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¡Aló! Un negocio de 240 millones

Los locutorios, especializados en llamadas al extranjero, se han convertido en uno de los servicios más rentables para los operadores. Telefónica ha entablado una guerra por el pastel

Los primeros locutorios playeros, que dibujaban hace varias décadas el paisaje de las playas de Levante o Costa Blanca, han ido desapareciendo poco a poco debido a la popularización del teléfono móvil. En este periodo han ido apareciendo otro tipo de locutorios telefónicos, esta vez en el centro de las grandes ciudades, con un desarrollo paralelo al aumento de la inmigración.

Esta vez, el valor fundamental lo ponía el coste de la llamada. Estos centros de telefonía se caracterizan porque, además de comercializar conexión telefónica, suelen ofrecer otro tipo de servicios como acceso a Internet, envío de dinero al extranjero y venta de productos típicos de otros países, y suelen contar en sus instalaciones con todo tipo de máquinas expendedoras.

Pero las cuentas no cuadran. El tráfico de telefonía fija en España se ha duplicado de 1998 a 2002, desde 65.448 a 125.723 millones de minutos, mientras que, paradójicamente, la facturación de las compañías no ha variado, 6.148 a 6.045 millones desde 1998 a 2001, según el último informe de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT).

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En mayo, la CMT multó con dos millones de euros a Telefónica por ofrecer un trato de favor a TTP, su filial que opera en el negocio de los locutorios

Estos descuadres entre ambos parámetros han hecho sonar los tambores de guerra entre los operadores, especialmente en Telefónica, uno de los operadores que otorga las líneas de los locutorios, que se queja de morosidad por parte de los clientes y de fraude en otros casos. Por su parte, los titulares de los locutorios han demandado ante el órgano regulador a Telefónica por negar la concesión de líneas telefónicas y por ligar dicha concesión en otros casos a firmar acuerdos con su filial TTP.

Una de las razones que explican esta batalla entre operadores, proveedores y clientes está en el crecimiento vertiginoso del mercado de los locutorios, que en apenas unos años ha superado todas las expectativas, generando un volumen de negocio de 240 millones de euros, cifra que podría llegar a duplicarse en los próximos dos años, según datos de Consertel, consultora especializada en llamadas a larga distancia para locutorios públicos, De hecho, los requisitos previos para abrir un locutorio están casi al alcance de cualquiera. Con una inversión cercana a los 6.000 euros se cubre el alquiler del local y el aval para disponer de cinco a diez líneas telefónicas, desde las que los clientes pueden realizar llamadas al extranjero por un precio hasta diez veces inferior al de las tarifas oficiales.

Estos centros, cuyo montaje puede ser realizado por el propietario o por un tercero como Orca SP, dedicada al montaje y gestión completa de estos negocios, atraen a un gran número de clientes, especialmente inmigrantes que desean contactar con los familiares y amigos que dejaron en sus países de origen. El motivo por el que estas empresas, de las que ya existen 5.000 en España, unas 1.500 de ellas en Madrid, llegan a ofrecer precios tan competitivos son sus bajos costes y la nula inversión tecnológica que han de realizar. La mayoría de los locutorios (se calcula que un 75%) ofrece la comunicación a través de operadores muy especializados de los que en España hay unos 155 con licencia.

Estos operadores, empresas como Extra Telecom, Grupalia Internet, Alo, Comunytel o Interactive Communications, tienen precios competitivos también por sus bajos costes, gracias a equipamientos de conexión baratos entre los locutorios y los denominados carriers como Uunet Worldcom, Global Crossing, TeleGlobe, Flag Telecom o Cable & Wireless, que cuentan con cables intercontinentales de fibra óptica. En vez de utilizar las tecnologías de conectividad tradicional, de Lucent Technology, Nortel Networks, Siemens o Ericsson, de altos precios, utilizan otras más asequibles, como las de la española Jusan o la alemana Teles, especializadas en tecnología para locutorios. Los equipos de estas empresas proporcionan además servicios de monitorización simultánea en una pantalla de las distintas cabinas y de selección automática del operador con tarifas más económicas para cada llamada.

Como alternativa a esta infraestructura de telecomunicaciones, otros locutorios establecen su negocio sobre tecnología Internet, también denominada IP (Internet Protocol). En este caso, el margen de beneficios es mucho mayor porque el locutorio sólo paga la llamada local al centro de alojamiento de una página web. Desde allí, la llamada es transmitida a través de Internet a un locutorio situado en el país de destino donde se encuentra el receptor de la llamada. En este caso se pueden utilizar incluso una pequeñas cámaras que transmitan la imagen de los interlocutores. Si la Red está poco saturada, la calidad es buena. El problema es cuando la línea es utilizada por muchos usuarios a la vez. Entonces la calidad es mala y se producen pequeños cortes en la conexión. Por este motivo, sólo un 5% de los locutorios optan por esta infraestructura.

Una última opción, a la que se acoge un 20% de los locutorios telefónicos, es instalar los centros de llamadas internacionales sobre la infraestructura de Telefónica. Esta modalidad puede ser comercializada directamente por Telefónica o a través de suministradores homologados como ITS, Amigo Phone, CLM, Lefer, Viarma Locutorios o TTP, una filial 100% de la propia Telefónica.

Acusaciones mutuas

Detrás de esta estructura aparentemente sencilla hay mucha polémica, cuyo origen se remonta a 2001, cuando uno de estos suministradores homologados, Vic Telephone, actualmente desaparecido tras declararse en banca rota, denunció ante la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) al ex monopolio por haber suspendido 6.500 líneas con las que prestaba servicio en más de 800 locutorios.

La empresa presidida por Alierta alegó un impago de unos 20 millones de euros y pocos meses después hizo público que había tenido que proveer 95 millones de euros para cubrir una cantidad similar por impagos de locutorios. La guerra había comenzado.

En abril de 2002, BT Ignite, Primus Telecomunicaciones Iberica y Call Home Cabins denunciaron ante la CMT que Telefónica estaba condicionando la conexión de línea en los locutorios a la firma de un contrato con su filial TTP. La CMT adoptó la resolución que obliga a TTP a paralizar su oferta de servicios de telecomunicaciones públicas para locutorios. En el mes de julio, la comisión abre un expediente sancionador a Telefónica de España y a TTP por incumplimiento de la resolución de abril.

Telefónica recurrió esta decisión al considerar que 'es la CMT la que ha impuesto la norma en este caso y no estamos de acuerdo, puesto que se ha hecho un uso ilícito de nuestra red en muchos casos y tenemos un gran número de impagos', según explican fuentes oficiales de TTP. Entre tanto, MCI Worldcom, Uni2, BT Ignite, el grupo Comytel y la asociación Astel hacen públicos escritos en los que se pone de manifiesto que Telefónica está retrasando o negando la instalación de nuevas líneas telefónicas a locutorios, o les obliga a suscribir contratos de exclusividad con TTP cursando sus llamadas solamente a través de este operador.

El pasado mes de mayo, la CMT impuso una multa a Telefónica de España de dos millones de euros por ofrecer un trato preferente a su filial TTP en la prestación de servicios para locutorios y otra de 800.000 euros a la citada filial, al considerar que había incumplido el acuerdo suscrito en abril de 2002 que le obligaba a paralizar su oferta de servicios para locutorios.

Asimismo, el organismo regulador considera probado que las líneas instaladas a nombre de empresas del grupo Comytel sufren deficiencias que no padecen las líneas que están a nombre de TTP. Fuentes de Telefónica aseguran que no ha existido denegación de instalación de líneas de uso público para locutorios y que la mayoría de los denunciantes no cumplen con los pagos e incumplen la normativa de la CMT respecto a la presentación de avales o prepagos para solicitar la instalación de una línea de este tipo.

Por ello, la operadora de Alierta ha recurrido la resolución de la CMT, alegando que en el periodo al que se refiere el expediente, de abril a septiembre de 2002, se instalaron un total de 5.179 líneas para telefonía de uso público. 'Efectivamente, parece que las cinco empresas homologadas por Telefónica son un coto muy cerrado y que ésta trabaja en algunos casos de modo coactivo.

Esto dificulta aún más la supervivencia de las empresas en este sector muy dañado ya por la fuerte competencia que ha hecho caer el precio del minuto hasta un 40% en el último año, por lo que las previsiones de facturación no se cumplen y muchas empresas están en quiebra técnica', opina Antonio Santos, director general de la consultora Consertel.

'Yo creo que la solución está en ofrecer servicios de valor añadido para atraer a los clientes y en mejorar la regulación en este sector, ya que todavía es un mercado muy inmaduro en este sentido, especialmente en lo que se refiere al sector de las tarjetas de prepago', añade Santos.

Además de las llamadas, que representarían el 40% del negocio, los locutorios ofrecen también servicios de envío de dinero y venta de algunos productos alimentarios.

El negocio de las tarjetas de prepago

Actualmente se venden en España 1,5 millones de tarjetas telefónicas de prepago al mes, con un coste medio de unos 5 euros por unidad. Este negocio, que genera unos 90 millones de euros anuales, es explotado en la mayoría de los casos por los mismos operadores que ofrecen servicios a los locutorios.La inversión que requiere es un programa informático que relaciona una base de datos que contenga los números escritos en cada tarjeta vendida con la llamada telefónica a la que la operadora va a conectar al cliente para ir descontando su valor.El cliente conecta con la operadora a través de un teléfono 900, por lo que fuentes de Telefónica se quejan de que sus líneas y sus cabinas públicas son utilizadas para un servicio en el que no gana nada o, incluso, deja de ganar facturación por llamadas internacionales.Otras empresas protestan de la falta de regulación, que permite que algunas operadoras estén eludiendo impuestos por establecer las llamadas desde la red de las islas Canarias.

Correos ha abierto siete centros en un año

En verano del año pasado, Correos y Telégrafos inició su andadura en el negocio de los locutorios, ofreciendo también multiconferencias, es decir, comunicación con varios interlocutores a la vez. Hasta la fecha, ha abierto siete centros con este servicio (tres en Madrid y otros cuatro en Lorca, Barcelona, Las Palmas y Bilbao).Además de telefonía, Correos ofrece acceso a Internet, apartados de correos y envíos de paquetes y de dinero al extranjero. Este último servicio no es exclusivo de Correos, sino que forma parte del negocio de la mayoría de los locutorios, aportando hasta un 50% de los ingresos totales a sus propietarios.

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