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Bruselas

La UE da el impulso definitivo para la integración de los mercados financieros

Los Quince ya ven cerca el final de la ingente tarea legislativa que emprendieron en el año 2000, con la que esperan lograr en 2005 la integración de los mercados financieros europeos. El balance hasta ahora resulta 'impresionante', según el informe que la Comisión Europea presentó ayer ante el consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea celebrado en Luxemburgo. De las 42 normas previstas inicialmente ya se han adoptado 34.

Pero el comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, encargado de este plan para la integración de los mercados financieros, advirtió que cualquier tropiezo durante los próximos meses puede dejar inacabado el proyecto. Y Bruselas insiste una y otra vez en que los beneficios de la integración, que algunos estudios cifran en 130.000 millones de euros, no se cosecharán hasta que todas las piezas legislativas encajen. El fracaso en una sola de ellas, afirma Bolkestein, invalida todo el esfuerzo restante.

El rocambolesco acuerdo alcanzado ayer sobre las directivas de armonización fiscal del ahorro y de las relaciones entre las matrices de las empresas multinacionales y sus filiales ilustra los riesgos que acechan al plan. Italia había tomado como rehén durante cinco meses unos textos legislativos que se consiguieron cerrar en enero tras más de una década de negociación. El Gobierno de Silvio Berlusconi exigía a cambio de su beneplácito a las nuevas directivas que se le permitiera otorgar un trato muy favorable a los ganaderos italianos que han superado la cuota de producción lechera asignada por la política agrícola común.

Roma arrancó ayer un acuerdo con una táctica que no pocas delegaciones calificaron de 'chantaje'. Los 24.000 ganaderos que excedieron la cuota de producción entre 1995 y 2001 podrán abonar la multa de 648 millones en un plazo de 14 años y sin intereses, una concesión que presenta visos de ayuda de Estado.

Acontecimiento histórico

El ministro griego de Economía, Nikos Christodoulakis, presidente del consejo durante este semestre, y el comisario Bolkestein prefirieron, sin embargo, teñir de 'acontecimiento histórico' la claudicación ante las exigencias de Berlusconi. 'Se ha producido un avance legislativo crucial en las directivas de armonización fiscal', resaltó el ministro griego, que poco antes había recibido el abrazo eufórico del titular italiano, Giulio Tremonti.

Christodoulakis subrayó acto seguido que el Consejo ha ratificado el compromiso de tramitar el resto del plan de servicios financieros con arreglo al calendario previsto. Falta por ver si otras normas legislativas caerán atrapadas o no en el fuego cruzado de los intereses nacionales.

Bolkestein pidió un último impulso para concluir el plan en los próximos nueve meses. 'La cuenta atrás ha empezado', ha afirmado el comisario en referencia a una legislatura comunitaria que toca a su fin. El Parlamento Europeo se disolverá en mayo del año que viene, por lo que las ocho normas pendientes deben estar aprobadas antes de ese plazo.

El nuevo procedimiento legislativo, que permite la adopción de directivas marco que después actualiza un recién creado Comité de Valores europeo (CSER, en sus siglas en inglés), ha acelerado la elaboración de los textos. Pero directivas tan importantes como la del folleto único, que permitirá a las firmas que salgan a Bolsa emitir un folleto informativo válido para todos los países de la UE, o la de servicios de inversión, que fija los principios generales que deben regir en la autorización, regulación y supervisión de las firmas de inversión, se encuentran todavía en plena negociación en el Parlamento Europeo. Otras, como la de armonización de normas sobre ofertas públicas de adquisición (opa) o las de modernización del derecho de sociedades, ni siquiera han iniciado su tramitación.

La necesidad de concluir los trabajos antes de 2005 ha limitado también la ambición de alguno de los textos legislativos. La directiva de fondos de pensiones (que permite a las gestoras comercializar sus productos en toda la UE cuando hayan obteniendo la autorización en un sólo país) contempla numerosas excepciones y limitaciones, impuestas por los países meridionales.

España, Francia o Italia invocaron la protección del consumidor como causa para mantener ciertas cortapisas a la labor de las firmas de inversión. Desde mercados financieros muy maduros, como Reino Unido o Irlanda, esas reservas se interpretan como mero proteccionismo ante la previsible llegada de productos más competitivos.

Choque de culturas

El choque de culturas financieras también abortó la primera directiva de opa, cuyo texto provocó una revuelta de Alemania en todos los frentes institucionales de la Unión. Los eurparlamentarios alemanes, sin distinción de signo político, cerraron filas finalmente y recabaron los apoyos necesarios para impedir que el texto entrara en vigor.

La directiva respondía, según Berlín, a los intereses de un capitalismo accionarial que amenaza la estructura empresarial alemana, en la que el valor bursátil no figura entre las principales prioridades de los consejos de administración. La Comisión Europea presentó en octubre del año pasado un nuevo proyecto de directiva que aún no ha logrado siquiera iniciar tramitación.

La única solución de compromiso parece pasar por una mutilación de los artículos más conflictivos, es decir, aquellos que pretender derribar las barreras defensivas ante una opa hostil. La directiva ha provocado una singular alianza entre Berlín y Londres. Reino Unido secunda la oposición alemana al texto a cambio de contar con el apoyo de Berlín para bloquear la directiva europea sobre agencias de trabajo temporal, en absoluto relacionada con el plan de servicios financieros.

Ayer, precisamente, el Consejo de Ministros de Trabajo, que también se reunió en Luxemburgo, no pudo aprobar este proyecto de ley comunitaria, lo que augura tiempos difíciles para la directiva de opas.

Firme rechazo a las imposiciones de EE UU a las auditoras

El Ecofin rechazó de plano la pretensión estadounidense de que las compañías auditoras europeas tengan que someterse a la supervisión de la autoridad de este país. 'Los ministros de Economía de la UE se oponen firmemente a la obligación de que las auditoras europeas se registren en el Consejo de Supervisión de la Contabilidad de las Compañías Cotizadas', señalaron los ministros en un comunicado oficial.En esta fase final del plan de servicios financieros, la Comisión se propone velar por la aplicación efectiva de las normas adoptadas en los últimos tres años. Sólo la ejecución coherente de la reforma legislativa en todos los Estados de la Unión facilitará la integración transfronteriza de los sectores financieros y la creación de un mercado único, primero en el tramo mayorista y después en el minorista. La armonización permitirá, incluso, la creación de un órgano de regulación europeo, aunque la vigilancia de los mercados se siga ejerciendo a nivel nacional. El nacimiento de ese órgano no se espera, sin embargo, para antes de 2007.Mientras tanto, la Comisión desea devolver la confianza al inversor exigiendo una mayor transparencia y rigor informativo a las empresas cotizadas.La armonización de las normas contables a partir de 2005, cuando todas las cotizadas deberán aplicar las International Accounting Standards, añadirá 'transparencia y aumentará la posibilidad de comparar los resultados a nivel europeo', afirma la Comisión. Bruselas prevé además presentar una serie de iniciativas antes de finales de año para garantizar el respeto a los derechos de los accionistas y regular la composición de los consejos de administración y las responsabilidades de sus diferentes miembros.Esta modernización de la normativa parece también la única posibilidad para la UE de escapar a la creciente tentación de extraterritorialidad de la legislación estadounidense.

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