del grupo Eroski o de la Caja Laboral Popular.

P. ¿Cómo interpreta la postura de la patronal?

P. Confebask fue dura en contra del plan del lendakari y el intento por parte del Gobierno vasco de influir en la patronal fracasó. El 85% del negocio de las empresas españolas se hace dentro del ámbito europeo y en el País Vasco ocurre lo mismo. El plan Ibarretxe va a incidir negativamente en la decadencia de la economía y puede acabar supliendo el papel que ha ejercido el terrorismo. Sería bueno una mayor valentía por parte de los empresarios, también de los sindicatos, para decir lo que piensan. Pero entiendo que haya miedo y que no quieran pronunciarse de forma más clara.

Archivado En

_
_